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Marc y la lección de Phillip Island

Tras los errores en Australia 2013, Márquez atribuye su última victoria al equipo, que calculó al milímetro el cambio de moto

Nadia Tronchoni
Marc Márquez y su equipo celebran la octava victoria seguida.
Marc Márquez y su equipo celebran la octava victoria seguida.Mirco Lazzari (Getty)

No dejaron nada a la improvisación. Algunos son novatos. Otros apenas llevan un año en MotoGP, incluido el piloto. Así que, cuidaron hasta el mínimo detalle. En una carrera en la que la estrategia iba, previsiblemente, a jugar mucho más que en otras ocasiones, mejor tenerlo todo bien atado. Marc Márquez y su equipo habían planificado y ensayado cada una de las posibles carreras que habría el sábado en Assen. Quizá fuera por la juventud y poca experiencia del equipo: del grupo que trabajó con Stoner –y que estuvo en 2013 con Márquez– solo quedan dos mecánicos; y a los dos miembros que se estrenaron el año pasado se han unido otros tres, todos españoles, el mismo equipo que trabajó con el catalán en Moto2. Quizá solo quisieran hacer las cosas bien.

Sobre todo, después de lo vivido en el último gran premio de Australia, donde tras errar en la estrategia Márquez fue descalificado: el título estaba en juego y tuvo que ganarlo en la última carrera. Aunque nadie hizo una sola broma al respecto, la lección aprendida en Phillip Island rondaba por la cabeza de algunos en el box del 93 este fin de semana. Esta vez no había órdenes que seguir (entonces sí las hubo, había que cambiar de moto antes de la vuelta 10 y ellos, que fallaron en los cálculos, pararon en la 11), pero estaba en juego el triunfo. Y el honor. Así que el piloto empezó por estudiar otras carreras similares (con amenaza de lluvia) en la que el procedimiento del flag to flag (la carrera empieza en seco y hay que entrar a cambiar los neumáticos por unos de lluvia, o al revés, como ocurrió esta vez) cobrara protagonismo. “Ví la de Valencia del 2010, por ejemplo, y algunas otras situaciones parecidas: siempre el que va delante era el primero en entrar a cambiar”, explicó.

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Esas fueron todas las conclusiones que sacó, pues, en estas ocasiones, apuntó, “no queda más remedio que improvisar”, ya que ninguna carrera es igual a otra. Y él, supuestamente, improvisó. Iba delante y fue el primero en decidir cambiar sus gomas de agua por unas para seco. Lo hizo tras seis vueltas, cuando había ya un carril bastante seco. El resto ya no fue improvisado. El equipo había trabajado con todas las variables posibles, lo que permitiría luego al piloto tomar algunas decisiones, como la de ser el único que dio solo una vuelta de reconocimiento a la pista antes de formar en la parrilla. Mientras sus rivales dieron dos, él tuvo suficiente con una: “Así evitaba una vuelta de desgaste al neumático, que este bajara de temperatura al tener que pasar por el pit lane o parar en el box a repostar, por ejemplo”.

Ya por la mañana del sábado había practicado el cambio de moto y aquel salto que le permite subirse a la máquina con los neumáticos nuevos sin tocar el suelo. Lo hizo en Australia, pero sirvió de poco. Ahora va perfeccionando la técnica. Un miembro de su equipo cronometró el tiempo que tardaba en hacerlo: 2,5 segundos. Muy poca cosa. En carrera repitió la operación. “Creo que ha salido bastante bien, ¿no? Lo prefiero hacer así, no solo por el tiempo, sino porque me resulta más cómodo saltar de una moto a otra”, confesó. Además, para aquel ensayo uno de sus mecánicos había marcado con cinta americana el punto exacto donde tener preparada la segunda moto. La de Márquez era la única marca en todo el pit lane.

En el equipo midieron que tarda 2,5 segundos en cambiar de moto

Cuando terminó la carrera colgó en las redes sociales la foto (toda una tradición ya) del grupo con el trofeo y el número de victorias marcado con los dedos: ya van ocho. Y la de Holanda venía con mensaje: “flag to flag, victoria de equipo”. La última operación de este tipo había terminado en desastre. Hoy con un grupo renovado, por petición expresa del piloto –convenció al vicepresidente de Honda, Shuhei Nakamoto, a mediados del 2013 de que necesitaba a gente de confianza alrededor–, es más fácil. “Recuperar al equipo de Moto2 era importante para mí por el ambiente y por mantener la motivación. Mi intención es estar aquí muchos años y para estar siempre motivado necesitas estar a gusto, con tu entorno, venir a las carreras y no solo hablar de motos. El año pasado ya había buen ambiente, pero era un poco diferente. Aunque me ayudaron muchísimo, no era el mejor equipo para mí”, confesaba el campeón en declaraciones a EL PAÍS al comienzo de la temporada.

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Sobre la firma

Nadia Tronchoni
Redactora jefa de la sección de Deportes y experta en motociclismo. Ha estado en cinco Rally Dakar y le apasionan el fútbol y la política. Se inició en la radio y empezó a escribir en el diario La Razón. Es Licenciada en Periodismo por la Universidad de Valencia, Máster en Fútbol en la UV y Executive Master en Marketing Digital por el IEBS.

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