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Contador, líder y ausente del Mundial

El español afronta las etapas decisivas avisando de que no correrá en la próxima cita de Ponferrada Froome anuncia “batalla” en la última semana de la Vuelta para destronarle

Alberto Contador.
Alberto Contador. Javier Lizón (EFE)

El día que Alberto Contador anunció que no disputará el Mundial de Ponferrada "porque no se adapta a mis características y prefiero dejar el lugar a otro que pueda ayudar", muchos ciclistas paseaban por el paseo Pedro Barrie de la Maza con su bicicleta, bajo el sol de septiembre junto a la playa de Orzán. Luego, se arrejuntaban en las terrazas de los bares que dan al mar, con las bicis arremolinadas en la entrada, como si de cicloturistas se tratara. Los del Caja Rural lo hacían en una terracita pequeña, ya pasada la playa del Matadero en busca de cafés y refrescos, hechos una piña; los del BMC, en una terraza sobre la arena, en la otra punta, junto al estadio de Riazor. Allí, mirando al mar, Samuel Sánchez vivía solo, despegado unos metros de sus compañeros, pensando en no se sabe qué y apurando una botella de agua. Y por allí circulaban los del Giant, los del Astana, entre coches, esquivando los raíles del tranvía que fue. Mientras tanto, en su territorio particular, Alberto Contador anunciaba lo ya esperado: "El Mundial de Ponferrrada para nada se adapta a mis características". Nadie esperaba ver a Contador en el Mundial español, y el madrileño despejó cualquier incógnita tanto a los aficionados como al seleccionador Javier Mínguez. "El Mundial no entra en mis planes", aseguró, así que la selección parece destinada a lo que siempre fue, desde que se conoció el circuito: un equipo hecho para Valverde, la baza española en un Mundial plano y con pocas alternativas, salvo las que el ciclista murciano tiene para pelear con los especialistas de la ruta.

La de la participación de Contador fue la única incógnita que se aclaró en la jornada de descanso de la Vuelta a España, antes de la semana definitiva

Fue la única incógnita que se aclaró en la jornada de descanso de la Vuelta a España, antes de enfilar una semana que tiene la vista puesta en el sábado como único objetivo. La Vuelta puede alardear de una participación casi inmejorable (solo faltaba Nibali a la cita), pero lo cierto es que los reyes del ciclismo han llegado con el paso cambiado: Contador, Purito Rodríguez y Froome venían de caídas que trastocaron todos sus planes. Nairo Quintana, que traía su corona impoluta tras vencer en el Giro, también se cayó, y Valverde se decepcionó en el Tour, una carrera quizás demasiado ancha para sus posibilidades.

La caída de Nairo palideció el pugilato de la carrera. Hace tiempo que la Vuelta mide por segundos la diferencia. Y sin embargo el doliente Contador aventaja al segundo (Valverde) en minuto y medio. El año pasado, Horner batió al final a Nibali por 37 segundos; en 2011 Cobo a Froome por 13; y los años anteriores Nibali a Mosquera por 43, Valverde a Samuel Sánchez por 55 y Contador a Leipheimer por 46. Entre medio, solo Contador pasó del minuto (1m16s) en 2012 respecto a Valverde. Aquello de las minutadas parece enterrado. Y sin embargo, Alberto Contador, con el paso cambiado por la caída en el Tour, ya aventaja a Valverde en 1m 36s, 1m39s a Froome y 2m29s a Purito Rodríguez. Cierto, queda una semana, con tres etapas a observar: la del jueves en Castromer, con llegada en alto a un puerto de segunda que pasarán dos veces; la del sábado especialmente con final en Ancares, con sus 12 kilómetros de ascensión y pendientes que llegan a alcanzar el 18% de desnivel y, curiosamente, la del domingo, la última, una contrarreloj en Santiago de 8 kilómetros por si el guión ha dado un giro y recuperado el suspense.

"Esta semana habrá batalla", aseguró Chris Froome, el más combativo de los enemigos de Contador. "Será difícil porque Alberto no ha tenido fallos pero la etapa de Ancares es muy parecida a la de La Farrapona". Valverde apeló a la evidencia de que "hasta el último día no hay nada hecho" y anunció su intención de "ganar alguna etapa porque si lo consigues vas recortando segundos". El resto de ciclistas pensaban en otras cosas, mientras paseaban como cicloturistas junto a una playa llena de bañistas. Allí, en el mismo sitio, acabarán la etapa más sudorosos, más cansados y alguno más feliz.

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