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Unas vacaciones a dieta y en bicicleta

Lorenzo aprovecha el parón estival para ponerse en forma con sesiones de ocho horas diarias El piloto ha perdido cuatro kilos desde que empezó el curso

Nadia Tronchoni
Lorenzo, en Indianapolis este viernes.
Lorenzo, en Indianapolis este viernes.REUTERS

“¿Estoy más delgado, sí? Mejor, así la moto correrá más”, concedía él, enjuto como pocas veces, fino el rostro, reflejo del trabajo, durísimo, hecho en el parón estival. No ha oído mejor piropo estos días. Jorge Lorenzo no ha tenido peor inicio de temporada que este del 2014. Pero nunca se escondió. Reconoció haberse confiado y haber llegado tarde y en mala forma física. Desde que empezó el año ha tenido tres preparadores físicos distintos. El último, con el que sigue ahora, el artífice de la remodelación del cuerpo del piloto mallorquín durante las últimas tres semanas, comenzó en plena temporada. Se llama Marc Rovira y se estrenó en la tercera cita del año, la de Argentina, a la que Lorenzo llegó obsesionado con recuperar su físico y tras dos primeras carreras desastrosas en las que solo sumó seis puntos.

“El hándicap que tuvo Jorge es que salía de tres operaciones. Aprovechó el periodo entre las vacaciones y la pretemporada para operarse, pero eso le hizo arrastrar la fatiga de la competición con la recuperación de las lesiones”, señala Rovira. Desde su llegada han cambiado muchas cosas en el día a día del dos veces campeón del mundo, quinto clasificado del Mundial ahora mismo con solo tres podios cosechados en la primera mitad de la temporada. “Cuando empecé a trabajar con él le dije que saldríamos a correr, a hacer natación y bicicleta. Y me miró como diciendo: pero si podemos trabajar con la bici que hay en el gimnasio. Ahora resulta que le hemos descubierto una nueva afición. Le encanta. Si fuera por él saldríamos cada día en bici”, explica Rovira, que no sabía que el español no era nada aficionado a estas otras dos ruedas.

Si fuera por él saldríamos cada día en bici", señala Marc Rovira, su preparador

“Hasta este año siempre había trabajado mucho en el gimnasio; ahora estoy empezando a salir más. Y la bici se me da bastante bien. Me gusta porque te da una buena forma, no es un deporte de mucho impacto y no castiga las articulaciones. Estoy contento con mis entrenamientos y con ganas de demostrarlo en la pista”, apunta el propio Lorenzo. “Hemos hecho cambios porque me gusta trabajar al aire libre, en contacto con la naturaleza. Y he buscado actividades divertidas para que él se lo pasara bien, porque son muchas horas de entreno. Hemos trabajado también mucho la flexibilidad, que es muy importante para él porque evita el riesgo de lesiones. Incluso en caso de accidente la flexibilidad ayuda”, sigue el preparador.

Pero la auténtica terapia de choque no llegó hasta este verano. Las tres semanas sin carreras que siguieron al gran premio de Alemania han obrado el cambio más bestia. El piloto pesa ahora cuatro kilos menos que cuando comenzó la temporada, “pero ha aumentado su masa muscular, por eso se le ve mucho más delgado, porque el músculo pesa más que la grasa”, argumenta el entrenador. “Lo que hemos hecho, básicamente, es no parar”, añade.

Estoy contento con mis entrenamientos y con ganas de demostrarlo en la pista" Jorge Lorenzo

Excepto los días que estuvo de vacaciones, que fueron pocos y se llevó deberes (trabajó en el gimnasio del hotel), han trabajado cada día. Ha sido como una segunda pretemporada. “Hemos aprovechado estas semanas para trabajar con mucho más volumen, algo que no podemos hacer habitualmente para no sobrecargar al piloto, ya que puede perjudicar su rendimiento encima de la moto. Durante estas semanas hemos aumentado la carga considerablemente. Eso son más horas, más kilos, más repeticiones, en definitiva, más tiempo dedicado a entrenarse en dobles sesiones, de mañana y tarde. Hemos llegado a entrenar ocho horas al día”, explica.

Además, el piloto de Yamaha, que aspira a recuperar en esta segunda parte de la temporada lo que perdió en la primera, lleva una dieta estricta, que cumple a la perfección. “He intentado imponer unos hábitos de vida saludables y unos horarios exactos. No ha habido que cambiar mucho su alimentación, pero sí darle unas pautas para que no comiera a deshoras. Su dieta: nada de fritos, mucha verdura, pollo a la plancha sin nada de aceite y pocos hidratos de carbono. A las once se va a la cama y a las nueve nos sentamos a desayunar. Luego, siguen otras cuatro comidas al día que dependen de la carga y la intensidad del entreno”.

Así ha sido el “descanso” de Lorenzo en el parón estival de MotoGP: unas vacaciones con muy poco de reposo. Por suerte, Rovira le concede entre 30 y 45 minutos para una corta siesta después de comer. “Antes o después de los estiramientos”, apunta. “Así la moto correrá más”, se repite Lorenzo, que terminó la segunda sesión de este viernes en Indianápolis en tercer lugar y a medio segundo de Márquez.

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Sobre la firma

Nadia Tronchoni
Redactora jefa de la sección de Deportes y experta en motociclismo. Ha estado en cinco Rally Dakar y le apasionan el fútbol y la política. Se inició en la radio y empezó a escribir en el diario La Razón. Es Licenciada en Periodismo por la Universidad de Valencia, Máster en Fútbol en la UV y Executive Master en Marketing Digital por el IEBS.

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