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El Deportivo se parte y se rompe

Un gol a la contra del Almería en el descuento castiga al equipo gallego, que se quedó sin aliento

Hemed y Bergantinos disputan un balón aéreo.
Hemed y Bergantinos disputan un balón aéreo.Cabalar (EFE)

Perdió el balón Canella en un lateral del campo oponente y Víctor Fernández agitó los brazos, Wellington Silva superó como un avión a Medunjanin, que ya hacía bastante tiempo que había dejado de dar una carrera. Quizás nunca lo hizo. El entrenador reclamó un esfuerzo a sus hombres para bajar a defender, a su equipo partido, con seis jugadores en el área rival en tiempo de descuento y un agujero metros atrás. Nadie acudió a su reclamo. Estaba jugando con un futbolista cojo, Hélder Postiga, porque gastó los cambios sin valorar, como así se evidenció, que el Deportivo no tiene físico. Fue un minuto que valió un partido. Se lanzó el Almería como un depredador a por el gol y lo encontró con la fortuna de un lanzamiento de Edgar que tocó en uno de los pocos zagueros que le encimaban y se coló por la escuadra. Al Deportivo, a su gente, le puede doler caer en el descuento y ante un rival directo, pero lo que de verdad provocó la silbatina final fue la frustración de comprobar que la temporada será muy larga para un equipo que debe continuar en Primera para edificar un futuro. Al Almería le premió su porfía, su capacidad para acabar mucho mejor que el rival. Y extrajo tres puntos de ese aliento.

El Deportivo construyó más por insistencia que por fútbol. Le faltaron muchas cosas, entre ellas bastante peso en la medular. Durante sus primeras semanas en A Coruña el técnico Víctor Fernández no dejó de emitir incesantes mensajes tanto verbales como en sus alineaciones sobre la capacidad de su equipo para jugar sin un mediocentro defensivo al uso, pero llegados los rigores de la competición se ha abrazado a la brega y el esfuerzo de Álex Bergantiños. Lo complementa con Haris Medunjanin, uno de esos futbolistas de buen pie que tan bien pondera el preparador aragonés. La mezcla no acaba de cuajar porque, sobre todo, el bosnio no acaba de estar atinado con la pelota. Sin ella se inhibe más de lo aconsejable, pero eso se suponía que venía de serie.

DEPORTIVO, 0 - ALMERÍA, 1

Deportivo: Lux; Laure, Lopo, Sidnei, Luisinho; Álex Bergantiños, Medunjanin; Juanfran (Cavaleiro, m. 60), Fariña (Canella, m. 74), Cuenca (Toché, m. 70); y Hélder Postiga. No utilizados: Fabricio, M. Pablo, Diakité y José Rodríguez.

Almería: Rubén Martínez; Ximo Navarro, Dos Santos, Trujillo, Dubarbier; Zongo (Wellington Silva, m. 59), Thomas (Soriano, m. 70), Verza, Azeez, Edgar; y Tomer Hemed (Thievy, m. 80). No utilizados: Julián Cuesta, Fran Vélez, Mané y Quique González.

Árbitro: J. A. Teixeira Vitienes. Amonestó a Laure, Lopo, Trujillo, Ximo Navarro, Dubarbier, Rubén Martínez

Goles: 0-1. M. 92. Edgar.

Riazor. Unos 20.000 espectadores.

Tampoco ayuda mucho a que por ahí surjan argumentos el mediapunta Luis Fariña, que juega lastrado por un problema de menisco y hasta ahora se ha mostrado más como un futbolista de highlights que con continuidad. Así, el Deportivo gana y pierde el hilo de los partidos, no ejerce un control sobre ellos y ayuda a que rivales como el Almería se replieguen a la espera de que llegue su momento, que arribó a medida que el partido fue madurando. Antes estuvo a la espera, acostado en su área, confiado a la fortuna en un remate de Sidnei al palo, preocupado cuando tocaba la pelota Isaac Cuenca, el único que mientras tuvo gasolina aportó algo diferente en medio de la molicie generalizada.

Si alguien estuvo más cerca de ganar durante las primeras tres cuartas partes del encuentro ese fue el Deportivo. En el recuento de oportunidades lo hizo. Postiga, uno de esos delanteros con más esfuerzo que gol y propensión a habitar en fuera de juego, tuvo dos testarazos en el área pequeña que debieron ser definitivos, Cuenca sacó una punterita que se fue a un palo de la meta. Pero le faltó una marcha al equipo coruñés, la que de verdad hubiera incomodado al Almería. Le faltó talento también, pero esa es una cuestión de dinero. No lo es juntarse. Más allá de algún arreón alentado por el empuje de la grada transitó con cierta holgura el equipo andaluz por el partido. Lo acabó con bastante más aire que su rival y un gol anulado a Azeez por fuera de juego tras un tibio rechace del meta Lux antes de que el golpe final dejara a Riazor sumido en el desasosiego y con el inquietante horizonte de que los dos próximos partidos son ante Sevilla y Valencia.

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