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Las verdades de Alonso

El tolosarra, que dejará la selección tras el Mundial, no se siente solo dentro del grupo ● “Hablé de falta de hambre, no de compromiso. Entrenar y competir no tiene nada que ver”

Del Bosque charla con Xabi Alonso.
Del Bosque charla con Xabi Alonso.alejandro ruesga

“¿Cómo se vive esta alegría Xabi?”, le preguntaron a Alonso en el avión de vuelta a España, en medio de la fiesta que se montó a 7.000 metros de altura, sobrevolando África. “Si quieres que te diga la verdad, te contesto dentro de cuatro años”. Cuatro años han pasado y ahora lo que maneja es una decepción enorme. Lleva más de un año avisando de que no le gusta cómo caza la perrita, porque lo siente así. Del Bosque le puso el nombre de Koke a la mirada que necesitaba el equipo, y avisó antes de un amistoso en Guinea de que les faltaba hambre. Puede que sea humano, que los títulos hayan saciado al conjunto español y que esa sea una de las explicaciones que justifiquen el batacazo de La Roja, que al vasco le duele como al primero, que por algo es arte y parte de su página más gloriosa.

“Hay que saber llevarlo como en las grandes alegrías, convivir con la tristeza como hombres”, afirmó Alonso tras consumarse la eliminación ante Chile, y en un ejercicio de autocrítica, aseguró: “No hemos sabido mantener la convicción, el hambre, esa ambición de ir a por el campeonato. No nos veíamos reflejados en el campo”. Sus palabras fueron contestadas de inmediato por Iniesta —“es su opinión, pero para mí este no es el problema. Cuando no salen las cosas, creo que no es falta de querer ganar”, dijo— y han reabierto el debate sobre el papel del mediocentro del Madrid dentro del grupo, donde se da por hecho que tiene mala relación con varios jugadores, en especial con los del Barcelona y con el capitán Iker Casillas, aspecto que él siempre ha negado y que ningún jugador ha reconocido públicamente.

“No vivo solo en la selección”, desmiente el tolosarra. A Xabi es fácil verle con Fernando Torres y con Pepe Reina y antes era inseparable de Arbeloa, y aunque las formas sean las correctas, su relación con los jugadores del Barcelona se resintió mucho tras los clásicos en la era Mourinho. Tuvo piques en el campo con Xavi y con Iniesta porque los barcelonistas no aceptaron lo que entendieron como una exagerada agresividad, pero él nunca se ha arrepentido de nada, por entender que en partidos de tanta tensión se aceptan según que actitudes que deben quedar en el campo. “No me arrepiento de nada”, dijo Xabi, una frase que se recoge en el libro Vicente (Planeta), en el que varios personajes valoran su figura y repasan los últimos seis años.

“Cuando vi a Xavi pasarle la pelota a Xabi entendí que el problema, si lo había, no afectaría al juego”, se le escuchó decir alguna vez a Del Bosque, hará un par de años. El seleccionador suele referirse a su relación con Guerini, un extremo argentino que fichó el Madrid: “No nos hablábamos en el vestuario, pero en el campo jugábamos de memoria”, recuerda. Del Bosque, a quien se le vio hablando con Alonso antes del entrenamiento matinal en Curitiba, se refirió al tema. “Llevamos 26 o 27 días una convivencia fantástica, no ha habido ninguna pega. No ha habido ningún asunto que la haya perturbado. Cuando no encontramos disculpas en lo futbolístico buscamos algo más. Pero todo se circunscribe a asuntos de fútbol. No hay más”. Le quitó hierro a las relaciones personales en el seno de La Roja: “Puede ser que haya alguna cosilla. En una convivencia entre 23 hombres puede ser que haya alguna mala carilla, pero lo sustancial tiene que ver con el fútbol. Lo importante es lo importante, hemos sido inferiores a los demás”.

Alonso está convencido de que “la cuota de éxito y alegría estaba cumplida y agotada” y así lo dijo, una sensación que le acompaña desde hace más de un año y que no es exclusiva suya dentro del grupo. “Puede que el problema sea decirlo cuando lo dijo, no era el momento, pero es evidente que algo de razón lleva”, aseguró ayer uno de los veteranos del equipo. Cazorla desmintió que se hubiera montado una reunión de emergencia en el centro de Cajú para darle un toque a Alonso. “Ni mucho menos. Hay un gran grupo. En ningún momento se ha dudado de Xabi ni de nadie”, dijo.

Alonso habló a los micrófonos de la Cadena SER, en el programa El Larguero. “No me he sentido solo. Hablé de falta de hambre, no de compromiso”, aseguró antes de calificar su relación con Iker y con el resto de los jugadores como “normal”. Añadió que, lo que dijo tras el duelo ante Chile, lo hablaron varios jugadores en privado no pocas veces y explicó que, tras la cena, varios compañeros le dieron vueltas al partido. En algunos casos coincidieron en los análisis. “Entrenar y competir no tiene nada que ver. Hemos cometido muchos errores”, sentenció para explicar el hecho de que el equipo se ejercitara de buena manera y compitiera de la peor. Más allá del problema de que ganar tanto ha menguado el hambre en La Roja, algo que Xabi considera “humano” y que no cree que sea la única razón de un desastre al que no encuentra una explicación concreta, asume una realidad: “España jugó mal y delante tuvo a dos grandes equipos, Holanda y Chile, que jugaron muy bien y fueron mejores”.

Alonso, que no quiso hablar anoche públicamente de su futuro —“pasa por ganar a Australia y marcharnos de vacaciones. Ya veremos”—, ha tomado la decisión de abandonar la selección tras el Mundial. Con el de Chile lleva 113 partidos con La Roja (13 en el Mundial) y 13 goles, incluido el que marcó de penalti contra Holanda, el único que ha marcado España en este Mundial en el que Xabi sólo temía una cosa: caer en la primera fase, justo lo que ha terminado pasando. Cuatro años después, seguramente ya sabe lo que es la felicidad en un Mundial. Y la pena, también.

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