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“Pensé en irme del Madrid”

Casillas explica sus dos años de crisis en los que "parecía la peste" y dejó de hablarse con su extrenador Mourinho

Casillas con Gabilondo.
Casillas con Gabilondo. DIARIO AS (DIARIO AS)

"Hace unos meses parecía la peste", se arranca Iker Casillas en la entrevista concedida al periodista Iñaki Gabilondo para explicar los dos años de crisis que ha sufrido el portero del Real Madrid y de la selección española. "Pensé en irme del Real Madrid, pero en voz baja", reconoció, aunque después decidió quedarse porque, a los 33 años, llegó a la conclusión de que debía "luchar, renacer, competir". "Te hace más cauto, humilde, tener los pies en la tierra".

El momento más crítico para él fue cuando se lesionó de la mano, en enero de 2012 en Mestalla, tras una patada de su compañero Arbeloa, con quien tenía "discrepancias". Vinieron dos meses en los que se sintió "aislado" porque no formaba parte de la "convivencia". Entonces tanto el primer entrenador, José Mourinho, como el segundo, Aitor Karanka, dieron algunas conferencias de prensa que hirieron al portero internacional. "El señor Karanka comentó que no tenía el alta competitiva", apuntó Iker. En esos dos meses tampoco sintió el respaldo del presidente, Florentino Pérez. A partir de ahí, la relación con Mourinho se congeló y cada uno fue "por su lado".

Era cuando, desde distintos sectores, se le acusó de ser el topo del vestuario blanco. "Topo, traidor, es injusto. Tengo una relación fluida con algunos periodistas porque los conozco desde hace muchísimos años, pero distingo la relación del amigo de la del periodista", explicó Casillas, que quiere "no pensar" que esa campaña de desprestigio estuviera orquestada por el entrenador o por el presidente madridista. "Vi mucha suciedad", remató.

Eso le dolió como también los abucheos y silbidos de la grada del Bernabéu en algunos de los últimos partidos de la presente Liga. "Llevo desde los nueve años en el Madrid y 15 años en el primer equipo, aunque también sé, por esa experiencia, que es un público muy exigente".

Al principio, tuvo una buena relación con Mourinho, a quien define como un técnico "osado y con carácter" que permitió al Madrid ponerse otra vez al nivel del Barça. Las discrepancias empezaron a flotar tras los tensos partidos entre el Madrid y el Barça de Pep Guardiola en 2011. Casillas telefoneó a Xavi y a Puyol, capitanes azulgrana, pero no para "pedir perdón", como se dijo, sino porque la imagen que estaban dando estaba siendo "lamentable", lejos de ser "un ejemplo para los niños". Fueron conversaciones "tensas" en las que se dijo "de todo", explicó Iker, a fin de mejorar las relaciones antes de volver a verse las caras en la selección española. Tampoco le favorecieron, tiempo después, unas declaraciones de su pareja, Sara Carbonero, en las que indicaba que las relaciones en el vestuario del Madrid eran "malas". Mourinho decidió darle la titularidad primero a Adán y después de Diego López y llegó un momento en que ya no se dirigía la palabra con Casillas.

Otra de las acusaciones habituales hacia el portero madridista fue el no haber cuidado su estado de forma. "Los que hemos tenido talento innato, no lo perdemos. No necesito ir al gimnasio a hacer 3.000 abdominales. No me viene bien", lo rebatió Casillas, que sueña con la Eurocopa de Francia 2016 para resarcirse del fiasco del Mundial de Brasil. "El pasado Mundial me dejó tocado. No fue el Iker Casillas que estoy acostumbrado a ver. No me gustó. Lucharé por estar en París".

Finalmente, habló de su familia y de cómo no puede ni dar un paseo con su hijo [Martín] por el acoso de la prensa del corazón, dada la popularidad suya y la de Sara Carbonero. "Tienes que pactar por tu vida [en alusión a acuerdos con los reporteros para que le den un poco de aire]", concluyó.

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