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Benzema acaba con los fantasmas

El ojo de halcón instalado en las porterías por la FIFA resuelve que el remate del francés, ayudado por el error del meta Valladares, cruzó la línea de gol

Valladares, en el momento del segundo gol francés.
Valladares, en el momento del segundo gol francés. DAMIR SAGOLJ (REUTERS)

Ya no habrá más goles fantasmas. Al menos en la Copa del Mundo, toda vez que se decidió implantar el ojo de halcón a las porterías para la cita de Brasil. Tecnología que, tan criticada por los románticos y polémicos del fútbol como aplaudida por los empíricos, desveló ayer el resultado del remate de Benzema en el duelo que midió a Francia con Honduras.

Corría el minuto 48 cuando Benzema cazó un centro desde el costado derecho y, ya dentro del área, remató de primeras para enviar el esférico al poste y subrayar la intriga. Resulta que el cuero, caprichoso, bailó sobre la línea y, antes de alcanzar el otro poste, el portero Valladares puso las manoplas con la intención de pararlo. No pudo y la pelota, ahora sí, atravesó la línea. Eso es lo que expresó la Goal-Line Technology, que a través de los vídeo-marcadores repasó la imagen. Goal señalaron los luminosos, que no dan pie a la réplica –al igual que ocurre con el tenis, por ejemplo-, por más que Luis Suárez, entrenador de Honduras, protestara y resoplara, negara con la cabeza.

Benzema festejó el gol como si fuera suyo –otorgado por la FIFA al portero como tanto en propia puerta- y al mundo no le quedó dudas de que el esférico había entrado, aunque no hubiera una imagen definitiva que lo demostrara. Para eso está la tecnología. Avances que no disfrutaron los alemanes en la final de Wembley de 1966, cuando Hurst marcó un gol fantasma, del mismo modo que Lampard repitió en 2010, aunque en ese caso entró y no lo validaron.

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