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De ‘apestado’ a príncipe de Queens

Cilic reivindica en Nueva York el ascenso de una segunda línea de tenistas

Marin Cilic celebra su victoria en el Abierto de EE UU.
Marin Cilic celebra su victoria en el Abierto de EE UU. kena betancurt (afp)

Deprisa, deprisa, casi a la misma velocidad que imprime a la bola, Marin Cilic, de 25 años, ha hecho el viaje de su vida. En 10 meses ha pasado de apestado por dopaje a príncipe del circuito profesional del tenis. La primera gran parada en un trayecto al que nadie se atreve a poner límites fue el lunes, en la final del Abierto de Estados Unidos, en la que se impuso con una facilidad impresionante al japonés Kei Nishikori (6-3, 6-3 y 6-3) en el imponente Arthur Ashe Stadium de Queens.

"Ganar un Grand Slam es como un sueño, algo irreal", dijo el campeón, al que entrena su compatriota Goran Ivanisevic. "Considerando todo lo que ha pasado esta semana, los rivales que he tenido, puedo decir que esto es un milagro. También es una señal de esperanza para todos esos jugadores que están trabajando muy duro por mejorar. Si trabajas duro, sales adelante", declaró el croata.

En un tenis como el actual, dominado por unas cuantas raquetas —los denominados Big Four: Djokovic, Nadal, Federer y Murray, 40 títulos del Grand Slam en total— las palabras de Cilic tienen un punto contestatario. Su victoria lo fue.

Cilic ha tenido que batallar para defender su nombre en los tribunales deportivos. La pesadilla comenzó con un positivo por niketamida

"La gente quiere ver a los cuatro primeros en los Grand Slam. Atraen público, grandes audiencias en televisión, patrocinadores.... Pero un día se irán y tendrán que venir otros. Creo que el próximo año va a haber más competencia en el circuito", pronosticó. El estadounidense Pete Sampras fue en 2002 el último campeón en Nueva York salido de más allá del Top 10. Y hacía mucho tiempo, exactamente desde el Open de Australia de 2005, que en una final no estaba ninguno de los cuatro campeones citados.

Cilic sabe de qué habla. Su lucha no ha sido meramente deportiva. También ha tenido que batallar para defender su nombre y su honestidad en los tribunales deportivos. La pesadilla comenzó con un positivo por niketamida, una sustancia que estimula el sistema circulatorio, aumentando la presión sanguínea, y el respiratorio, ya que incrementa el ritmo y la profundidad de las respiraciones. Recibió la noticia tras retirarse de Wimbledon el año pasado por lesión. Ante la amenaza de dos años apartado de la competición, Cilic se defendió con el argumento de que la niketamida había llegado a su cuerpo por error, al suministrarle su madre unas tabletas de glucosa.

Reparto de grandes desde 2005

Rafael Nadal,14 títulos del Grand Slam.

Roger Federer (Sui.), 13.

Novak Djokovic (Ser.), 7.

Andy Murray (R. U.), 2.

Marin Cilic (Cr.), 1.

Stan Wawrinka (Sui.), 1.

J. M. Del Potro, (Arg.), 1.

Marat Safin (Rus.), 1.

La Federación Internacional de Tenis le ofreció una sanción reducida si aceptaba que había hecho trampas. Se negó y pleiteó. Finalmente, el Tribunal de Arbitraje del Deporte redujo su suspensión de nueve a cuatro meses por considerar que lo sucedido había sido un accidente. "Todo el proceso fue muy irritante para mí, porque no fue justo. No lo habría sido para ningún tenista. Pero no podía hacer mucho por mi parte. Lo acepté y punto. Cuando volví a las pistas, lo borré todo de mi memoria. Sólo me quedé con las partes positivas, que me hicieron más fuerte", comentó Cilic la pasada semana en Nueva York.

Así fue. El croata se dedicó a mejorar su juego bajo la tutela de su compatriota Goran Ivanisevic, campeón de Wimbledon en 2001, quien se centró en mejorar uno de los golpes decisivos, junto con el revés, del nuevo campeón de Flushing Meadows: el servicio. A pesar de sus 198 centímetros de altura, el saque de Cilic era "dubitativo", según Ivanisevic.

"Trabajamos muy duro por mejorarlo. Ahora es uno de los jugadores que más aces hace del circuito. A veces es capaz de marcar dos por juego", explicó Ivanisevic antes del Abierto de EE UU. En la final, contra Nishikori, Cilic sumó 17, por sólo dos de su rival. Curiosamente, tanto Ivanisevic como su pupilo ganaron su, de momento, único Grand Slam en lunes, ya que la final de Wimbledon de 2001 se retrasó por la lluvia. "Parece que los lunes son especiales para los croatas", bromeó Cilic.

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