_
_
_
_
_

Viaje a la eternidad

España disputará por primera vez en su historia la final del Mundial tras derrotar a la anfitriona Turquía (66-56) con una exhibición de talento y carácter

F. SÁEZ
Torrens entra a canasta ante Yilmaz.
Torrens entra a canasta ante Yilmaz.OZAN KOSE (AFP)

España completó ante Turquía su viaje a la eternidad. En territorio hostil, a contracorriente y a contra natura, las campeonas de Europa derrotaron a las anfitrionas con otra exhibición de talento y carácter, y jugarán este domingo la final del Mundial por primera vez en su historia (20.15, La1). El año pasado en Orchies silenciaron La Marsellesa para lograr el oro continental y anoche apagaron la caldera del Fenerbahçe Arena para ganarse el sueño de alcanzar una cima planetaria. Alba Torrens, con 28 puntos, seis rebotes y tres asistencias; y Sancho Lyttle, con 18 puntos y 12 rebotes, lideraron en esta ocasión una rebelión colectiva que, desde la prudencia y la abnegación, ha encumbrado a un equipo conmovedor.

A estas alturas, España no se arruga en territorio comanche. Con ocho emigrantes en sus filas, además del seleccionador, las jugadoras presumen de personalidad y recursos para no ceder un palmo de terreno en la pelea. Lo demostraron precisamente dos jugadoras del Galatasaray turco el curso pasado: Alba Torrens y Sancho Lyttle, artífices de un triunfo legendario. El partido comenzó con un 0-5 a favor de Turquía, pero acto seguido las de Mondelo respondieron con un 9-0 que las otorgó la iniciativa y selló su pasaporte de madurez. El primer cuarto concluyó con un 19-20 que anunció el equilibrio de fuerzas y abrió las puertas del laberinto.

Era un duelo claustrofóbico, táctico y áspero. Estaba en juego la final del Mundial y la responsabilidad espesó los ataques y endureció las defensas. Turquía cerraba con fiereza el rebote y atajaba sin remilgos el contraataque rival. España atosigaba en la presión y afinaba desde el perímetro con una metódica selección de tiro. Comenzó entonces el baile en la pintura, que cargó de faltas a las escuderas –dos para Yilmaz y otras tantas para Nicholls- y encumbró a los dos pilares de cada equipo. Lara Sanders y Sancho Lyttle comenzaron a abrillantar su hoja de servicios acaparando los argumentos ofensivos y las flechas de ambas pizarras. Pero costaba un mundo abrirse paso en la espesura e iluminar el aro.

ESPAÑA, 66 - TURQUÍA, 56

España (19+9+13+25): Nicholls (3), Torrens (28), Palau (5), Xargay (10) y Lyttle (18) -cinco inicial-, Domínguez, Martínez, Gil (2) y Cruz.

Turquía (20+7+12+17): Tuncluer, Alben (6), Yilmaz (18), Sanders (18) e Ivegin (5) -cinco inicial-, Palazoglu, Canitez (2), Koksal (3), Vardali (3) y Caglar (1).

Árbitros: Fernando Sampietro (ARG), Guilherme Locatelli (BRA) y Anne Panther (ALE). Laura Nicholls fue eliminada por cinco personales (min.39).

8.000 espectadores en el Fenerbahçe Arena de Estambul.

España tardó cuatro minutos y medio anotar en el segundo acto, pero se agarró al partido con la defensa de Xargay ejerciendo de cuatro y los puntos, con cuentagotas, de Lyttle. “¡Os falta chispa!”, clamaba Mondelo para pedir valentía a sus jugadoras. Pero a duras penas fluían los ataques. El parcial concluyó con un pírrico 9-7 para España. Con las dos nacionalizadas de cada equipo gestionando la tensión del choque (28-27, m 20). Al descanso, Sanders, la alemana del conjunto turco sumaba 12 puntos y 5 rebotes; y Lyttle, la caribeña del cuadro español 10 puntos y 4 rebotes.

Turquía enseñó los colmillos tras la reanudación y, con Yilmaz como estilete, encendió Fenerbahçe Arena hasta la frontera de la ebullición. La torre turca anotó siete puntos consecutivos, forzó una antideportiva a Laia Palau y selló un parcial de 0-9 que puso a España contra las cuerdas (32-39, m. 25). Pero en una demoledora demostración de furia competitiva, las de Mondelo se rearmaron con tanta bravura que la reacción les llevó a la gloria.

Los puntos de Alba Torrens y la hiperactividad de Nuria Martínez comenzaron a desquiciar al equipo turco primero y a su banquillo después. La airada protesta del técnico Yildizoglu reclamando una falta le costó una técnica que rompió definitivamente el partido para España (54-44, m. 34). Con el viento a favor se desataron las de Mondelo y despegó Alba Torrens rumbo a la historia. El baloncesto español se pasó meses soñando con una final mundialista frente a Estados Unidos y, tras despertar de la pesadilla que protagonizó la selección masculina, las campeonas de Europa la han logrado. Como poco ya tienen una plata de ley, pero su orgullo es de oro.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

F. SÁEZ
Es redactor de deportes del diario EL PAÍS, especializado en baloncesto. Además del seguimiento de ACB y Euroliga, ha cubierto in situ Copas, Final Four, Europeos y Mundiales con las selecciones masculina y femenina. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid y ha desarrollado toda su carrera en EL PAÍS.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_