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“La FIFA siempre fue progresista”

El candidato a la presidencia de la FIFA, Jérôme Champagne, analiza la situación del organismo internacional y reclama mayor igualdad entre clubes

Jérôme Champagne, durante sus vacaciones en Salou.
Jérôme Champagne, durante sus vacaciones en Salou.Josep Lluís Sellart

El padre de Jérôme Champagne (París, 1958) –Jérôme se enfrenta a Josepp Blatter en la lucha por la presidencia de la FIFA, el 15 de junio de 2015--, fundó una escuela de vela en Salou en 1965. Allí vuelve cada año, donde la infancia le remite a dunas y pinos, al hijo del pescador de la playa, con el que jugaba, y a su madre comprando verdura y fruta a un payés que servía en un carro tirado por un burro. Salou ya no es lo que era. Pero Champagne, diplomático de carrera, que trabajó como periodista para France Football antes de ejercer en Omán, en Cuba, en Brasil y en los Estados Unidos, vuelve cada verano desde Zúrich, donde vive con su esposa, estadounidense, y sus tres hijos. Vivió el Mundial de Estados Unidos 94, colaboró con Michel Platini en la organización de Francia 98 y desde 1999 hasta 2010 trabajó en la FIFA a las órdenes de Joseph Blatter. Es el principal culpable de que Sudáfrica organizara el Mundial de 2010 y fue precisamente allí, en el comité ejecutivo celebrado en Robben Island en Diciembre 2009, donde Blatter le cortó la cabeza y le echó de la FIFA. Habla cinco idiomas –“perdí el árabe, se lamenta” - le gustan los calamares y es socio del Saint Etienne y del FC Barcelona. Pelé avala su candidatura.

Pregunta. ¿Por qué quiere ser presidente de la FIFA? ¿Por el dinero?

Respuesta. Cuando salí de la FIFA, tenía el privilegio de poder volver a la diplomacia francesa, pero no tenía esa motivación y no quería dejar el fútbol. Pero, el próximo año, hemos de decidir qué fútbol queremos y yo lo tengo claro. La globalización fue muy positiva para nuestro deporte y lo demuestran datos irrefutables. Hoy, el fútbol es sin ninguna duda el deporte universal. Un partido contra Bélgica tuvo el doble de audiencia que el partido decisivo de la NBA esta temporada. En Nueva Zelanda hay más licencias de fútbol que de rugby… Pero tenemos un problema central.

P. ¿La corrupción?

R. No, la desigualdad entre continentes, entre países de un mismo continente, entre clubes de una misma liga, y la pérdida de raíces y sentimientos. La globalización genera una polarización y una concentración de dinero, de jugadores y de imágenes alrededor de una minoría de clubes y competiciones. El baloncesto es fantástico, pero todo está concentrado en un país y la FIBA no tiene ni por casualidad el poder y el protagonismo de la NBA. Para reducir la desigualdad en el fútbol depende de una FIFA más fuerte, más respetada, más democrática y proactiva. Quiero luchar contra las desigualdades. Y necesitamos un gobierno global fuerte.

P. ¿Qué le dice la frase: “odio eterno al fútbol moderno”?

R. No, yo no diría tanto. A mí me gusta el fútbol moderno.

P. Pues la frase define un sentimiento muy generalizado entre gran parte de los aficionados, nostálgicos de un fútbol más cercano.

Blatter no es corrupto. Él viene de una familia muy humilde

R. Claro, y lo puedo entender, yo también vengo de otra manera de entender el futbol, pero no soy un romántico que quiere volver al fútbol que conocí con 14 años, no quiero volver a meter la pasta de dientes dentro del tubo. Pero tenemos que hacer un nuevo balance. Para mí, el modelo es el alemán, por los precios baratos de entradas, porque los dueños de clubes son locales, es el único país donde el impacto de canteranos creció desde el 2007, y se vio en el sub 19 y en Brasil. No soy el único que piensa esto: el presidente de la Federación inglesa pretende tener más jugadores locales en la liga. El director general de la Bundesliga pidió a la UEFA que distribuyera el dinero de la Champions diferentemente, porque genera desigualdad entre los clubes de la Bundesliga. El presidente del Barça, Josep Maria Bartomeu, dijo hace dos semanas que está a favor de una mejor redistribución de los derechos. Por eso la liga inglesa sigue siendo imprevisible.

P. Igual que en España, ¿no?

R. La liga inglesa es la que distribuye de manera más equitativa -con un ratio de 1.5 a 1 entre el club que más dinero recibe y el que menos- los derechos de la televisión. En España en la temporada 2010-2011, el ratio era de 11.5 a 1. La diferencia del reparto que ahora ha bajado de 6 a 1, tiene el mismo ratio que el de la Champions. Pero no soy el único que dice que hay que “rebalancear”, el propio presidente del Barcelona también lo ha dicho.

P. ¿Es sólo por una cuestión de dinero que la FIFA tiene mala imagen?

R. Debemos analizar cómo funciona la FIFA. En un sistema democrático, el pueblo vota y elije a su presidente, primer ministro o lo que sea. Y éste tiene el poder de elegir su gobierno. En la FIFA, no. El gobierno ejecutivo no lo escoge el presidente sino las confederaciones, y es un sistema de cohabitación permanente. Durante una buena parte del mandato de Blatter, la UEFA estuvo enfrentada a sus decisiones. Es como si Obama se tuviera que pelear cada día en su propio gobierno con el primer vicepresidente que había derrotado en las elecciones y el segundo se estuviera preparando para presentarse en su contra al fin de los cuatro años de mandato. Resulta que el poder de la FIFA lo tienen las confederaciones, que no son miembros de la FIFA. La FIFA fue creada en 1904 por y para las federaciones nacionales. Las confederaciones son una delegación, pero no son miembros. En el congreso de la FIFA tenemos federaciones nacionales, pero en el comité ejecutivo tenemos representantes de las confederaciones que no son miembros. Es como si en el Consejo de Seguridad de la ONU no estuvieran Inglaterra o Francia, sino representantes de la Unión Europea. Han adquirido el poder ejecutivo y se sabe que algunas de las reformas de la FIFA las ha frenado alguna confederación. Lo puedo decir, la UEFA privó en el 2013 de que la FIFA fuera más fuerte. Si queremos igualad entre continentes hay que hacerlo a partir de las federaciones, devolviendo su poder al ejecutivo.

P. ¿Devolviendo el fútbol al pueblo?

R. La federación nacional es la vertebración del fútbol, el balance entre el amateur y el profesional, entre el fútbol de clubes y el de la selecciones; entre el corto plazo, ganar competiciones, y el medio plazo, apoyar a las canteras. Eso no se consigue con las confederaciones, que son importantes para organizar las competiciones continentales. El problema es que las confederaciones bloquean el comité ejecutivo con sus lotes de votos. El presidente ha de poder escoger su gobierno, debemos afrontar reformas estructurales para democratizar la FIFA.

P. Usted aporta cinco reformas, básicamente.

Lo de prohibirle a Luis Suárez entrenar no me parece razonable.

R. Sí. Que el presidente escoja su gobierno. Reservar la mayoría de los escaños del comité ejecutivo a los presidentes de federaciones nacionales. Rebalancear el poder entre continentes: Europa tiene ocho escaños y África solamente cuatro con el mismo número de federaciones. Deberíamos tener en el comité ejecutivo de la FIFA una asociación mundial de clubes que represente a la patronal, una presencia mundial de los clubes y también de jugadores de la FIFPro. Porque ¿cómo podemos hacer los cambios necesarios sin involucrar a los actores? Y la quinta reforma es básica: separar el papel gubernamental de la institución de su actividad económica.

P. ¿De ahí nace la corrupción?

R. Cuando no había dinero no había problema. En 1974 había un millón de dólares al año para desarrollo. En octubre de 1981, la FIFA pidió un crédito para pagar los sueldos. Todo cambió entre 1996 y 1997, cuando los derechos de televisión se multiplicaron por diez. Todo viene de que el comité ejecutivo aprueba acuerdos comerciales. Yo quiero un muro que lo separe para evitar así el riesgo de la corrupción o de las alegaciones de corrupción.

P. ¿Pero hay corrupción o no?

R. El Daily Telegraph reveló que el antiguo presidente catarí de la confederación asiática dio dos millones de dólares al antiguo presidente de Trinidad de la CONCACAF. En la prensa mundial se habló de la corrupción en la FIFA sin explicar que lo ocurrido era entre entes, las confederaciones, que no son miembros de la FIFA. En la pirámide del fútbol hay corrupción. No es nuevo ni exclusivo del fútbol. La primera ley en Inglaterra contra fraude deportivo es de 1908, no es nuevo. Hay que mejorar la imagen de la FIFA, pero hasta eso que en España llamáis virus FIFA no es cosa de la FIFA. Es un problema originado por las confederaciones. ¿Quién infla el calendario o el formato de las competiciones? Las confederaciones. Hay que luchar contra la corrupción de esa pirámide. Se acusa a la FIFA, pero el problema está en la estructura de la pirámide. La FIFA siempre fue progresista, impulsó programas de desarrollo, luchó contra el apartheid en Sudáfrica, incorporó a la China, fue pionera aceptando a Palestina…

P. También ha pedido saber que cobra Blatter. Once años currando con él y no lo sabe.

R. No, lo juro. No lo sé. Y deberíamos saberlo. Si soy presidente lo diré mi sueldo.

P. Escoja: Blatter, Havelange, Platini o Villar.

R. Blatter [responde rápido]. Él viene de una familia muy humilde, es hijo de empleado de una planta química. Y es criticado por todo y de muchas cosas no tiene culpa porque es víctima de la propia organización. Blatter no es corrupto. El tiene su responsabilidad, pero, ¿recuerda lo que pasó con Johannson en el 98?

P. No.

R. La UEFA quería reservar el dinero de la Copa del Mundo multiplicado por 10 solo para los 32 clasificados. Blatter aportó un tercio para el desarrollo. Hay una visión elitista y una universal. ¿Hoy sería posible que el Estrella Roja de Belgrado ganara la Champions? ¿Qué el Videoton húngaro eliminara al PSG y al Manchester United y jugara la final de la Copa UEFA contra el Real Madrid como lo hizo en 1985-1986? Hemos sustituido el telón de hierro que nunca nos impidió jugar juntos por el telón económico. Hoy el Ajax no puede ganar la Champions, sólo sirve para vender jugadores jóvenes a los clubes ingleses. El sistema de distribución de dinero beneficia siempre a los más ricos. ¿Y el ranking de la UEFA? El Hull City tiene estatus de cabeza de serie solamente por ser inglés, en cuanto que el Celtic que tiene una proyección histórica, como es escocés, tiene que pasar dos rondas, si las pasa. Hay decenas de mecanismos que agudizan el elitismo, que es la negación del deporte. En Francia hay un club catarí que juega sin franceses, uno ruso en Mónaco que cuenta con ventaja fiscal de 50 millones de Euros al año, y el resto, 18 clubes franceses que a lo mejor quedan terceros. Amamos el deporte porque no sabemos quien va a ganar.

P. ¿Por qué dejo la FIFA?

La FIFA impulsó programas de desarrollo, luchó contra el apartheid en Sudáfrica, incorporó a la China,  aceptó a Palestina…

R. No lo escogí yo. En octubre de 2009 ya sabíamos que el antiguo presidente catarí de la confederación asiática traicionaba las reglas democráticas en algunas federaciones. Me pidió seguir los casos de las federaciones de Jordania y Kuwait para garantizar unas elecciones democráticas. Lo hicimos. El presidente de la federación de Kuwait fue elegido democráticamente, pero el presidente de la confederación protestó y obtuvo en Robben Island que la FIFA no reconociera esos resultados. Y pidió mi cabeza porque yo supuestamente había atentado contra el interés de la confederación asiática. El comité ejecutivo no reconoció esa elección en Kuwait, cosa que sí hizo cinco meses después el Tribunal Arbitral del Deporte en Lausana Las confederaciones no quieren la relación directa de la FIFA con los miembros. Tenía en mi contra a Catar y perdí. Fui víctima de una necesidad política. Blatter me sacrificó porque tuvo que hacerlo.

P. ¿Cree que la elección de Catar como sede del mundial fue limpia?

R. Para empezar, quiero decir que entiendo y celebro que la Copa del Mundo se juegue en un país árabe. Sudáfrica fue un éxito enorme en 2010, pero el egoísmo europeo impidió que la del 2006 se disputara en África. Estoy a favor, pero hay un problema. Las condiciones de trabajo de los obreros no son aceptables. El miembro alemán dice que hay que incluir cláusula de derechos humanos en las candidaturas de los campeonatos del mundo y tiene la razón. Lo que no se puede hacer tampoco es cambiar la fecha. La fecha se votó en junio y julio. ¿No sabían que no se podía jugar a esa temperatura? Cambiar de fechas al invierno tendrá consecuencias dramáticas en todas la competiciones en el mundo durante tres temporadas, una antes de 2022, una durante y otra después. También hay alegaciones de compra de votos, de presiones e influencia política. Todas son sospechas y la duda no beneficia al acusado, aunque nadie es culpable hasta que no se demuestra, pero estoy completamente a favor de la investigación en marcha. Un grupo latino trató frenarla y cambiar al presidente de la comisión. Yo estoy esperando la investigación, es necesario saber que paso.

P. ¿Cómo valora la sanción a Luis Suárez?

R. Estoy contento de la decisión del TAS. No se le puede prohibir a nadie trabajar. El trabajo del futbolista es el entrenamiento. Pero la comisión de disciplina de la FIFA no es la administración de la FIFA. No es Blatter, es independiente. Entonces, una decisión un poco exagerada. Nueve partidos, bueno; pero cuatro meses sin jugar en el club es más discutible. Lo de prohibirle entrenar no me parece razonable.

P. ¿Y la sanción contra el Barcelona por fichar menores?

R. No conozco los detalles. Estoy a favor de darle la oportunidad de crecer, de tener educación, pero se abusa. Por ejemplo, el promedio de no nacionales viviendo en los 28 países de la Unión Europea es solamente del 6,6%. En las ligas profesionales, el promedio de jugadores extranjeros, no elegibles para la selección del país del club, alcanza el 50% en Alemania. Hasta 72% en Inglaterra. Y en la liga chipriota es del 85% de jugadores extranjeros. Eso es una distorsión insostenible. Estoy a favor de la libertad de movimiento. Pero, se han dado casos abusivos y hay que adaptarse a la evolución con un límite ético. Se necesita un contrato para proteger a los niños de 16 a 18 años y también a los verdaderos clubes formativos. He visto contratos de chicos africanos que ocupan una sola página. Los catarís tienen un club en la segunda división belga lleno de jóvenes africanos. Hoy, clubes muy ricos compran jóvenes internacionales y se los ceden a otros clubes sólo para que no los tengan otros equipos. Eso es inadmisible.

P. ¿Cómo valora la renuncia de Michel Platini a presentarse a la elección?

R. Lo esperaba. No fue una sorpresa. El debate sobre el futuro de la FIFA y del fútbol no se puede reducir a una lucha de personas, sino que esclarecerse gracias a un debate claro y trasparente.

P. ¿Se imagina una selección catalana reconocida por la FIFA?

R. En la historia, desde el renacimiento de los Juegos Olímpicos y la fundación de la FIFA en 1904, los entes del deporte mundial han seguido siempre las decisiones de creación de nuevos estados, adaptando los comités olímpicos nacionales y las federaciones nacionales a los cambios políticos. En este sentido, los estatutos de la FIFA son muy claro en su artículo 10 que define las condiciones de afiliación de las federaciones de fútbol: tienen que representar a un país reconocido por la comunidad internacional.

P. ¿Usted quiere ser presidente de la FIFA para complicarse la vida, no?

R. [Se ríe]. Mire, he convencido hasta a mi hija. Cuando le dije la idea, lloró. No quería por nada del mundo. Cuando le expliqué las razones, lo entendió. A ella le gusta el fútbol y ahora está deseando que pueda poner en práctica mis ideas porque sabe que puedo ayudar a mejorarlo.

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