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“Cuanto menos se hable de mí, mejor”

Javi Fuego, mediocentro de 30 años, es el punto de equilibrio y experiencia en este joven Valencia

Presentación de Javi Fuego con el Valencia, en julio de 2013.
Presentación de Javi Fuego con el Valencia, en julio de 2013.DAVID GONZALEZ

Más de 180 en Segunda y 150 partidos en Primera y cada nueva cita "es un premio", dice Javi Fuego, mediocentro de 30 años, el punto de equilibrio y experiencia en este Valencia joven y fresco. En su segunda campaña en Mestalla, vive alquilado en un piso de El Guaje Villa, frente al nuevo estadio inacabado del Valencia, y sigue añorando las montañas de su querida Asturias.

Pregunta. ¿Las claves de esta dinámica del Valencia?

Respuesta. De Djukic a Pizzi ya hubo un cambio y ahora, con Nuno, ha habido uno más fuerte. A la plantilla se le ha hecho un lavado de cara completo, quedamos poca gente del año pasado, y después un nuevo entrenador que ha congeniado muy bien. Él y su cuerpo técnico están muy preparados.

P. ¿Cómo son los entrenamientos?

R. Muy intensos. Vengo de Rayo con Paco Jémez y lo que distingue un buen equipo de un superequipo es la intensidad de los entrenamientos y que la plantilla esté receptiva a esos cambios. Otro ejemplo es el de Simeone. Nosotros estamos en ese camino. El mister es de transmitir mucho y dejar las ideas muy claras.

P. ¿Jémez es un iluminado?

R. Es muy atrevido y trabaja más que nadie. Aprendí muchísimo con él por el carácter que imprime a sus equipos y la cara que da por el jugador.

P. ¿Y Nuno?

R. Es muy cercano, se interesa por cosas personales, sabes que tu líder está pendiente de cosas importantes en tu vida. Es capaz de integrar a todo el grupo, también a la gente que no juega, que se siente partícipe. Gestiona los egos. Tenemos una identidad, pero fijándonos mucho en el rival.

En mis inicios era un mediocentro con llegada, pero el fútbol te va ubicando. Mis cualidades físicas y tácticas se adaptan más al pivote defensivo.

P. ¿Qué es el Club Deportivo Romanón?

R. El equipo de mi pueblo, Pola de Siero. Mi padre siempre nos puso un balón a mí y a mi hermano. Pero a los nueve años me fui al Sporting. Mis padres, los dos, han sido maestros de escuela.

P. Y usted, ¿siguió estudiando?

R. Estudié Bachiller, saqué matrícula de honor en selectividad en Oviedo y entré en la carrera de Fisioterapia aunque no pude acabarla porque necesitaba muchas prácticas y estaba en el primer equipo del Sporting. Me quedaban siete asignaturas en el Plan 2000 y ahora con Bolonia, bastantes más.

P. ¿Se considera un currante del fútbol?

R. 100%. Hay jugadores con talento natural, pero yo quizá carezca de ese talento tan vistoso para el público, aunque de joven tenían más calidad. Lo que más me ha ayudado es tener una familia muy humilde que me ha dado los consejos necesarios. Después de bastantes decepciones, el trabajo me ha dado la recompensa.

P. Antes era un jugador más técnico.

R. En mis inicios era un mediocentro con llegada, pero el fútbol te va ubicando. Sandoval me probó como pivote defensivo y mis cualidades físicas y tácticas se adaptan más. Es un puesto en que no debes ni comprometerte ni intentar acciones vistosas, sino jugar rápido, estar bien colocado, tener salida de balón fluida, ayudar a los centrales... Es un puesto que, al día siguiente, cuanto menos se hable en la prensa de ti, mejor: será porque el equipo ha jugado bien. Que copen Alcácer y Rodrigo todas las portadas. Cuando un equipo ataca, el público mira a ese ataque mientras yo disfruto fijándome dónde están los delanteros contrarios para evitar una contra.

P. ¿Cómo se domina el oficio?

R. Yo era muy anti-veterano, eso de que ya llegarás a una edad en la que ya tendrás más poso. Yo pensaba que, con la potencia de la juventud, me iría mejor. Pero mis mejores años han sido a partir de los 28. No es una casualidad. Nunca se llega a dominar el oficio porque cada jugada es distinta, pero sí piensas mejor, más rápido y tomas la decisión adecuada.

El tema de los amaños me pilla de sorpresa. Hay que dejar que la justicia actúe con toda la fuerza

P. ¿Se van pasando los miedos?

R. Sí, porque al final te acostumbras a jugar ante mucha gente. Al principio es complicado. Yo salí en el Sporting, donde veía de pequeño a mis ídolos, y con una afición exigente y quizá el fútbol debería usar más la figura del psicólogo para niños que pasan de jugar ante 50 personas a 30.000, y al día siguiente hay muchos periódicos dando opiniones sobre ti. Ahora ya lo aceptas y sabes que por eso estamos tan bien pagados.

P. Desde esa posición privilegiada, ¿cómo ve la crisis?

R. No vivo en un mundo ajeno. Tengo amigos que, con tres carreras, están de camareros en mi pueblo. Y cuando hay algo de luz, vienen noticias malas como la de las tarjetas opacas de Cajamadrid. Lo peor es la tardanza de la justicia sobre esta gente que se ha llevado tantísimo dinero.

R. ¿Qué jugador le ha impresionado?

R. Me impresionan casi todos, pero admiro sobre todo a gente como Iniesta. Es de mi quinta, coincidí en la sub 21, y, sobre todo, lo admiro como persona con valores.

P. ¿Cómo definiría este centro del campo suyo con André Gomes y Parejo?

R. Nos compenetramos bien, y yo debo encontrar el equilibrio para que ellos tengan un poco más de libertad. Parejo ha adquirido cuajo y es la referencia con el balón; y André puede jugar donde quiera, llevando la manija y de llegador con uno contra uno muy fluido.

P. ¿Hay puntos débiles en el Atlético?

R. Es un equipo muy compacto y con varios años jugando a lo mismo, en eso va por delante de nosotros, que estamos en construcción. Ellos minimizan sus defectos y agrandan sus virtudes. Es el que mejor compite en Europa.

Lo que más me pesa es estar lejos de la familia, llevo ocho años que pesan para mis padres y mi hermano

P. ¿Se sufre jugando contra ellos?

R. Sí, porque aunque tengas la posesión, no se desgastan, basculan sin desgastarse y tienen una contra muy buena además de la opción letal de balón parado.

P. Solo ha marcado cinco goles en Primera. Los recuerda, claro.

R. Uno con el Levante, un 4-3 al Betis; el segundo y el tercero de falta con el Recreativo; y el año pasado dos aquí contra el Villarreal, uno lo enganché y otro que era solo empujarla, el sueño de cualquier futbolista.

P. ¿Qué es lo que peor lleva de su profesión?

R. Lo que más me pesa es estar lejos de la familia, llevo ocho años que pesan para mis padres y mi hermano. Cuando lo deje habré perdido 10, 12 años del día a día con ellos.

P. ¿Ha vivido algún intento de amaño?

R. Me pilla de sorpresa. Hay que dejar que la justicia actúe con toda la fuerza porque las aficiones tienen niños que quieren llegar a Primera y no puede ser que haya jugadores que no vayan a ganar como debe ser.

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