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Y Vettel, con cara de póker

El alemán no puede decir dónde correrá el año que viene a la espera de que Alonso y Ferrari se pongan de acuerdo

Oriol Puigdemont
Vettel se deja fotografiar por un aficionado a su llegada al circuito de Austin.
Vettel se deja fotografiar por un aficionado a su llegada al circuito de Austin. Darron Cummings (AP)

La caravana itinerante que sigue el Mundial de Fórmula 1 vive desde hace varias semanas escrutando cada palabra que sale de la boca de Fernando Alonso, a la espera de saber cuál es esa decisión que ha tomado el asturiano sobre su futuro y que todavía no puede revelar. La relevancia de Alonso en la F-1 actual provoca que su salida de Ferrari después de cinco años condicione a terceros, especialmente a Sebastian Vettel, quien asumirá su relevo en la marca de Maranello después de seis años en Red Bull en los que ha conseguido acumular cuatro títulos. La situación que el alemán es marciana después de que su equipo anunciara hace un mes, en Suzuka, que romperá con él a finales de esta temporada. Christian Horner, el director de la estructura energética, desveló que Vettel se vestirá de rojo en 2015, algo que ni el propio piloto ni tampoco Ferrari han oficializado.

Llegados a este punto, tal sinsentido puede tener varias interpretaciones, aunque la más lógica le lleva a uno a pensar que la cosa está en punto muerto porque los intereses de Alonso y los del constructor de Il Cavallino se dan de frente. De hecho, si Ferrari no ha comunicado todavía la llegada de Vettel es porque la cúpula de la compañía es muy consciente de que la jugada le podría salir muy cara si antes no finiquita la marcha del ovetense. A todo esto, el tetracampeón sigue con la boca cerrada tratando de buscar la complicidad de los periodistas, obligado a tirar balones fuera en cada comparecencia.

No tengo ni idea de qué impide que se conozcan mis planes" Sebastian Vettel, piloto de Red Bull

“Para ser sincero, no tengo ni idea de qué es lo que impide que se conozcan mis planes con vistas al año que viene. Yo estaré encantado de podéroslos decir cuanto antes”, afirma Vettel, que sí sabe que no podrá probar el Ferrari en los entrenamientos que se celebrarán inmediatamente después del último gran premio, en Abu Dabi, porque Red Bull no se lo ha autorizado –"No esperaba ningún trato de favor en ese sentido”, dice él–.

Por lo demás, el chico de Heppenheim se enfrenta a un fin de semana de lo más delicado. Baby Shumi arrastra una sanción de 10 posiciones que se le aplicaría en la parrilla del domingo por recurrir a un sexto propulsor, cuando el máximo que permite el reglamento son cinco. Entre eso y la ausencia de cuatro coches –Marussia y Caterham no han viajado por problemas económicos–, todo apunta a que Vettel no tomará parte en la cronometrada del sábado para ahorrar neumáticos, y el domingo arrancará desde el carril de boxes.

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