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El Bayern gana sin público en Moscú

El conjunto de Guardiola impone su calidad y vence de penalti ante un CSKA obligado a jugar sin sus aficionados por sus cánticos racistas del curso pasado

Xabi Alonso controla con la cabeza un balón en el estadio Khimki, sin público.
Xabi Alonso controla con la cabeza un balón en el estadio Khimki, sin público. KIRILL KUDRYAVTSEV (AFP)

Al son que marcaba Xabi Alonso, el Bayern amasó la pelota en Moscú (un 73%), vivió en el campo de un CSKA demasiado conservador y cazó la victoria de penalti (Müller) en un campo sin público:  en el estadio Khimki, a 20 kilómetros de Moscú, el club ruso cumplía la sanción de la UEFA por los cánticos racistas de sus aficionados en un partido de la pasada edición de la Champions en Pilsen ante el Viktoria. El conjunto de Guardiola solo sufrió un par de contragolpes de Musa en la primera parte, anulados por el estado de gracia de Neuer. En la segunda, el Bayern fue tan superior que llegó a alcanzar un punto de monotonía, como consecuencia de no poder concretar su hegemonía en algún otro gol para desmelenarse. Le faltó acierto en el último pase o se le atascó el gatillo en el último momento. Eso sí, siempre se sintió con la necesidad de atacar. La ambición nunca le faltó. Justo lo contrario que al conjunto ruso, conforme con la derrota mínima. 

CSKA, 0 - B. MÚNICH, 1

CSKA: Akinféev; Fernandes, Ignashévich, V.Berezutsky, A.Berezutsky, Schénnikov; Yeremenko, Natcho (Doumbia, m.65), Tosic (Efremov, m.77), Milánov; y Musa.

Bayern: Neuer; Benatia, Dante, Alaba; Lahm, Xabi Alonso, Bernat; Robben (Rafinha, m.80), Müller, Götze (Shaquiri, m.76); Lewandowski (Pizarro, m.90).

Gol: 0-1, m.21: Muller, de penalti.

Árbitro: William Collum (ESC). Amonestó a Lahm, Benatia y Yeremenko.

Estadio Arena Khimki (Región de Moscú) sin

asistencia de público por decisión de la UEFA

Por una parte, el control manifiesto del Bayern, unas veces intrascendente: ese pasarse la bola de la manera más insulsa sin encontrar uno solo hueco por donde entrar, un ataque en forma de U, según lo define el propio Guardiola en el libro Herr Pep, del periodista Martí Perarnau; otras veces, para hacer daño, sobre todo en alguna contra protagonizada por Lewandowski o en una triangulación rematada por el penalti de Fernandes a Götze, pena máxima convertida por el centro por Múller, el futbolista con más fe en el cuadro bávaro. Guardiola le da vueltas al Bayern a fin de huir de la zona de confort. En esos avances, Alaba ha centrado su posición y ya no es un lateral al uso sino un interior que puede hacer funciones de central ocasional. La banda izquierda la corre con libertad Bernat. El exjugador del Valencia ha entrado con buen pie en el entramado de Guardiola, con licencia para atacar el extremo una y otra vez, cerrando en defensa cuando se le requiere.

El CSKA, parapetado con cinco defensas, se fue desinhibiendo y el rapidísimo Musa le sacó los colores al central Benatia en una carrera que lo dejó solo ante Neuer. El portero alemán sigue bajo la inercia del Mundial de Brasil: impecable. Poco después fue el finlandés Eremenko quien envió un zurdazo enroscado a la parte posterior del larguero de la portería bávara. La zaga alemana se movió con lentitud en ese primer periodo. Después rectificó. Cerró mejor los espacios y ya Neuer no hubo de vérselas con ningún delantero del CSKA. Xabi Alonso seguía dando decenas de pases, el Bayern seguía sin hallar un resquicio para rematar el partido, pero al menos se marcharía de Moscú con los deberes hechos y esa rara sensación de haber jugado sin público.

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