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Formación, descaro y medallas

El bronce de la selección sub-16 en el Europeo de Hungría es el cuarto metal del verano de las categorías inferiores de España, que aspira a ser la anfitriona del Mundial de 2018

Antonio Nieto
La selección sub-16 celebra el bronce en el Europeo.
La selección sub-16 celebra el bronce en el Europeo.FEB

En los últimos 11 años, la selección española sub-16 de baloncesto femenino ha subido al podio a 10 generaciones. Ocho oros, una plata y un bronce. El dato avasallador, reflejo absoluto del dominio de la cantera, lo saca a relucir Ángel Palmi, director deportivo de la Federación Española de Baloncesto (FEB), recién llegado de Hungría, donde el fin de semana la selección de la categoría se trajo el bronce tras ganar a Francia en el partido por el tercer puesto.  Y con esa han sido cuatro las medallas conquistadas este verano por el baloncesto base femenino. Plata en el Mundial sub-17 y en el Europeo sub-20 y bronce en el Europeo sub-18.

"No hay secreto, hay trayectoria", asegura Palmi para avalar el trabajo de la federación en la última década. Un trabajo que el presidente de FEB, José Luis Sáez, espera que cristalice en el Mundial que se celebrará dentro de cuatro años y para el que España se ha postulado como sede.  La decisión se conocerá en diciembre.

"La ilusión de organizar también en 2018 la Copa del Mundo femenina es que sea la guinda que consolide nuestro proyecto Universo Mujer desde un punto de vista deportivo, social, promocional y empresarial", explica Sáez. El programa que menciona es la actual ambición de la federación, un proyecto integral para potenciar la inversión en la parcela deportiva, la promoción social de la mujer y la formación de futuras gestoras del deporte, entre otros objetivos. Entre 2012 y 2013, la inversión en esta parcela fue de ocho millones de euros, según datos de FEB.

La sub-16, en el partido contra Francia del Europeo.
La sub-16, en el partido contra Francia del Europeo.FEB

En ese Mundial estarán con toda seguridad alguna de las figuras que han culminado la racha de este verano y las que el pasado redondearon otra mejor si cabe, cuando las selecciones de todas las categorías, desde la sub-16 hasta la sénior, ganaron todos sus partidos, 36. “Vienen con un descaro inusual”, cuenta Isa Sánchez, entrenadora ayudante en la absoluta y en la sub-17. Exjugadora con 96 internacionalidades y miembro del gabinete técnico de la federación, Sánchez es un buen espejo en el que comparar el pasado y el futuro baloncesto femenino español. Esa actitud, apunta, es el resultado de estar compitiendo con la selección a partir de los 15 años, colgándose medallas desde que se ponen la camiseta del combinado nacional. “Mi primera selección fue la absoluta. Ahora con 15 ya puedes jugar un europeo y con 16 un Mundial”. Y el resultado, dice, es el mismo que cuando un "pipiolo" de 17 años llamado Ricky Rubio llegó a la absoluta con un descaro y una forma de relacionarse con sus compañeros que no era normal, como uno más desde el principio.

“Eso es lo que buscamos”, se reafirma. "Son niñas, pero no cuando están en la pista. A su nivel, dominan el oficio", subraya Palmi.

A este cuidado por mantener la exigencia en las categorías inferiores se suma la emigración forzosa de las jugadoras a Ligas con mejor salud económica y con más presencia en la Euroliga (en la absoluta solo Marta Xargay juega en España, en el Perfumerías Avenidas). Además está el interés de la NCAA femenina, la Liga universitaria de Estados Unidos, cuyos equipos vienen a pescar en las categorías inferiores de la selección en busca de talento y ofreciendo a las jugadoras una oportunidad de oro para formarse, ser becadas y pulir su baloncesto en el más alto nivel. “Me llaman para que les pase información y sus números de teléfono”, asegura Sánchez. Empiezan a tentarlas cuando tienen 17 años. De hecho, la mayoría de las jugadoras de la sub-18 juegan en Estados Unidos. Como por ejemplo Leticia Romero (Las Palmas, 1995), que ya ha estado incluida en la lista de la absoluta para la fase preparatoria y que jugó con el Kansas State, donde tuvo algunas dificultades con el club, antes de fichar por el Florida State.

Palmi no está del todo de acuerdo con esta visión. "No comparto que las que se van a la NCAA vuelven en mejores condiciones. Como mucho lo hacen de la misma forma que hubieran evolucionado aquí. Es más una experiencia de vida", apunta el director deportivo. Para él, la clave está en la formación en España, la red de federaciones autonómicas (los campeonatos de España de selecciones autonómicas de minibasket), la formación en los clubes, el gabinete técnico de la selección española (compuesto por biomédicos, tutores y recuperadores, entre otros) y la participación en los europeos, desde la categoría sub-16.

En España, el baloncesto femenino, según datos de 2013, cuenta con 144.748 licencias, más del 20 % del total en todos los deportes.

"Antes nos limitábamos a buscar a la Amaya Valdemoro o la Alba Torrens de turno", reconoce Palmi. "Las de mi generación siempre hemos sido luchadoras, no teníamos el talento de ahora, pero sí, como decimos nosotras, los ovarios", abunda Isa Sánchez.

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Sobre la firma

Antonio Nieto
Desde 2018 es redactor de Vídeo de EL PAÍS. Antes, pasó sus primeros cinco años en la sección de Deportes del diario. Es licenciado en Periodismo y Comunicación Audiovisual por la Universidad Carlos III de Madrid y Máster de periodismo de EL PAÍS.

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