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La angustia de Luis Suárez

El uruguayo, fuera del campo por sanción tras el Mundial de Brasil, trabaja con psicólogos del Barça para apaciguar su estrés

Luis Suárez posa con el '9' durante su presentación.Foto: atlas | Vídeo: TONI ALBIR
Nadia Tronchoni

Hizo las maletas y se fue para casa, con su mujer y sus dos hijos, antes de tiempo. Luis Suárez (Uruguay, 27 años) había sido expulsado del Mundial de Brasil 2014 por un mordisco a Chiellini en el partido contra Italia. Máximo goleador de la Premier y Bota de Oro junto a Cristiano, esperaba cerrar un acuerdo con el Barça y así cumplir un sueño que tenía “desde chico”. Pero las horas se le hacían eternas. “Hubo días en que no tenía ganas de hacer nada. Estaba muy deprimido”, confesó ayer, el día de su presentación como nuevo jugador del club azulgrana —el Liverpool percibió 81 millones por su traspaso— para las próximas cinco temporadas.

Le preocupaba que todo aquello influyera en las negociaciones, pero también su imagen, su comportamiento en el campo. “Supe que tenía que aceptar la realidad, pedir perdón al jugador [disculpas que Chiellini aceptó], a la gente del fútbol, a Uruguay”, añadió. No era la primera vez. Suárez había mordido a dos rivales en ocasiones anteriores: en 2010 a Makkal, del PSV, cuando era jugador del Ajax; y a Ivanovic, del Chelsea, en 2013, como goleador del Liverpool.

Era un tema del que había hablado mucho con Óscar Tabárez, seleccionador de Uruguay, y con su mujer, tal y como confesaba en una entrevista a este diario el pasado junio: “Tengo dos hijos y mi mujer me llegó a decir que si no cambiaba mi forma de jugar no iría más a verme con mi hija. Y que mis hijos no me vieran jugar... son momentos en los que te pones a pensar en lo que sufriste para llegar acá. ¡Para echarlo a perder por una estupidez!”.

Hubo días en que no tenía ganas de hacer nada. Estaba muy deprimido”

Pero reincidió. Y ahora busca soluciones con la ayuda de su nuevo equipo. El Barcelona no sólo no ha incluido una cláusula en el contrato del jugador para protegerse ante un episodio similar al de Brasil —Suárez no podrá jugar con el Barça hasta el 25 de octubre, ni disputará los próximos ocho encuentros oficiales con su selección—, sino que además se está encargando de ayudar al delantero y le ha puesto en manos de sus psicólogos. Precisamente el nuevo técnico, Luis Enrique, incorporó al equipo a su llegada al especialista Joaquim Valdés.

A la institución barcelonista le ocupa sobre todo la estabilidad emocional del futbolista, que busca explicación al porqué de esas reacciones agresivas en la cancha.

Luis Suárez se dispone a pasar durante el Gamper.
Luis Suárez se dispone a pasar durante el Gamper.JOSEP LAGO (AFP)

Suárez está estresado, angustiado. Es lo primero que percibieron en el club a su llegada. Como no se podía entrenar con el equipo —no hasta que el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS) revisó la sanción impuesta por la FIFA—, el club le puso a trabajar con Juanjo Brau, el fisioterapeuta del Barça que ya moldeó el cuerpo y los hábitos de Messi. No podía pisar un estadio de fútbol, pero debía recuperarse físicamente del esfuerzo que supuso para él llegar al Mundial tras una operación de menisco apenas 28 días antes de su primer partido, contra Inglaterra, en el que marcó dos goles.

Al club le gusta su versatilidad: “Nos da múltiples opciones en ataque”, dice Andoni Zubizarreta

“No es normal que volviera a jugar en cuatro semanas, necesita cuidados”, reconocían en el club entonces. “Apuré tanto para llegar al Mundial que después de haber parado un tiempo me costó volver a comenzar”, concede el jugador. Ha pasado, con Brau, uno de los veranos más atípicos de su vida: se instaló en un hotel cerca de la casa de sus suegros —residen en el Castelldefels desde hace años—, pasó horas en el gimnasio, corrió por la playa y por caminos en el monte del Tibidabo, en la sierra de Collserola. “Hice un gran trabajo para fortalecer la pierna”, dijo. Hasta que el jueves pasado el TAS anunciaba que podría entrenarse con el equipo. Hasta que el lunes debutara en el Camp Nou en el Trofeo Gamper, un amistoso, lo único a lo que aspira hasta que, cumplida la sanción, se postule para jugar contra el Real Madrid en el que será, supuestamente, su debut en la Liga.

Ahora, asumido el castigo y el problema —“les dije a los fans que no se preocupen, que no lo volveré a hacer”—, Suárez se centrará en el fútbol. Ahora que, como dijo, ya puede dormir bien y lo único que le duele son los pies, “de no poder usar los zapatos de fútbol”. Aunque todavía no ha podido hablar demasiado con el técnico, Luis Enrique, señala que está preparado para jugar en cualquier posición de ataque: “En el Liverpool jugué mucho tiempo por la izquierda y por la derecha, porque cuando estaba Sturridge él era el nueve. Cuando no, jugaba yo en esa posición”.

Es su versatilidad una de las cualidades que más destacó el director deportivo, Andoni Zubizarreta: “Hace las cosas muy sencillas. Puede jugar desde atrás y desde ambos lados. Tiene gol. Y nos da múltiples opciones en ataque”. A él lo que le admira es la competencia, la capacidad de jóvenes como Munir o Sandro, y, por supuesto, Messi y Neymar: “Mirando el primer tiempo tenía ganas de aplaudirles”, concedió tras su primer partido como azulgrana.

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Sobre la firma

Nadia Tronchoni
Redactora jefa de la sección de Deportes y experta en motociclismo. Ha estado en cinco Rally Dakar y le apasionan el fútbol y la política. Se inició en la radio y empezó a escribir en el diario La Razón. Es Licenciada en Periodismo por la Universidad de Valencia, Máster en Fútbol en la UV y Executive Master en Marketing Digital por el IEBS.

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