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Peleas de colegio

La rivalidad Bardet-Pinot y la progresión de Majka y Van Garderen generan una guerra

Carlos Arribas
Majka celebra su triunfo en el podio de Risoul.
Majka celebra su triunfo en el podio de Risoul.AFP

En un ambiente de western crepuscular, los viejos pistoleros, Valverde y Purito, por ejemplo, aferrado a sus lunares, cojeando como John Wayne o Gary Cooper, jadeando, pero defendiendo el fuerte de una derrota segura, los jóvenes montan sus batallitas, que a los viejos pueden parecerles peleas de patio de colegio. Y a la afición, que busca el conflicto que no le ofrece Nibali, que navega solo (y está harto de que le pregunten qué ocurriría si en el Tour siguiera Contador), le encanta.

Pinot, el más fuerte de los jóvenes, tiene miedo a bajar, lo ha dicho públicamente y en invierno se apuntó a un curso de carreras de coches sobre hielo para aprender a tomar las curvas sin quedarse cuadrado en la bicicleta, a tumbarse, a trazar. Los de Bardet, su rival en los corazones locales, los Ag2r, le quisieron examinar de sus progresos, y bajando el Izoard, aceleraron a tope, con Peraud, hombre que llega del BTT y baja como nadie, de piloto. Pinot aprobó por los pelos. Se quedó cortado, como también Van Garderen, el quinto en discordia, el chico de Montana, pero terminaron enlazando en el mínimo valle de Guillestre antes de ascender hacia Risoul bajo un tiempo más clemente que la víspera. "Así me gusta correr a mí, agresivo", dijo Bardet, tercero en la general a 13s de Valverde. "No lo hice por Pinot, sino contra todo el pelotón. Y al final saqué tiempo a Valverde, que es lo importante". "Me atacaron bajando porque saben que subiendo soy más fuerte", dijo, soberbio, Pinot, quien, también es orgulloso, echó el resto para batir al sprint a Bardet, de quien le separan 16s por un triple premio: un puesto en el podio, ser el mejor francés y también el mejor joven. También en los kilómetros finales aceleró Van Garderen, aunque se mostró más limitado.

Si el Tour del 14, el que puede ser de la ruptura generacional, necesitara un lugar simbólico, este sería seguramente la subida a Risoul, donde en 2010, con solo 20 añitos, y en dos ascensiones, en línea y en contrarreloj, Nairo Quintana ganó el Tour del Porvenir. Ausente el colombiano del Tour grande, del que fue segundo en su debut, después de haber ganado el Giro y mientras se prepara para ganar la Vuelta, el honor de la victoria correspondió a otro de su generación, a Rafal Majka, un magnífico escalador, el último superviviente de la larga fuga, que hizo más que resistir: inició la subida a Risoul con 1m 10s de ventaja sobre los mejores y la terminó con 24s sobre Nibali, 50s sobre los duelistas franceses y 1m 24s sobre Valverde.

Me atacaron bajando porque saben que subiendo soy más fuerte." Thibaut Pinot

Majka es un polaco de noviembre del 89 que hizo un magnífico Giro hace nada y que hace un par de semanas deseaba haberse cortado la lengua antes de decir lo que dijo. Lo que dijo fue que le llevaban al Tour en contra de su voluntad, que no estaba preparado, que estaba muy cansado y que su equipo, el Tinkoff, no pensaba en la salud de sus corredores. Esto lo dijo después de que el equipo de Contador anunciara que no alinearía a Roman Kreuziger por sus problemas con el pasaporte biológico. Majka no se cortó la lengua, pero fue cambiando su discurso según le indicaban sus patrones. Primero dijo que estaba encantado de correr el Tour y que lo daría todo por Contador, y después de su victoria dijo incluso que tenía previsto correr el Tour desde enero, que la suya no fue una inscripción de última hora por el problema Kreuziger.

Por fortuna para los que luchan por el podio, Majka perdió mucho tiempo en el llano (está a 1h 48m de Nibali) y no es peligroso en la general, pero para desgracia de Purito, después de ganar la etapa que salva el Tour del Tinkoff anunció que lucharía también por el reinado de la montaña: está más fresco y empatado a puntos con el catalán quien recibió en la meta el apoyo en catalán de Manuel Valls, el primer ministro francés, nacido en Barcelona, padre de un chico que se llama Joaquim, como Purito, y que prefirió el Tour a las manifestaciones propalestinas que incendiaron París.

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Sobre la firma

Carlos Arribas
Periodista de EL PAÍS desde 1990. Cubre regularmente los Juegos Olímpicos, las principales competiciones de ciclismo y atletismo y las noticias de dopaje.

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