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Amigas, rivales y campeonas

Azahara Muñoz, Belén Mozo, Carlota Ciganda y Beatriz Recari, de entre 24 y 27 años, han cultivado un espíritu de equipo desde niñas y se han espoleado unas a otras a mejorar

Juan Morenilla
Azahara Muñoz, Belén Mozo, Carlota Ciganda y Beatriz Recari.
Azahara Muñoz, Belén Mozo, Carlota Ciganda y Beatriz Recari.Rob Carr (AFP)

The 4 Amigas. Así llama el circuito femenino estadounidense de golf, LPGA, a Azahara Muñoz, Beatriz Recari, Carlota Ciganda y Belén Mozo, las cuatro españolas que el domingo conquistaron el International Crown, un Mundial oficioso por países que celebraba en Baltimore su bautismo. Las amigas españolas fueron las campeonas entre ocho naciones y ante buena parte de las mejores golfistas del planeta (ocho de las 12 primeras del mundo), y ganando a las coreanas los cuatro partidos individuales de la última jornada se llevaron la corona (literalmente) con 15 puntos de 20 posibles, por los 11 de Suecia y Corea, con Japón, Tailandia, Estados Unidos, China y Australia a la cola.

Sus 'dni'

Azahara Muñoz: Málaga, 26 años. Estuvo cuatro en la Blume. Ganó a Carlota el British Amateur de 2009. Ha estudiado Psicología en la Universidad de Arizona. Una victoria en el circuito europeo y otra en el americano. 20ª del mundo. Marca sus bolas con una moneda que le dio su abuela.

Belén Mozo: Cádiz, 25 años. También estuvo en la Blume. Estudió Relaciones Institucionales en la Universidad de California del Sur. Profesional desde 2010, busca su primera victoria. Es la 112ª del mundo. Como el resto, admira a Rafa Nadal. Se ha comprado una casa en Florida.

Carlota Ciganda: Pamplona, 24 años. Ganó el British Amateur de 2007. Pasó por la Universidad de Arizona y tiene tres victorias en el circuito europeo, dos en 2012 (año en el que debutó y fue la mejor del ránking) y una en 2013. 63ª del mundo. Sobrina del exfutbolista Cuco Ziganda.

Beatriz Recari: Pamplona, 27 años. La única de las cuatro que no emigró a Estados Unidos, sino que estudió en Navarra. Profesional desde los 18. Una victoria europea, en 2009, y tres del LPGA, en 2009 y dos en 2013. Es la 37ª golfista del mundo. Le gusta la cultura japonesa.

Al grito de “¡Yo soy español!”, las jugadoras festejaron un hito para el golf femenino español, un campeonato del mundo que recordó a los de Piñero, Seve, Garrido y Cañizares en los setenta y ochenta. Aquella fue una generación de pioneros. Esta es una generación que rompe moldes. Tienen entre 24 y 27 años, juegan juntas desde que eran niñas y han crecido sintiéndose a la vez compañeras y en cierto modo rivales. Cuando defienden a los equipos nacionales, desde la categoría amateur hasta este Mundial, lucen una química entre ellas que es la envidia de otras selecciones. Pero a la vez han aprendido a mirarse unas a otras como un elemento de motivación y superación. Cada éxito de una de ellas ha espoleado a las demás a mejorar. Hoy son cuatro fieras competitivas con mucha confianza en sí mismas, con hambre por comerse el mundo y reivindicar el valor de las mujeres.

“Ojalá esto sirva para que otras niñas hayan decidido que también quieren estar aquí”, explica la navarra Beatriz Recari, la mayor del grupo con 27 años. “Lo más importante para nosotras es cómo sentimos los colores. Sentimos la bandera y nuestra sangre hierve cuando la vemos y oímos el himno. Jugar en equipo nos hace sacar lo mejor de cada una y por eso hemos ganado tantos torneos en amateur y ahora a nivel profesional”. Su padre, José Luis, recuerda que cuando la pequeña jugó su primer partido de golf, en benjamines, Azahara Muñoz ya luchaba por ganarlo. “No tengo palabras para explicar cómo me siento. Ganar por España y con este equipo es increíble. Estoy muy orgullosa de ser de donde soy”, añade la malagueña, de 26 años.

Lo más importante para nosotras es cómo sentimos los colores Beatriz Recari

La sensibilidad por jugar con España es una característica común al cuarteto. Es un vínculo con las raíces a pesar de que tres de ellas han madurado en las universidades estadounidenses: Azahara y Carlota en Arizona, y Mozo en California, mientras que Recari mantuvo la cuna en Pamplona. Algunas veces sus caminos han divergido, pero siempre han conservado esa unión que nació bajo el tutelaje de la federación española. “Es una de las características que hemos potenciado, hemos alimentado mucho el ambiente de equipo”, resume Marta Figueras-Dotti, exjugadora y directora de los equipos nacionales. “Con 13 años, nos llevamos a Azahara a un Europeo sub-18. Con 14 entró en la Blume con Belén. Todas se conocen muy bien. En ese sentido, como las españolas no hay nadie, por su espíritu. Y hay una competencia muy sana entre ellas. Se apoyan, se ayudan, pero a la vez compiten. Las cuatro son muy competitivas. Eso te hace ser mejor. En Estados Unidos aprendes a desenvolverte sola. Aquí eran las mejores, el pez grande en el estanque pequeño. Allí son una más, un pez pequeño en un estanque grande. Deben luchar”.

La federación recibe 11 becas del Consejo Superior de Deportes para la residencia Blume. Seis las ocupan ahora chicas, entre las 20 en categoría absoluta con las que trabaja el organismo federativo, además de otras 10 o 15 en categoría juvenil. “Un grupo muy selecto”, dice Figueras-Dotti, en busca de diamantes. Como “las cuatro de América” y como Luna Sobrón, campeona de Europa tras un playoff ante otra española, Noemí Jiménez. La entrenadora destaca la “cabeza y regularidad” de Azahara, el “talento puro y pasión” de Carlota, “el trabajo y disciplina” de Recari, y el “potencial” de Mozo. Se adivinan codazos por ir a los Juegos de Río 2016.

Se apoyan, se ayudan, pero a la vez compiten Marta Figueras-Dotti

El grupo estaba espoleado por la doble derrota inaugural ante EEUU. Se conjuró para remontar. Carlota arrolló a su rival coreana en su partido. Y ya ninguna quería ser menos. Recari, Mozo y Muñoz también ganaron sus duelos individuales. Bajo presión, compiten de maravilla, una vena potenciada por la rivalidad en el circuito americano. “Siempre hemos jugado juntas, siempre hemos ganado juntas”, resume Belén Mozo. “No éramos las favoritas, pero tenemos lo que necesita un equipo… Sí señor, somos españolas y bien orgullosas de ello. Por eso lo vivimos tanto, por eso somos las mejores del mundo. Porque soñamos con ello. ¡Estas niñas son espectaculares! Ojalá solo sea el comienzo de algo loco”. Ciganda, Muñoz y Recari ya estuvieron en el triunfo europeo en la Solheim del año pasado. Como las golfistas suecas, se han criado en las competiciones de grupo frente al individualismo de las asiáticas y estadounidenses. Las cuatro amigas son hoy campeonas.

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Sobre la firma

Juan Morenilla
Es redactor en la sección de Deportes. Estudió Comunicación Audiovisual. Trabajó en la delegación de EL PAÍS en Valencia entre 2000 y 2007. Desde entonces, en Madrid. Además de Deportes, también ha trabajado en la edición de América de EL PAÍS.

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