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El baloncesto calienta Finlandia

En un país en el que predomina la afición por el hockey sobre hielo, la participación de la selección nacional en el Mundial de España ha provocado un desplazamiento sin precedentes

Gorka R. Pérez
Aficionados finlandenses en la Fan Zone de Bilbao.
Aficionados finlandenses en la Fan Zone de Bilbao.efe

Los casi cinco millones y medio de finlandeses que observan Europa desde el impoluto parador nórdico, sorprendentemente caluroso en las últimas semanas de agosto, se llevaron una alegría en febrero, cuando su selección recibió la invitación de la FIBA para participar en el Mundial de Baloncesto. Finlandia, Brasil, Grecia y Turquía obtuvieron la WildCard, dejando fuera a Rusia, China, Canadá, Italia y Alemania. La sorpresa fue mayúscula para una selección que ocupa la 39ª posición en el ránking mundial, y que nunca antes había participado en un Campeonato del Mundo.

"Hay un boom con el baloncesto en Finlandia", reconoce Hannu Tolonen, asesor del departamento de Deportes del Ministerio de Educación y Cultura. No hay persona en Helsinki que no esté al tanto de semejante acontecimiento. "Es algo que ha ido creciendo de manera continua en los últimos años", abunda Tolonen, mientras saborea un filete de ciervo con puré de patatas en un restaurante cercano al puerto. Entre bocado y bocado no entra a valorar los rumores que apuntan a que Rovio, empresa local y responsable del archiconocido videojuego Angry Birds, pagó 500.000 dólares (373.301 euros) para conseguir esa invitación. "Eso es lo que se dice, pero no puedo confirmarlo ni desmentirlo", se excusa.

"Si conseguimos organizar un campeonato internacional seguramente tengamos que construir estadios más grandes", apunta Tolonen

En Helsinki, capital del país más admirado por su eficiente sistema educativo, viven alrededor de 608.000 habitantes. Es también la ciudad con mejores instalaciones para practicar el baloncesto. "Si conseguimos organizar un campeonato internacional seguramente tengamos que construir estadios más grandes", apunta Tolonen. El hockey hielo sigue siendo el deporte con mayor seguimiento, de ahí que las pistas congeladas se transformen en canchas de baloncesto cuando se superan los 5.000 o 6.000 espectadores que entran de media en los pabellones de baloncesto.

"Intentamos crecer fijándonos en países como Lituania —donde el baloncesto es el deporte nacional—, pero todavía nos queda mucho recorrido", añade el asesor. Las duras condiciones climatológicas que golpean Finlandia, especialmente en invierno, donde el año pasado se alcanzaron temperaturas de 40 grados bajo cero, impiden que el baloncesto eche raíces en la calle. "De repente descubrimos que también podíamos ser buenos en otro tipo de deportes, no sólo los de invierno", apunta Juhana Tuunanen, secretario de la Embajada de Finlandia en España.

12 equipos compiten en la Korisliiga, la categoría más alta del baloncesto finlandés, enfrentándose cuatro veces entres sí a lo largo de la competición. El bajo nivel competitivo obliga a los jugadores con más proyección (Koponen, base del Khimki ruso, es el ídolo de los aficionados) a salir del país o a tener que buscarse un trabajo para sobrevivir. Sólo los jugadores de hockey hielo pueden vivir del deporte.

En el Eurobasket de Eslovenia, Finlandia derrotó contra todo pronóstico a Turquía, Suecia, Grecia y Rusia. En la segunda fase se enfrentaron a Croacia, España y Eslovenia. Sólo ganaron a los anfitriones, lo que les valió para terminar el torneo en 12ª posición. Un resultado magnífico que despertó al país. Tanto que en Bilbao, donde se hospedará la selección finlandesa, se espera la llegada de 8.000 aficionados.

"Nosotros somos el sexto jugador. Ellos juegan con el corazón y saben que estaremos ahí", dice un aficionado

"Ha sido como una bola de nieve que la lanzas y va creciendo. Nosotros somos el sexto jugador. Ellos juegan con el corazón y saben que estaremos ahí". Lo asegura con voz poderosa Jarkko Rönnholm, miembro de la Asociación de Aficionados al Baloncesto, compuesta por 3.500 miembros, —la segunda agrupación más grande del país—, que viajarán a Bilbao en uno de los 10 aviones que partirán desde el aeropuerto de Vantaa el 29 de agosto.

Todo el desplazamiento corre a cargo de los propios aficionados. El paquete más barato (vuelo a Madrid, autobús a Bilbao, estancia en albergue más entradas para los primeros cinco partidos) tiene un coste de 500 euros. Una cifra que puede ascender hasta los 2.500 euros en función del alojamiento y de los extras (visitas guiadas a San Sebastián y La Rioja, entradas para el Guggenheim, paseos en bicicleta) que se pueden añadir a la estancia.

"Somos felices, vamos a disfrutar del partido. Nadie espera nada, por lo que no creo que ellos estén presionados", apunta Janne Virtanen, de 26 años, que luce un tatuaje en el hombro con el lobo que identifica a los Wolfpacks, el apodo americano de la selección finlandesa. "Me lo hice cuando recibimos la WildCard. Mira, mi padre también tiene otro", añade. Es cierto, Risto, con una bufanda anudada en la frente, muestra el dibujo del pato Donald haciendo un mate con un balón en el que aparece el mismo animal. "Somos unos fanáticos del baloncesto", confía entre risas.

El dibujo del lobo refleja el espíritu de equipo. La manada por encima del individuo. Son los Susijengi, (apodo original) y aúllan para demostrarlo antes de los partidos. Es algo que nació con una canción de Uniikki, publicada en 2012 en el album Kiitorata, que se ha convertido en todo un himno para el equipo y los aficionados. Es el sonido de una manada que ha llegado para quedarse

El deporte como asignatura troncal

El Instituto Mäkelänrinteen, en Helsinki, es uno de los 13 centros finlandeses que ofrece un programa educativo combinado con el deporte desde 1994. En él estudiaron figuras de la actual selección de baloncesto como Mottola o Koponen, cuyos nombres aparecen orgullosamente reflejados como estudiantes del año en un cuadro que adorna uno de los pasillos.

"Les enseñamos lo que supone ser un deportista de alto nivel. Aquí se familiarizan con las rutinas de trabajo que deberán tener en el futuro si quieren vivir de ello", apunta Mirka Dettmann, asistente del entrenador del equipo femenino del centro, y una de los 70 entrenadores que trabajan en el instituto.

Actualmente 600 estudiantes de entre 16 y 19 años se han matriculado en el modelo que combina educación y deporte. "Vinimos a estudiar aquí por el reconocimiento que tiene este centro y porque queremos ser jugadores de la NBA", confiesa Samuli Nieminen, miembro de la selección sub-19 de Finlandia, que se encuentra cursando el último año mientras se ejercita en uno de los gimnasios.

El éxito del baloncesto ha despertado el interés de los jóvenes por el deporte de la canasta. Y desde el centro, gratuito, y de uso público, por el que sólo se pagan algunas de las comidas, se han readaptado los planes de estudio. "Ellos se organizan a su manera. Lo único es que a final de curso tienen que pasar las mismas pruebas que los otros estudiantes que no están matriculados en deporte. Además, los entrenadores valoran su evolución deportiva por lo que la nota engloba las dos facetas", comenta Vesa Viherva, director del instituto.

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Sobre la firma

Gorka R. Pérez
Es redactor de la sección de Economía y está especializado en temas laborales. Ha desarrollado la mayor parte de su carrera en EL PAÍS. Antes trabajó en Cadena Ser. Es licenciado en Periodismo por la Universidad del País Vasco y Máster en Información Económica de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo.

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