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Francia, manga por hombro

La selección de Collet cambia los tirantes por un nuevo diseño que no termina de implantarse a pesar de los esfuerzos del marketing

Faustino Sáez
Rudy Gobert, con camiseta con mangas, siendo interceptado por Nene Hilario, de Brasil, en el partido del sábado 30 de agosto de 2014.
Rudy Gobert, con camiseta con mangas, siendo interceptado por Nene Hilario, de Brasil, en el partido del sábado 30 de agosto de 2014.Pepe Villoslada

La selección francesa comenzó su participación en el Mundial con problemas en su juego interior, pero presumiendo de camiseta con mangas. Es la primera selección que lo hace. Pero, como las modas son cíclicas y cambiantes, la tendencia es al tiempo novedosa, retro y vintage. La histórica prenda de tirantes lleva ya un tiempo acosada por la mercadotecnia.

Los Golden State Warriors estrenaron en febrero de 2013 un nuevo diseño de camiseta de manga corta para aumentar las ventas, diversificar la publicidad y potenciar su imagen en la NBA, y, a partir de ahí ha habido varios coqueteos con la tendencia. El equipo vistió episódicamente el diseño de Adidas que, según la marca, era un 26% más ligera que las prendas tradicionales. La apuesta se complementó además con unos pantalones confeccionados en un 60% de material reciclable. “Todo esto no lo hacemos solo por las ventas sino por la imagen y porque la franquicia vaya adelante”, contó Rick Welts, presidente de Golden State, que recordó que en 1985 ya trataron de introducir las camisetas de manga corta. Como experimento, la moda se unificó en la jornada de Navidad y se exhibió en el último All Star aunque no contó con el beneplácito de todos los jugadores.

Parches para tapar los tatuajes

F. Sáez

Varios jugadores de la selección de Irán, incluido su estrella Hamed Haddadi, jugaron ante España con unas tiras negras en sus brazos. La circunstancia, que causó extrañeza en los espectadores del Palacio Municipal de Deportes de Granada, se debió a la petición expresa de la federación del país asiático a sus internacionales para que ocultaran todos sus tatuajes.

No fue una novedad. En 2011, bajo la presidencia de Mahmud Ahmadineyad, el gobierno iraní instauró un reglamento restrictivo que prohibía a las mujeres llevar las uñas largas, vestir con colores brillantes y pantalones ajustados, y lucir tatuajes o piercings. A los hombres se les instaba a no teñirse el pelo ni depilarse las cejas, y a no lucir joyas o tatuajes entre otras medidas. Retomando los valores de la revolución islámica de 1979, cuando las mujeres fueron obligadas a cubrirse el pelo en público y a vestirse con ropas amplias, Irán aprobó ese catálogo de prohibiciones en contra de las tendencias occidentales, código que permanece en vigor con Hasán Rouhaní al frente de la República.

La marca deportiva alemana lleva desde el año 2011 intentando sacar el proyecto adelante, incluyendo pruebas en pretemporada y entrenamientos con las franquicias NBA y proyectó una camiseta similar a la de la selección francesa para que la vistiera el Real Madrid la pasada temporada aunque finalmente la idea no se llevó a cabo. También llevan tiempo implementando este diseño en algunos equipos de la Liga Universitaria (NCAA) e institutos. Las prendas de los equipos profesionales se venden por unos 300 dólares (227 euros) y tienen unas réplicas más económicas a 110 dólares (83 euros). Los expertos en marketing bendicen la idea porque supone un mayor espacio para la publicidad y porque los aficionados las demandan para usarlas con la misma naturalidad que las de fútbol, pero el modelo no termina de implantarse.

La propuesta, no obstante, tiene tanto de innovadora como de restrospectiva. Los Boston Celtics de la temporada 1946-47, cuando aún jugaban en la Basketball Association of America, dos años antes de la nomenclatura NBA, ya jugaban con manga corta al igual que el Maccabi de Jim Boatwright de finales de los 70. En España y a título individual, históricos como Juan Antonio San Epifanio jugaron en algún momento de su carrera con mangas bajo los tirantes.

En Granada, Francia se apuntó a la moda y jugó ante Brasil sin tirantes. Una revolución en el parquet que no llegó acompañada de la victoria porque los de Collet demostraron que, con la infinita lista de bajas con la que han llegado al Mundial, tienen el equipo manga por hombro.

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Sobre la firma

Faustino Sáez
Es redactor de deportes del diario EL PAÍS, especializado en baloncesto. Además del seguimiento de ACB y Euroliga, ha cubierto in situ Copas, Final Four, Europeos y Mundiales con las selecciones masculina y femenina. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid y ha desarrollado toda su carrera en EL PAÍS.

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