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Xisco salva el estreno de Djukic

La Real peca de conformista y pierde el triunfo en el tramo final en un remate con el brazo del delantero del Córdoba

Rafael Pineda
Finnbogason, de la Real, disputa el balón con Pinillos.
Finnbogason, de la Real, disputa el balón con Pinillos. RAFA ALCAIDE (EFE)

Está irreconocible la Real. No queda un atisbo de ese equipo eléctrico, veloz y vertical que se movió con destreza la pasada temporada. Vela está perdido. Con él, un grupo de jugadores escasos de confianza, con la mente nublada por la necesidad de los puntos. Realmente, jamás mereció el triunfo ante el Córdoba a pesar de que estuviera por delante en el marcador durante casi todo el encuentro. Incluso aunque Xisco, después de fallar un gol cantado, marcara con el brazo el tanto del empate. Racaneó mucho la Real, que volvió a ser sorprendida en los minutos finales, como ante el Getafe. Se conformó, con demasiado por delante, con el gol de Íñigo Martínez.

La Real se va frustrada de Andalucía y con la presión intacta sobre su entrenador, Jagoba Arrasate. El Córdoba cambió de técnico y echó a Albert Ferrer. Esperar que Djukic haga milagros en una semana es demasiado esperar, pero el serbio reaccionó al descanso con buenos cambios, los de Abel y Xisco. Modificó la forma de jugar apelando al fútbol directo y el Córdoba, aunque no conozca todavía el triunfo, salvó un punto. Da la impresión de que tiene más ilusión que una Real que se asoma al final de un ciclo, representado por un entrenador superado por las circunstancias y el acomodamiento de algunos jugadores.

La mano de Djukic no se notó de inicio en el Córdoba. Tres cambios en el once (Campadabal, Pantic y Luso) que apenas aportaron. Ni siquiera esa pizca de agresividad que se supone en el grupo después de un cambio de entrenador. De hecho, la primera falta del Córdoba, y del partido, llegó en el minuto 21. Una entrada que Pinillos se pudo ahorrar sobre el intrascendente Finnbogason, un delantero que jamás remata. La falta la sacó mal Canales, pero el increíble fallo en cadena de la defensa del Córdoba propició que el balón le llegara a Íñigo Martínez en el segundo palo. El central, otro que anda en horas bajas, empujó el balón a la red ante la evidente desidia local. Sin contundencia, agresividad ni eficacia no se puede caminar por la exigente Primera División. La Real, encogida, sin que Canales ni Vela dieran un paso adelante, se limitó a defender su renta. Como el Córdoba no le exigía, el cuadro vasco se contentó con dejar pasar los minutos. Un error grosero se había traducido en una importante ventaja. El equipo andaluz, una sombra errante, no tenía ningún argumento ante la zaga realista.

CÓRDOBA, 1-REAL SOCIEDAD, 1

Córdoba: Juan Carlos; Campadabal, Pantic, Íñigo López, Pinillos; Ekeng (Abel, m. 53), Luso; Fede Cartabia, Borja García (Xisco, m. 46), Fidel (José Carlos, m. 72); y Ghilas. No utilizados: Saizar; López Garai, Bouzón y Rossi.

Real Sociedad: Zubikarai; Zaldua, Ansotegi, Íñigo Martínez, Yuri; Bergara, Rubén Pardo (Granero, m. 69); Vela, Canales (Xabi Prieto, m. 70), Castro (Zurutuza, m. 61); y Finnbogason. No utilizados: Bardají; Mikel González, Hervías y Agirretexe.

Goles: 0-1. M. 22. Íñigo Martínez. 1-1. M. 87. Xisco.

Árbitro: Del Cerro Grande. Amonestó a Vela, Pinillos, Granero, Ghilas y Campadabal.

El Arcángel. Unos 15.000 espectadores.

Djukic metió a Xisco para jugar con delanteros y buscar un fútbol más directo. Una solución básica, destinada a espolear a un equipo plano. El intento de hacerle el camino más fácil a sus jugadores derivó en un montón de balones al área vasca. Mucho mejor estuvo Fidel, que se internó en el área y sirvió un pase de gol a Xisco. El delantero del Córdoba falló un gol increíble. No se le pudo negar insistencia al equipo andaluz, más entero bajo la batuta de Abel.

La Real, por su parte, ni sentía ni padecía, ajena a todo, salvada por el oficio de hombres como Bergara, Ansotegi o Yuri. La oportunidad perdida por Xisco noqueó al cuadro cordobés, que fue perdiendo fuelle. Xabi Prieto y Granero tuvieron más el balón y la Real, sin hacer nada del otro mundo, faltita a faltita, tenía el triunfo en su mano. Sin embargo, un balón al área de Fede en una de sus escasas acciones acabó en el palo. El rechace le llegó a Xisco, que marcó ayudándose del brazo. El empate salvó el estreno de Djukic y deja en muy mal lugar a Arrasate, que parece condenado a una próxima destitución.

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