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Un vivero sin trampolín

El PSG acumula figuras en la cantera, pero impone el caché de sus estrellas

Jordi Quixano
Blanc, durante el entrenamiento de ayer.
Blanc, durante el entrenamiento de ayer.FRANCK FIFE (AFP)

Con 16 años, ocho meses y cuatro días, Kingsley Coman fue el jugador más joven en debutar con el PSG, en febrero de 2013. La ascensión, en cualquier caso, fue puntual y el medio decidió no seguir en un club donde se impone el caché que otorgan los millones, por más que él llevara una década en la escuela parisina. Estrella en las categorías inferiores de Francia, optó por el Juventus, que ya le ha alineado en tres encuentros. “El PSG quería renovarlo, pero el jugador no quería ni escucharles”, explican desde la dirección deportiva de la Juve; “acabó su contrato y fichó por nosotros, que estamos encantados porque es realmente bueno”. El caso Coman no es una excepción en el Parque de los Príncipes, toda vez que desde que llegara el jeque Nasser Al-Khelaïfi se han ido sistemáticamente los talentos jóvenes. Hecho que choca con la intención del entrenador Laurent Blanc, que a su llegada a París advirtió que contaría con la cantera.

Desde el Mundial de Brasil quedó clara la idea del club. Limitado por el Fair Play financiero de la UEFA —dado su desequilibrio entre inversiones y ventas, aderezado por las altas fichas del equipo—, el PSG sólo fichó este verano a David Luiz por 50 millones. “¿Cómo le contratáis con los fallos de concentración que tiene?”, le cuestionó en un restaurante de Ipanema, según cuenta L'Equipe, el seleccionador de Inglaterra Roy Hodgson a Blanc, que iba acompañado por Al-Khelaïfi, a quien no reconoció el inglés. Era un capricho del dueño que, solicitó Blanc, no enturbiara la intención de traer a Di María, desacreditado por Ibrahimovic —“no sé si lo necesitamos”, advirtió— y finalmente aterrizado en el Manchester United. Ocurre que en el PSG ficha el presidente o el 9, ya que no hay un director deportivo después de que Leonardo dimitiera hace dos veranos. Tampoco hay una línea de sucesión a las estrellas, sino que se reemplazan a golpe de talonario y no de talento. Lejos queda esa frase del técnico al ganar la Supercopa de hace dos años: “El PSG no es sólo un cúmulo de estrellas, sino que también contamos con jóvenes de talento”. Nada más lejos de la realidad.

Quedan cuatro jugadores del filial en el primer equipo y sólo uno cuenta con minutos y oportunidades

“En Francia, de 100 niños que firman un contrato profesional, 90 llegan de la zona de París”, resume Alain Casanova, técnico del Toulouse; “pero es difícil que jueguen en el PSG porque no tienen esa política de cantera y porque en la primera plantilla hay demasiado nivel”. Le secunda Luis Fernández, extécnico del Espanyol y Athletic, entre otros: “Ellos quieren ganar la Champions en poco tiempo y hay dinero para fichar a los mejores. No tienen las necesidades económicas de otros para dar carrete a los jóvenes”. Y eso que el PSG es un vivero estupendo como lo acreditan las selecciones inferiores de Francia. Así, han cedido al portero Aréola y al punta Ongenda al Bastia, estrellas de la Sub 21, además de al lateral Ikoko al Le Havre y a Conte al Reims, figuras de la Sub 20. Y los hay que, como Coman, debieron buscarse las habichuelas fuera desde que llegara el jeque catarí. Como el eje Boccara, que prefirió el filial del Ajax; como Dembélé, que rompió su contrato para ir al Fulham.

En el PSG sólo quedan cuatro jugadores que antes pasaron por el filial: el tercer portero Maignan; el mediocentro Chantôme, que ha jugado 31 minutos repartidos en tres encuentros; el delantero Bahebeck, que marcó el otro día ante el Toulouse ante la ausencia de Ibra y Lavezzi; y el medio superdotado del balón Rabiot, que tras superar una lesión no juega y ya ha pedido ir al filial. Y es que en casa del PSG, solo se juega en el patio trasero.

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