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Van Gaal triunfa hasta con los porteros

El técnico, que metió a Krul solo para los penaltis, lleva a Holanda a la lucha por un puesto en la final contra Argentina

Ramon Besa
Rio de Janeiro -
Krul para el penalti decisivo a Umaña.
Krul para el penalti decisivo a Umaña.F. Coffrini (AFP)

Habrá que seguir hablando de Van Gaal en Brasil. El seleccionador holandés se guardó un cambio durante el partido y la prórroga para sustituir al portero en caso de llegar a la tanda de penaltis ante Costa Rica. Apareció por sorpresa Tim Krul y acabó con el efecto Keylor Navas. No fallaron ni un tiro los oranje (Van Persie, Robben, Sneijder y Kuyt) y el meta del Newcastle rechazó los de Bryan Ruiz y Ureña. Aunque actuó como un payaso para desconcentrar a los tiradores ticos, como Bruce Grobbelaar con el Liverpool en la final de la Copa de Europa de 1984 ante Roma, Krul estuvo soberbio.

La hoja de cálculo de Van Gaal alcanza incluso a las situaciones más extremas, las que mejor había manejado hasta ahora Costa Rica, que solo recibió dos goles en cinco partidos de la Copa por las portentosas actuaciones de Navas, que ayer redujo a los afamados delanteros holandeses, incluido al excelente Robben. Pero nadie discutió la clasificación para semifinales de Holanda, que va al encuentro de Argentina.

Holanda fue a por el partido desde que cantó la alineación Van Gaal. Apostó por Memphis Depay como compañero en ataque de Robben y Van Persie, cerró como es norma con tres centrales mientras los costados eran para Blind y De Kuyt, desplazado a la derecha en perjuicio del habitual Janmaat, y Wijnaldum sustituyó en la divisoria al lesionado De Jong. Al equipo oranje le interesaba abrir el campo, generar espacios, buscar la velocidad de Robben. No se descuidó de inicio Costa Rica, armada también a partir de una defensa de cinco, más interesada en el contraataque que en la posesión, entregada a sus delanteros, confiada ciegamente en su enorme portero Keylor Navas.

El fenomenal guardameta tardó un buen rato en intervenir porque ninguno de los dos equipos acababa las jugadas. Hasta que Kuyt, cuya carta de naturaleza siempre fue la de delantero, irrumpió por su costado y se convirtió en un extremo puro, un 7. Kuyt le dio una asistencia preciosa a Depay, que se asustó y prolongó la jugada para Van Persie, encogido igualmente ante Keylor Navas (m. 20). El meta sacó el remate del ariete y también el posterior de Sneijder de la misma manera que poco después rechazó con el pie un tiro de Depay. Navas corregía los errores de sus compañeros, cada vez más reiterativos con la pérdida de la pelota, mal en la salida de su campo, penalizados por Holanda.

A Holanda le faltó entonces puntería en el área contraria y pulso en la defensa de la portería de Cillessen. Costa Rica se encomendó a la estrategia, y especialmente a las faltas concedidas por el rival, para dar fe de vida en el Arena Fonte Nova. Muy poca cosa en un cuartofinalista del Mundial que de manera sorprendente se clasificó después de ganar a Uruguay e Italia. Ha ido perdiendo juego de la misma manera que se ha agrandado la figura de Keylor Navas, superlativo en el mano a mano y también a balón parado, sobre todo cuando le sacó un remate tremendo a Sneijder, el jugador del partido en contraposición a Van Persie, disminuido respecto a Robben.

A los holandeses les faltaba profundidad para generar situaciones de ventaja ante Keylor Navas. El partido se durmió un buen rato, cosa habitual en los octavos de final de la Copa, a la espera de que intervinieran con los cambios Van Gaal y Pinto. No había más expectativa que las carreras de velocista Robben. Quizá aguardaba Holanda a que el gol acabaría por caer sin necesidad de arriesgar en el pase ni dar velocidad al balón. Ya lo había anunciado el propio técnico: “No vamos a subestimar a Costa Rica porque no somos un equipo fantástico”. No es nada fácil marcar un gol a los ticos, que recuperaron un poco de aire en ataque en cuanto reapareció el agotado Campbell y su sustituto Ureña.

Costa Rica estiró las líneas y se recogió Holanda. Aflojó un poco Sneijder, dejó de llegar Kuyt, no enganchaba Van Persie y tampoco aparecía la zurda de Blind ni arriesgaba Depay. No generaban juego los oranje y combinaban mejor los ticos. Keylor Navas había podido tomarse libre el segundo tiempo hasta que se reenganchó Robben. El delantero, que provocó la amonestación y tarjeta amarilla de cuatro zagueros de Costa Rica —el árbitro perdonó la quinta y la expulsión a Díaz—, tocó a rebato y en el último cuarto Holanda volvió a apuntar al portero, auxiliado por su palo derecho en una falta de Sneijder y por el larguero en un remate de Van Persie, un gran jugador y también mal definidor, falto de suerte ante Costa Rica.

El delantero del Manchester United tuvo hasta cuatro ocasiones consecutivas mientras los ticos ni siquiera tiraron entre los tres palos de Cillessen. A pesar de que el árbitro le quitó un penalti, la prórroga fue un regalo para Costa Rica y permitió que se prolongara la exhibición de Navas, excepcional bajo los palos, discreto en alguna salida, especialmente en los saques de esquina, deseoso de enfrentarse a otra tanda de penaltis como en octavos ante Grecia. Van Gaal procuró justamente lo contrario y arriesgó en la segunda parte de la prórroga con el cambio del delantero Huntelaar por el central Martins Indi. Aunque no desfalleció Robben, el cambio desestructuró a Holanda y se arrimó Costa Rica.

El juego se concentró frente al área de Cillessen, cuya respuesta estuvo a la altura de la actuación de Keylor Navas en un tiro a bocajarro de Ureña, la mejor ocasión de los ticos. La réplica holandesa, de nuevo manejada por Sneijder, acabó en el travesaño de Costa Rica. El tiempo suplementario valió por muchos tramos del partido entero hasta que se llegó a la rueda de los penaltis, presidida por el cambio de portero en Holanda. Apareció Krul y clasificó a Holanda en un Mundial de porteros más que de delanteros.

Un cambio de balonmano

Media hora antes de que acabara el partido, justo cuando comenzó la prórroga, Van Gaal se acercó a Tim Krul, portero suplente oranje que se desempeña en el Newcastle. Para sorpresa de todos, el meta salió a calentar al tiempo que los espectadores se cuestionaba si Cillessen estaba lesionado. No lo parecía. Así, a medida que pasaban los minutos, Krul se esforzaba con denuedo para calentar las articulaciones y los músculos. Hasta que el reloj llegó al minuto 119, justo en el momento en que Van Gaal volvió a reclamar a Krul. Se resolvía el misterio, el portero reserva entró en el campo en detrimento de Cillessen, malhumorado porque le acababan de privar el honor de ser el posible héroe.

El cambio de balonmano —es habitual que en este deporte se cambie de portero para los penaltis—, fue un mensaje psicológico, como si dijeran que Krul es el mejor parapenaltis de Holanda. Enfrente estaba Navas, que con el Levante detuvo siete penas máximas en la última Liga. Pero Van Gaal y Krul tenían razón, toda vez que el portero siempre acertó el lado de los disparos y detuvo el chut de Bryan Ruiz y Umaña. También el andar de Costa Rica.

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Sobre la firma

Ramon Besa
Redactor jefe de deportes en Barcelona. Licenciado en periodismo, doctor honoris causa por la Universitat de Vic y profesor de Blanquerna. Colaborador de la Cadena Ser y de Catalunya Ràdio. Anteriormente trabajó en El 9 Nou y el diari Avui. Medalla de bronce al mérito deportivo junto con José Sámano en 2013. Premio Vázquez Montalbán.

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