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Exhibición de Hamilton, que gana y es líder del Mundial

El británico realiza una carrera memorable y aprovecha el abandono de Rosberg para descabalgarle al frente de la clasificación. Alonso concluye cuarto por detrás de los dos Red Bull de Vettel y de Ricciardo.

Hamilton celebras su victoira en el Gran Premio de Singapur
Hamilton celebras su victoira en el Gran Premio de SingapurMOHD RASFAN (AFP)

El prematuro abandono de Nico Rosberg –en la 13ª vuelta con problemas en el volante- permitió a Lewis Hamilton cuadrar dos objetivos en una sola tacada. El británico condujo su Mercedes a la victoria en el Gran Premio de Singapur y desbancó a su compañero de equipo del liderato del Mundial. Tras una carrera brillante en la que demostró la tremenda calidad de pilotaje que atesora, Hamilton superó a los Red Bull de Sebastian Vettel y Daniel Ricciardo y al Ferrari de Fernando Alonso, para ganar su 29ª carrera en la F-1 y la séptima de esta temporada, permitiendo a su equipo seguir manteniendo un dominio absoluto en esta campaña, en la que solo han perdido una carrera.

Hamilton, de 29 años, se resarció así de los problemas que tuvo en Canadá y el Bélgica que le dejaron sin puntuar. Ganó de forma impresionante, manteniendo un ritmo de carrera impensable con unos neumáticos blandos bastante más deteriorados que los de sus rivales, con duros, a los que les arrebataba dos segundos por vuelta. “Sufro mucho”, les decía a los de su equipo. Pero desde Mercedes le mantenían en la pista, porque sus tiempos seguían siendo mucho mejores que los de Vettel, el hombre que le persiguió hasta el final. Fue la mejor estrategia, la que le condujo directo hacia la victoria.

El golpe de teatro menos esperado de este Mundial se produjo en la salida de Singapur. Nico Rosberg no consiguió introducir ninguna velocidad, con problemas electrónicos en su volante, y se quedó parada la parrilla, mientras los demás pilotos iniciaban su vuelta de calentamiento. Su coche fue conducido hacia el pit lane y sus mecánicos consiguieron resolver, al menos en parte, sus problemas. Salió el último y le costó comenzar a remontar. Su volante seguía dándole problemas. Volvió a entrar en el taller. Pero al cabo de 13 vueltas regresó al pit lane. Le cambiaron el volante, pero sus problemas persistieron hasta el punto de que fue incapaz de colocar la primera velocidad para poder arrancar. No lo logró y tuvo que abandonar.

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Fue una excelente noticia para su compañero de equipo, Hamilton, que lideraba la carrera con autoridad y vislumbraba la posibilidad de ganar la carrera y hacerse con el liderato del Mundial. “No funcionaba el volante. No tenía la fuerza suficiente electrónica suficiente para poder entrar las marchas. Ha sido una gran decepción”, confesó Rosberg. Hamilton, en cambio, fue controlando la carrera sin problemas hasta que el safety car tuvo que entrar en pista, tras un toque de Pérez que le dejó sin el alerón delantero (vuelta 30ª).

Aquello cambió el panorama, porque no solo redujo las distancias entre los líderes –seis segundos de Hamilton a Alonso y 12 a Vettel- sino que permitió al asturiano una operación estratégica aparentemente brillante, al entrar de inmediato a cambiar neumáticos y colocar los duros. Hamilton no lo hizo y siguió con los blandos, obligado a realizar un nuevo cambio. Mientras que Ricciardo acababa de cambiar a duros y Vettel los llevaba ya desde la vuelta 25. Aunque el asturiano perdió dos posiciones y pasó de ser segundo a cuarto, por detrás de los dos Red Bull, parecía que la situación favorecía al doble campeón mundial asturiano de cara a la lucha por el podio.

Al británico no le quedaba más opción que tensar la cuerda y aprovechar la ventaja que le daba su neumático blando. Comenzó a rodar dos segundos más rápido que los demás y a colocar distancia entre él y sus rivales. En cinco vueltas le sacó 11,5 segundos a Vettel. Y el objetivo era aguantar en pista hasta tener la diferencia indispensable para salir de su taller como líder, es decir unos 28 segundos. “Te quedan siete vueltas con estos neumáticos”, le dijeron desde el taller, quedaban 18 para el final.

Su cambio de neumáticos iba a decidir la carrera. Y se produjo en la 52ª vuelta, cuando todavía les estaba arrebatando 1 segundo por vuelta a sus rivales. Regresó a pista por detrás de Vettel y por delante de Ricciardo. Pero con sus neumáticos nuevos sus opciones de victoria eran muy altas. Le quedaban ocho vueltas para la conclusión. Y ya en la primera de ellas comenzó a mostrarle el morro y a presionar al cuádruple campeón mundial. Ni una vuelta le aguantó Vettel. En la curva siete, Hamilton le realizó un adelantamiento exterior sin darle ninguna opción. Y de esta forma tan brillante se aseguró no solo la victoria sino el liderato del Mundial… aunque solo le lleve tres puntos de ventaja a su compañero de equipo, Nico Rosberg. Vettel acabó segundo, Ricciardo tercero y Alonso no logró esta vez cuadrar sus aspiraciones de podio y tuvo que conformarse con la cuarta posición.

“Me he encontrado bien durante todo el fin de semana con este coche”, señaló Alonso. “Hice una buena salida, pero cometí un error en la frenada y tuve que ceder la segunda posición a Vettel. Después, gestionar los neumáticos era difícil y no sé si acertamos en la estrategia. Creí que podría acceder al podio, pero al final no pude superar a Ricciardo”.

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