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TOUR DE FRANCIA | DESDE MI SILLÓN
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Apoteosis

Día de fiesta en París para los 164 supervivientes del Tour, celebrado con la victoria de esprínter alemán Kittel

Kittel celebra su victoria en los Campos Elíseos.
Kittel celebra su victoria en los Campos Elíseos.AFP

Día de fiesta en París para los 164 supervivientes del Tour de Francia 2014 celebrado como siempre, con una última hora de infarto en las 8 vueltas al circuito de los Campos Elíseos.

Marcel Kittel se ha adjudicado la última y prestigiosa victoria con un impresionante esprín precedido de un gran trabajo de equipo en el que ha demostrado poseer una capacidad casi única entre los velocistas de la actualidad: es capaz de cambiar de marcha una vez que el esprín ya se ha lanzado. Kristoff le cogió la delantera y, faltando 50 metros, el alemán fue capaz de hacer una segunda aceleración que le dio la victoria en Paris por segunda vez en su carrera. Cavendish lo ha conseguido en 4 ocasiones, pero los números de Kittel impresionan, pues en 2 Tours ha conseguido 8 victorias (4 en cada uno), y en ambos ha conseguido ganar tanto la primera como la última etapa. Y esto con sólo 26 años; he aquí el rey de la especialidad sin discusión ninguna.

Pero como es lógico y tratándose de la apoteosis de las últimas e intensas tres semanas, había unos cuantos ganadores más en el podio final además del alemán. Peter Sagan subió a recoger el último y definitivo maillot verde de la clasificación por puntos, una clasificación que lideraba desde el segundo día y que ha liderado con una superioridad aplastante sobre sus rivales. No obstante -y desconozco hasta que punto esto es inédito-, no ha conseguido la victoria en ninguna etapa, a pesar de que incluso un día fue felicitado por el corredor que creyó hacer segundo -Trentin-, pero al que finalmente la foto de llegada declaró vencedor.

El esprínter Kittel es el rey de la especialidad sin discusión ninguna

Rafal Majka recogió el maillot de puntos rojos que acredita al mejor escalador de esta edición, saboreando aún las 2 victorias de etapa conseguidas. Su máximo rival fue Joaquín Rodríguez, e involuntariamente el propio Nibali, pero el polaco ha conseguido un justo y merecido premio a sus exhibiciones. En la entrevista posterior al podio agradecía a su equipo por el hecho de haberle traído al Tour de Francia, lo que deja de resultar curioso.

El premio final de la combatividad fue para Alessandro De Marchi, el mismo que se escapó con Tony Martin el día de su ultra inspirada victoria en Mulhouse. Justo premio para el italiano. Y la clasificación final por equipos fue para el AG2R, que repite el éxito que también consiguió en el pasado Giro de Italia. El primer español fue Valverde, cuarto y apartado del podio final en la contrarreloj del penúltimo día. Una pena, pero los Pirineos le pasaron factura y no pudo hacer frente al empuje de los dos franceses. Y mención especial también a Haimar Zubeldia, que a sus 37 años consigue una brillante octava posición que muestra su increíble regularidad en el Tour (ha finalizado en 5 ocasiones entre los 10 primeros). Por cierto, ningún corredor español ha conseguido imponerse en ninguna etapa, hecho que demuestra lo que echaremos de menos en un futuro a la generación actual que en cuestión de unos años llegará a la edad de retirada.

Ni fisuras, ni días malos, ni errores estratégicos. Vincenzo Nibali es un justísimo ganador del Tour

Y llegamos al podio final. A derecha e izquierda nos encontramos con Péraud y Pinot, protagonizando un hecho histórico en el ciclismo francés (30 años hace desde la última vez). Péraud, un antiguo corredor de bicicleta de montaña que fue plata en la especialidad en los Juegos Olímpicos de Pekín 2008, ha sido una de las sorpresas de esta edición -incluso para él mismo-, y ha realizado una carrera sin fisuras. Justo segundo. Pinot, encabezando una nueva generación de jóvenes ciclistas franceses, ha finalizado tercero y ha ganado la clasificación al mejor joven consiguiendo ilusionar a toda la afición local de cara al futuro. Muy buena carrera la suya y la de su equipo, a pesar de su -bien conocidos y parece que poco a poco superados- pánico a los descensos.

Y que decir del Vincenzo Nibali, justo ganador de la carrera y líder desde el segundo día. Ni fisuras, ni días malos, ni errores estratégicos. Justísimo ganador en un Tour en el que además de ser el más fuerte se ha mostrado como el más regular. 4 victorias de etapa, una en cada uno de los macizos montañosos y la del segundo día, y una victoria final en Paris que le hacen integrar el selecto club de los ganadores de los tres grandes. Que los dos grandes favoritos a priori abandonasen la carrera no debe empañar la soberbia carrera realizada por el italiano. Todos tuvieron que enfrentarse a las mismas dificultades y si se tiene que felicitar de algo es de que la mala suerte de otros no tuvo ninguna cita con él.

Magnífico y espectacular Tour el que hemos disfrutado que nos hace olvidar el dominio impuesto por el Sky en las dos ediciones anteriores. Gracias a todos los corredores por el espectáculo. Lo echaremos de menos a partir de mañana.

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