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LIGA DE CAMPEONES | BARCELONA - APOEL
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

En el fútbol no está todo inventado

Del entrenador se destaca su carácter, pero no se le da tanto valor a lo más importante: sus conocimientos futbolísticos

Manu Sarabia y Eder Sarabia
Luis Enrique atiende a la prensa en la víspera del partido contra el Apoel en el Camp Nou.
Luis Enrique atiende a la prensa en la víspera del partido contra el Apoel en el Camp Nou.Manu Fernandez (AP)

En el fútbol no está todo inventado. Este principio vuelve a quedar patente con las novedades tácticas que propone Luis Enrique en este nuevo Barcelona.

Del entrenador asturiano se destaca su carácter, su mano dura, que no se casa con nadie..., pero no se le da tanto valor a lo más importante: sus conocimientos futbolísticos y su capacidad de trabajo. Y en esto es fundamental el excelente cuerpo técnico que ha ido formando desde que está en los banquillos.

Cuando se hizo cargo del primer equipo del Barça, Luis Enrique era consciente de que el estilo innegociable de juego azulgrana había que renovarlo. El Barça ha sido el equipo referencia en los últimos años, el más estudiado y el más imitado. Y para volver a estar en lo más alto, necesitaba evolucionar. Esta evolución pasa no solo por ser exigentes, saber generar competencia interna o recuperar la mejor versión de Messi. Pasa, sobre todo, por dotar al equipo de nuevas soluciones tácticas, es decir, diferentes planes que le hagan ser más eficaz y que supongan nuevos desafíos a los rivales.

Gran parte del plan de Luis Enrique y su cuerpo técnico se basa en algo aparentemente tan sencillo como centrar a los teóricos extremos, acercándolos a Messi. La primera consecuencia es evidente: un mayor rendimiento de la sociedad Messi-Neymar, que, al estar más cerca, van a encontrarse más. Otra consecuencia es tener nuevas alternativas en los últimos metros. En el fútbol, cuando atacas, se trata de crear espacios, saber ocuparlos y aprovecharlos de forma eficaz. Con esta variante, las bandas quedan libres, porque los laterales contrarios (en una habitual defensa de cuatro) se van a ver obligados a cerrarse para ayudar a sus centrales en el marcaje sobre los tres delanteros. Esos espacios que se generan por fuera pueden ser ocupados por los laterales (algo más común) o por los interiores, ¡ésta es la gran novedad! A partir de ahora, con Pedro, Neymar o Munir por dentro, será frecuente ver a Iniesta o a Rakitic apareciendo más en la banda.

Con Pedro, Neymar o Munir por dentro, veremos a Iniesta o Rakitic más en la banda

Esta variante va a generar muchos problemas en los contrarios. En los pivotes, porque, si siguen a los interiores, dejan mucho espacio en el medio que aprovechará Messi bajando a recibir. En los centrales, porque, si deciden perseguir a Messi, debilitan el centro de la defensa. Y en los laterales, porque, si salen a la banda, desprotegen los pasillos interiores y pueden descubrir sus espaldas para las rupturas de Pedro, Neymar, Munir o Luis Suárez.

Es una propuesta difícil de contrarrestar porque implica muchas tomas de decisión individuales y gran coordinación para mantener la estructura defensiva. Al final, muchos equipos acabarán optando por cambiar su sistema y reforzarse con una defensa de cinco. Luis Enrique, en sus anteriores equipos, ya había planteado soluciones novedosas, pero cuando éstas se llevan a cabo en uno de los equipos más importantes del mundo, lo normal es que se convierta en tendencia y en modelo a imitar.

Esta propuesta de Luis Enrique junto a las variantes de Guardiola (el falso nueve con Messi o cuando decidió meter a Busquets entre los centrales para generar superioridad en la salida del balón) demuestran que el fútbol evoluciona y que, afortunadamente, no está todo inventado.

Manu Sarabia y su hijo Eder son entrenadores de fútbol.

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