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Pedrosa rompe la racha de Márquez

El líder se queda fuera del podio tras una magnífica carrera de su compañero de equipo, Lorenzo y Rossi

Nadia Tronchoni
Dani Pedrosa.
Dani Pedrosa. Lubos Pavlicek (AP)

Llegó el día. Sabía que iba a llegar. Y llevaba tiempo avisando al personal, aunque nadie le creía. Es tan bueno que cualquier duda se toma por una falsa modestia mal entendida. Pero Márquez tenía claro que habría un domingo en el que no ganaría la carrera. Debía demostrar que sabría perder de la misma manera que sabe ganar. Y no solo perdió, sino que por primera vez se quedó fuera del podio. La última vez que no descorchó una botella de champán fue en Australia, en octubre del año pasado. En esta ocasión, ante 138.312 espectadores —la mayor asistencia a un circuito este año—, no fue un fallo de estrategia el que le negó la victoria, sino tres maravillosos pilotos.

Las derrapadas del líder a la entrada de las curvas, recurso que maneja como nadie para no perder tiempo en los virajes más rápidos pues él lo gana todo en frenada, contrastaban con la delicadeza al manillar de su compañero de equipo, Pedrosa; también con la inclinación y velocidad de las Yamaha de Lorenzo y Rossi en las curvas más largas. Y así, con calma y paciencia, remontando posiciones y con algún interior que otro, fueron buscando sus sitios los tres magníficos, que impusieron un ritmo endiablado.

Clasificación Moto GP

1. Dani Pedrosa 42:47.800

2. Jorge Lorenzo     a 0.410

3. Valentino Rossi  a 5.259

4. Marc Márquez    a 10.454

Habían vivido los últimos meses cohibidos, incapaces de sacudirse el yugo de Márquez, como si se les hubiera olvidado lo buenos que fueron. La dictadura impuesta por el campeón más joven de la historia, ganador de las diez primeras carreras de la temporada, les había torcido el gesto, había cercenado sus recursos en la pista, sobre todo los de quienes estaban llamados a darle la réplica: Lorenzo y Pedrosa. Cansados de tanto halago al chico de los récords han hecho memoria y han recordado lo buenos que son, por algo representan a la mejor generación de pilotos de la era moderna. Lo demostraron nada más se apagó el semáforo, con una primera vuelta velocísima, y en las chicane de Brno.

El campeón: “Hoy no era el día”

Marc Márquez hizo un gesto de rabia al llegar a meta cuarto tras diez premios seguidos encaramándose a lo más alto del podio. Buena muestra de su ambición.

“Estaba acostumbrado a cruzar el primero. Y pensaba que podría luchar por el podio, pero pasar cuarto... Aún así me he contenido bastante. Me he alegrado al ver el recuento de puntos, 77 de ventaja no está nada mal”, confesó. Desde que debutó en MotoGP el año pasado el español no había completado ni una sola carrera fuera del podio. En 2013 hubo solo dos ocasiones en que no estuvo entre los tres primeros: una por caída y otra por descalificación. Ahora, tras sus diez victorias consecutivas, dice haberse quedado descansado tras la derrota: “Es una liberación, ahora ya no se hablará más de las carreras que puedo ganar, sino del campeonato. Ese es nuestro objetivo y diría que todavía es factible”, añadió con sorna.

El líder del Mundial dijo sentirse orgulloso: “He sabido ser cuarto. Si me hubiera pasado esto el año pasado hubiera terminado en la grava”. No tenía buenas sensaciones, equivocó la puesta a punto y, según explicó, le costó mucho gestionar la carrera, algo que habitualmente hace bien.

Le ganaron esta vez sus rivales, mucho más contentos con el resultado: “Hoy hicimos bien hasta la elección de la visera”, resumió Dani Pedrosa, el ganador de la carrera, que contó que tuvo que actualizar su plan visto el empuje de Jorge Lorenzo en las últimas vueltas. El mallorquín estaba exultante: “Nos hemos quitado un peso de encima. Hubiera sido embarazoso que Marc ganara todas las carreras. Ahora vemos la victoria con otros ojos”.

Valentino Rossi, tercero pese a una lesión en un dedo, puso la nota simpática: “A partir de hoy el campeonato queda oficialmente reabierto”.

Pese a tener la pole, hizo una mala salida Márquez, que había dejado a las Ducati de Iannone y Dovizioso aprovecharse de sus rebufos el sábado, en la clasificación, para intercalar en parrilla un par de motos molestas para sus rivales, que salieron quinto, sexto y séptimo respectivamente. Le sirvió de poco. Las dos Ducati y Pedrosa llegaron antes que él a las primeras curvas, y también le adelantarían las dos Yamaha de Lorenzo y Rossi. Sufrió desde entonces para reubicarse en la pista, con una configuración equivocada y poco agarre; forzó demasiado al principio y se quedó sin goma trasera para culminar la faena. En un par de giros Lorenzo se había colocado en cabeza —tras un adelantamiento doble a las Ducati— mientras Márquez trataba de no perder de vista a Rossi, con quien se las tendría en algunas vueltas. Tuvo que ponerse serio con Iannone, que no le teme, por algo era el único que le peleaba la posición en cada curva en los años más locos de Moto2, y que le devolvió un adelantamiento obligándole a levantar la moto para evitar el choque.

Y mientras tanto, seguía Pedrosa a lo suyo, concentrado reducir distancias con Lorenzo. Lo hizo tras cinco giros. Y al sexto le adelantó. Fue a la entrada de la curva tres, la primera chicane antes de la subida. Fácil. Sencillo. Como lo fue lograr cierta distancia gracias una constancia vuelta tras vuelta que no se le había visto todavía este curso. Apenas era dos o tres décimas más veloz. Pero no cometió un solo error. Y eso le bastó para defenderse del mallorquín incluso cuando este empezó a rodar más rápido que nadie. Redujo el de Yamaha los metros que les separaban, pero no lo suficiente. Y se contentó con un segundo puesto que le sabe a gloria.

Como el tercero a Rossi. No ha perdido el apetito el italiano, que le devolvió los adelantamientos a Márquez y, por una vez, ganó la batalla. Tras el cuerpo a cuerpo de aquel con Iannone, Rossi se empeñó en no perderle de vista. Y pasado el ecuador de la prueba, cuando vio que al de Honda ya no le aguantaban los neumáticos, que no controlaba su rueda trasera, le ganó la partida por el interior al enganchar dos curvas sucesivas a la derecha, justo antes de llegar al estadio. Y el chico asumió que ese domingo que esperaba había llegado. Era momento de saber perder. Lo hizo ante tres grandes.

Rabat y la carrera perfecta

N. T., Brno

Después de tres carreras llenas de dudas y problemas nada mejor que una pole para recuperar la confianza. No en vano todas las victorias de Tito Rabat este año –cinco con esta última– las ha construido el catalán desde esa primera posición de la parrilla. No corre cómodo entre máquinas y aspiraciones. No necesita referencias; ni le entusiasma la pelea. Él prefiere hacer su trazada libre de ataduras. Siempre dibujó una línea muy peculiar. Y fino como es, delicado con las gomas, puntual como un reloj, clava los tiempos vuelta a vuelta e impone el ritmo que se le antoja cuando le dejan disfrutar de la pista en soledad. Como este domingo en Brno, un circuito propicio para abandonarse a la perfección de un giro y otro y otro, fluidas como son sus curvas, enlazadas, sin apenas frenadas y con múltiples chicane para que tipos como él disfruten de los cambios de dirección.

Aprovechó el envite Rabat, necesitado como estaba de una victoria así de contundente. Y se marcha con otra cara de la República Checa aunque no pudo recortarle más que cinco puntos en la general a su compañero de equipo, Mika Kallio, quien, aunque muy lejos de las prestaciones de su vecino de box, echó mano de su experiencia y paciencia para trabajarse una merecida segunda posición. Al tercer escalón del podio se subió Sandro Cortese por primera vez desde que se estrenó en Moto2 el año pasado.

La del podio, sin embargo, fue una pelea inexistente. Rabat, excelente en la salida, impuso un ritmo tan alto desde el primer giro que forzó la disgregación del grupo en cabeza. En una vuelta ya tenía un segundo de margen. Y tras la caía de Lowes, con quien se peleó Kallio al inicio, las distancias entre los primeros no hicieron más que aumentar. Era imposible alcanzar la perfección de Rabat en Brno, pero también perseguir a Kallio.

La batalla se centró pues en la cuarta posición y fueron dos suizos, Luthi y Aegerter, y un español, Viñales, quienes la protagonizaron: los dos primeros lo hicieron prácticamente desde que se apagó el semáforo; el debutante llegó más tarde, tras una brillante remontada –ya está acostumbrándose a ellas– desde la 17ª posición de la parrilla. Pero no pudo culminar el trabajo. Su constancia, sin embargo, le basta para defender la tercera posición de la clasificación.

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Sobre la firma

Nadia Tronchoni
Redactora jefa de la sección de Deportes y experta en motociclismo. Ha estado en cinco Rally Dakar y le apasionan el fútbol y la política. Se inició en la radio y empezó a escribir en el diario La Razón. Es Licenciada en Periodismo por la Universidad de Valencia, Máster en Fútbol en la UV y Executive Master en Marketing Digital por el IEBS.

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