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Pau Gasol es mundial

La magnificencia del pívot de Sant Boi enmarca la espléndida exhibición de España ante Brasil.

Robert Álvarez
Pau Gasol se zafa del brasileño Varejao.
Pau Gasol se zafa del brasileño Varejao.Jorge Guerrero (AFP)

Le da lo mismo Irán, Egipto o Brasil, que se le pongan delante Nene, Splitter o Varejao. Pau Gasol se ha afinado hasta tal extremo que, a sus 34 años, parece haberse reinventado en su terco intento de completar la doble misión que estuvo a punto de cumplir en Londres hace dos años: ganar el oro y conseguirlo ante la selección de Estados Unidos. Y donde dice Pau Gasol, léase la espléndida selección española que lidera.

El mayor de los Gasol tomó la bandera del equipo para salvar con una holgura asombrosa el primer envite de envergadura al que hizo frente la selección española en la Copa del Mundo. Pau no tuvo necesidad de hacer un derroche, ni demandar más papel de la cuenta. Se impuso como si nada, con una naturalidad pasmosa y gracias, sin duda, a la excelente escolta que le acompaña. Con su hermano Marc formando una pareja devastadora. Con Ibaka espléndido al quite, Felipe presto a las ayudas, Sergio Rodríguez listo para aportar su docena de puntos.

BRASIL, 63 - ESPAÑA, 82

Brasil: Marcelinho Huertas (8), García (2), Leandrinho Barbosa (11), Nené Hilario (7), Splitter (6) -equipo inicial-; Machado (6), Neto (2), Hettsheimeir (0), Taylor (4), Varejao (10) y Vieira (7).

España: Ricky Rubio (2), Navarro (10), Rudy Fernández (6), Pau Gasol (26), Marc Gasol (8) -equipo inicial-; Sergio Rodríguez (12), Calderón (5), Felipe Reyes (1), Claver (0), Llull (7), Ibaka (5) y Abrines (0).

Árbitros: Vázquez (Puerto Rico), Ryzhyk (Ucrania) y Jordan (Estados Unidos).

Pabellón Municipal de los Deportes de Granada. 8.810 espectadores.

Todo el equipo funcionó de maravilla, con un reparto definido, asumido. Pero no dejó de abrumar la magnificencia de Pau, que se adornó incluso con tres triples, como si se tratara de un consumado tirador exterior y cerró con 26 puntos, nueve rebotes y tres tapones su antológico partido.

España aplicó la ecuación más elemental, a más rival, mejor rendimiento. Se le plantó un Brasil desafiante desde su listado nominal. Bastaron unas cuantas idas y vueltas por la cancha de los quintetos de gala para que Navarro y Pau Gasol hicieran manifiesta su voracidad y su tremebunda capacidad anotadora. Uno por fuera, el otro por dentro. Brasil no supo por dónde cogerlos. Su defensa se descuajeringó, bamboleada por la rapidez de Ricky, los acelerones de Rudy y Navarro, la imponencia y capacidad resolutiva de los hermanos Gasol en ambos extremos de la cancha.

Después de los destensados partidos ante rivales como Irán y Egipto, el equipo español necesitaba una horma, un partido con tralla, confrontarse a un rival con destellos deslumbrantes, con un trío interior de nbas, con talento y físico que sobre el papel parecían bastar para que presentara la batalla ante la batería de pívots españoles. No fue el caso.

El pívot de los Bulls sumó tres triples y cerró con 26 puntos, nueve rebotes y tres tapones

Marcelinho cargó el juego sobre Splitter y Nene. El desafío del poderoso juego interior brasileño fue desaforado. Pero ni el flamante campeón de la NBA con los Spurs ni el de los Wizards pudieron en el uno contra uno ni en el dos contra dos frente a la pareja de Sant Boi. Sin oxígeno dentro y extraviada la traza de los exteriores, el base del Barcelona no encontró más recurso que tirar por la calle de en medio y concluir él mismo varias acciones. Un recurso a la desesperada porque dejaba a Brasil en la miseria táctica.

Para entonces España ya había puesto la directa. Navarro había anotado siete puntos, los dos Gasol se habían colgado ya del aro de tan zarandeada y expuesta que quedaba la defensa brasileña. Apenas habían transcurrido nueve minutos y Pau ya había sumado una docena de puntos. El varapalo para Brasil era enorme: 12-30.

Con su hermano Marc forma una pareja devastadora. E Ibaka, espléndido, al quite

Los relevos cambiaron la tónica del juego. Magnano, el seleccionador argentino de Brasil, optó por un equipo de 'bajitos' con Neto, Taylor y Barbosa operando por fuera. Orenga alineó a tres bases juntos en la cancha. El problema fue que el equipo español notó que coincidiera el descanso de Pau y Navarro. Los brasileños encontraron algún tiro lejano y España se encasquilló durante cuatro minutos en los que solo anotó tres puntos (23-33).

Un triple de Calderón desatascó la situación, pero se produjo un problema adicional: la tercera falta de Marc. Ibaka y Llull se encargaron de reanimar el juego y Sergio Rodríguez, especialmente en el último cuarto mantuvo el tono del juego español ante el que Brasil no tuvo apenas nada que decir. El triunfo reforzó el papel de algunos jugadores que no se habían mostrado hasta ahora excesivamente finos como Llull, Calderón y Sergio Rodríguez. Funcionó el juego exterior de España, aunque todo quedó a la sombra de la extraordinaria demostración de un Pau Gasol realmente mundial.

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Sobre la firma

Robert Álvarez
Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona, se incorporó a EL PAÍS en 1988. Anteriormente trabajó en La Hoja del Lunes, El Noticiero Universal y el diari Avui.

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