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Bartomeu sigue la pugna con Laporta

El Barcelona recurre la sentencia que absolvía a la anterior junta aunque no ejecutará los avales

Nadia Tronchoni
El presidente del Barcelona, Josep Maria Bartomeu, en la conferencia de prensa tras la reunión de la junta.
El presidente del Barcelona, Josep Maria Bartomeu, en la conferencia de prensa tras la reunión de la junta.Toni Albir (EFE)

Dice el presidente del Barcelona, Josep Maria Bartomeu, que la sentencia que dictó el martes el juez Martínez Borrego y que absolvía a Laporta y otros 16 directivos —se les reclamaba el pago de 47,6 millones de euros por las pérdidas de la entidad al fin de su mandato en 2010— es “buena para el club”. Dice que esa sentencia no es más que una herramienta para seguir trabajando en la sostenibilidad del club. Es su visión de una resolución judicial que estima que Laporta y los directivos que trabajaron con él no sólo no dejaron el cargo con un déficit acumulado de 47,6 millones, sino que obtuvieron cuatro de beneficios en sus siete años de mandato. Así las cosas, la junta directiva del Barcelona decidió ayer, tras un largo y tedioso debate, recurrir esa sentencia.

El Barça sigue adelante con el proceso judicial porque se siente legitimado por el mandato de la asamblea celebrada en 2010 y porque, apunta el presidente, el juez les dio la razón en ocho de los 11 puntos y sólo se la quitó en tres. Claro que esos tres puntos —hizo referencia a la depreciación de los terrenos de Viladecans, la provisión del concurso de Mediapro y las sentencias que resulten de los pagos que se deban efectuar a Sogecable, que según el juez no se pueden considerar como pérdidas— son sustanciales para sostener los criterios defendidos por los demandados.

Quiere el club tener la razón en todos los puntos —en el caso de Sogecable se estiman unas pérdidas de 30 millones— y ganar el caso para poder así defender la gestión de los meses iniciales de la junta directiva presidida en su día por Sandro Rosell y los números que les proporcionó el auditor. Mientras Laporta declaró que dejaba unos beneficios de 11,1 millones, la nueva junta obtuvo unas pérdidas de 47,6 millones tras reformular y auditar las cuentas a instancias del vicepresidente económico Javier Faus.

La paz social es una palabra muy grande”, respondió el presidente tras tomar la decisión

La decisión de recurrir fue sólo uno de los tres puntos que se trataron en la junta, que arrancó a mediodía, terminó a las tres de la tarde y en la que prevalecieron las ideas de Faus y Toni Freixa, que recibieron el apoyo del presidente. Optó finalmente la junta del club, con la ausencia notable de Carles Vilarrubí —que remitió una extensa carta a Bartomeu para que se leyera en voz alta y en la que se manifestaba contrario a continuar con el proceso judicial, como también hizo abiertamente Jordi Cardoner—, por recurrir y reclamar la opinión del socio sólo cuando haya una nueva sentencia: “Someteremos su ejecución a una asamblea de compromisarios convocada a tal efecto”, dijo el presidente en la posterior conferencia de prensa.

Además, quisieron los directivos del club mostrarse magnánimos con sus predecesores al renunciar a los avales que podrían ejecutarse a instancias del socio Vicens Pla, pues ya cuenta a su favor con una sentencia anterior que condenaba a Laporta y otros siete directivos a avalar 23,2 millones de euros —el 15% del presupuesto que el Barça aprobó para la temporada 2006-2007— ante la Liga de Fútbol Profesional. Lo hacen pues es el club el beneficiario de esos avales, pero necesitan el visto bueno de quien presentó la denuncia, Vicens Pla. Y lo hacen, también, conscientes de que corren un riesgo, pues renuncian a una garantía en favor del club, un movimiento que quizá el socio pueda echarles en cara algún día.

Pero quieren despojarse de esa idea expuesta por Laporta de que van a por él. “La paz social es una palabra muy grande”, respondió Bartomeu, preguntado por las declaraciones de un Laporta dispuesto para el reto. “Sabemos lo que significa tener un patrimonio embargado o controlado y queremos evitar el sufrimiento de esas familias”, dijo el presidente en referencia a esos avales.

A todas las decisiones se llegó por consenso. Aunque no fue fácil. Menos después de leer la misiva de Vilarrubí, que pedía que su opinión discordante constara en el acta de la reunión y que no tuvo vocación corporativista alguna. Tampoco lo fue después de las palabras un día antes de Laporta —“Si recurren sólo pensaré que siguen instalados en el resentimiento”, dijo—, la cara visible y portavoz de los demandados. Quizá las cosas serían hoy diferentes si el expresidente se hubiera mostrado algo más generoso en la victoria. Al menos, había más directivos a favor de dejar correr el asunto que de seguir peleando en los tribunales. Hasta que habló Laporta.

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Sobre la firma

Nadia Tronchoni
Redactora jefa de la sección de Deportes y experta en motociclismo. Ha estado en cinco Rally Dakar y le apasionan el fútbol y la política. Se inició en la radio y empezó a escribir en el diario La Razón. Es Licenciada en Periodismo por la Universidad de Valencia, Máster en Fútbol en la UV y Executive Master en Marketing Digital por el IEBS.

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