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Serbia-Albania, con conflicto político de fondo

El conjunto albanés, con siete kosovares, visita por primera vez desde 1967 Belgrado, que rechaza la independencia de Kosovo

Lenjani celebra con una voltereta su gol de Dinamarca en presencia de Agolli.
Lenjani celebra con una voltereta su gol de Dinamarca en presencia de Agolli. GENT SHKULLAKU (AFP)

Albania, pequeño país del sureste de Europa de tres millones de habitantes, está exultante después de haber vencido en Portugal (0-1, gol de Balaj) y de empatar con Dinamarca (1-1, tanto de Lenjami, voltereta incluida para celebrarlo), lo que le permite liderar el grupo I con cuatro puntos en tres partidos en su anhelo de clasificarse por primera vez para un gran torneo, en este caso la Eurocopa de Francia 2016. Y visita esta noche Belgrado por primera vez desde 1967 con una fuerte simbología: el conflicto de Kosovo al fondo. Hasta siete jugadores de Albania nacieron en Kosovo, cuya independencia es rechazada por Serbia. Pero no habrá enfrentamientos entre ambas hinchadas porque la UEFA prohíbe la presencia de aficionados visitantes por razones de seguridad. Por otro lado, la selección serbia del técnico holandés Dick Advocaat tropezó en su estreno ante Armenia y solo suma un punto.

Es un partido especial para Albania, con una enorme carga emocional. Las tensiones comenzaron tras la muerte de Josip Broz Tito a principios de los ochenta y se agravaron en la década posterior. La comunidad albanesa de Kosovo, que es mayoritaria, aprovechó la desintegración de Yugoslavia para aspirar a la independencia de Serbia, pero todo acabó con una sangrienta intervención de la OTAN en 1999. Tras el acuerdo de paz, el gobierno local declaró en febrero de 2008 la independencia, reconocida por Estados Unidos, Reino Unido y Francia, pero rechazada por Serbia. Tampoco es admitida por Naciones Unidas, de ahí que Kosovo no pueda ser miembro de la FIFA ni de la UEFA. Solo puede disputar partidos amistosos.

El pequeño milagro en Albania está a cargo del entrenador italiano Gianni de Biasi, de 58 años, un especialista en sacar petróleo de los equipos más modestos. Estuvo en el Vicenza, el Módena, el Torino, el Levante y el Udinese, entre otros. Y cuenta con cinco jugadores de la Liga suiza, entre ellos el defensa Tauland Xhaka, del Basilea, hermano de Granit Xhaka, que ha optado por jugar con la selección de Suiza. Otros destacados son el portero Berisha (Lazio), el defensa Cana (Lazio), el centrocampista Valdet Rama (ex del Valladolid, ahora en el Múnich 1860) y el delantero Kapllani (Frankfurt).

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