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Nadal no levanta el pie

El español acelera para llegar a los cuartos tras ganar 6-3 y 6-4 a Gojowczyk

J. J. MATEO
Rafael Nadal, en el torneo de Pekín.
Rafael Nadal, en el torneo de Pekín. Chris Hyde (Getty Images)

Ni rastro de dolor. Nada de óxido. Un Rafael Nadal ya casi de cuerpo entero eliminó 6-3 y 6-4 al alemán Gojowczyk en octavos del torneo de Pekín y volvió a dejar pistas de que las molestias que dice seguir sintiendo en la muñeca derecha, que le han mantenido tres meses fuera del circuito, no le impiden enfrentarse a la competición a pecho descubierto. El número 122 del mundo, tan alejado por ránking del número dos como acercado por un agresivo estilo que ya le había dado problemas al español en el único cruce previo, apretó al español hasta el último segundo: con el favorito sirviendo por el encuentro, el aspirante se procuró tres bolas de break y neutralizó un punto de partido en contra hasta que Nadal levantó los brazos.

El TAS confirma la sanción de cinco años a Guillermo Olaso

El Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS) ha confirmado la sanción de cinco años de suspensión y 25.000 dólares de multa impuesta por la Unidad por la Integridad del Tenis (TIU) a Guillermo Olaso, que no denunció en 2010 que le habían ofrecido amañar un partido en un torneo en Kazajistán. El español, que perdió ese duelo contra Daniil Braun, un contrario que no tenía ni ránking, siempre negó haber arreglado el marcador del encuentro. Así, el tribunal no ha aceptado la versión del español, representado por el abogado Javier Tebas, presidente de la Liga de Fútbol Profesional.

Olaso, que no llegó a ser uno de los 150 mejores tenistas del mundo, niega haber participado de la estafa y dice haber sufrido un cuadro de “miedo y ansiedad” porque desde entonces fue contactado repetidamente por la organización criminal, lo que sí habría denunciado “en múltiples ocasiones”.

El TAS le dio la razón a la TIU al coincidir en que los patrones de apuestas indicaban que alguien conocía el resultado antes del encuentro, puesto que los apostantes confiaron desde el inicio en el competidor con una peor clasificación (Braun).

El español, un punto tenso en el sprint final del pulso, impuso su movilidad, el martillo de su drive y la consistencia del revés. Este último golpe, que es el que más ha sufrido por su lesión de muñeca, ya que ha estado meses sin poder entrenarlo, sirvió a modo de machete para que el campeón de 14 grandes se abriera paso en la selva del encuentro. Los contrarios han puesto la diana en ese tiro, porque la lógica indica que debería estar debilitado. Nadal, como hizo ante Gasquet y luego ante Gojowczyk, responde con latigazos cruzados y demuestra los progresos que ha logrado con el golpe cortado, el tiro con el que ha tenido que conformarse en los entrenamientos durante estos tres meses de prácticas sin poder golpear con las dos manos.

El mallorquín se mide ahora a Klizan, zurdo de poderoso saque e incómodo juego. El cuadro, sin embargo, le ha ofrecido rivales más amables de lo que se presagiaba por la calidad del torneo, lleno de nombres prestigiosos, como demuestra que al otro lado del cuadro Novak Djokovic tenga el duro examen de Grigor Dimitrov. El español, un competidor con una capacidad innata para detectar las oportunidades, sabe que el torneo le ofrece una posibilidad inesperada de acercarse a la lucha por la Copa en una cita que había calificado de transición después de tres meses lesionado. Ya en cuartos, al campeón de 14 grandes le crecen los colmillos: el revés marcha y el hambre aprieta, porque no suma ningún título desde el de Roland Garros.

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Sobre la firma

J. J. MATEO
Es redactor de la sección de Madrid y está especializado en información política. Trabaja en el EL PAÍS desde 2005. Es licenciado en Historia por la Universidad Complutense de Madrid y Máster en Periodismo por la Escuela UAM / EL PAÍS.

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