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El Sevilla da un paso clave

El merecido triunfo ante el Standard encarrila el pase en la Liga Europa del conjunto andaluz, donde brilla con luz propia Reyes

Rafael Pineda
M'Bia golpea el balón.
M'Bia golpea el balón.Julio Muñoz (EFE)

Importante y trabajado triunfo del Sevilla ante un Standard al alza. La victoria consolida el liderato del campeón e insufla mucho aire a un equipo andaluz superior, al que solo la mala fortuna en la definición le privó de un resultado más contundente. El Sevilla supo sufrir cuando el equipo belga, muy bien sustentado por sus centrales, intentó la igualada cuando perdía 2-1. El equipo de Emery se había visto afectado por las lesiones de Beto y Reyes, hasta entonces su mejor hombre. También porque su gran inicio de la segunda parte no se tradujo en el tercer gol. Momentos en los que Denis Suárez remató al larguero y el equipo se desconectó un poco.

Emery hizo buenos cambios, la grada apretó y el Sevilla encontró un punto de lucidez y aplomo para acabar ganando con más ventaja el partido. Fue, cómo no, en una acción de estrategia que Bacca remachó bajo la línea de gol. Buen triunfo del Sevilla por tanto, primero de grupo y en el pelotón de arriba de la Liga. En el próximo encuentro ante el Feyenoord, en Holanda, los dos equipos se jugarán el pase en un duelo de intensidad.

SEVILLA, 3-STANDARD, 1

Sevilla: Beto (Rico, m. 46); Diogo, Pareja, Carriço, Trémoulinas; Mbia, Krychowiak; Deulofeu (Bacca, m. 71), Denis Suárez, Reyes (Vitolo, m. 57); y Gameiro. No utilizados: Coke, Fernando Navarro, Banega y Aspas.

Standard de Lieja: Thuram; Milec, Ciman, Arslanagic, Andrade; Enoh, Trebel (Lumanza, m. 81); Mpoku, Louis (Watt, m. 67), Van Damme (Bia, m. 63); y De Camargo. No utilizados: Kawashima; Faty, De Sar y Ono.

Goles: 1-0. M. 18. Gameiro. 1-1. M. 32. Mpkou. 2-1. M. 41. Reyes. 3-1. M. 89. Bacca.

Árbitro: Bobby Madden. Amonestó a Carriço, Trebel, Denis Suárez, Ciman, Mbia, Enoh y Arslanagic.

Ramón Ramón Sánchez Pizjuán. 26.850 espectadores.

Pocos jugadores tienen la clase de José Antonio Reyes. Acabado para muchos como producto con valor del fútbol de élite, el utrerano se resiste a plegar velas. En un partido que pareció fácil pero que no lo fue, Reyes emergió con un talento que no se le recordaba. Los detalles que ofreció ante el Standard fueron majestuosos, dignos de un fútbol de otra galaxia, ajeno al común de los mortales. La primera pincelada fue un pase prodigioso que dejó solo a su compañero Diogo a los ocho minutos. El portugués, un fracaso en defensa y eficiente en ataque, se topó con Thuram, primo del gran internacional francés campeón del mundo.

Reyes, luego, quiso siempre el balón, asistiendo desde los lanzamientos de córner, impregnando su fútbol de clase. Después del afortunado empate del Standard, Reyes levantó la cabeza. Hizo varias paredes con Denis Suárez, ayudó Diogo y se quedó luego solo ante Thuram. Su gran gol ayudó mucho a su equipo. El momento dulce se rompió a los 55 minutos, cuando crujió la musculatura. Quizás por eso su espectacular talento no puede tener continuidad.

La lesión del utrerano dejó tocado al equipo andaluz, que perdió algo el rumbo. Los instantes de incertidumbre apenas duraron unos minutos. Emery logró serenar a su equipo con la entrada de Bacca y la salida de Deulofeu. El Sevilla se dispuso con un 4-4-2 y el equipo se calmó. Krychowiak supo amarrar el balón y el Sevilla tocó la pelota con sentido. Aún le falta algo de oficio para cerrar los partidos, sobre todo porque se expone demasiado en ataque.

El Standard ya no llegó con más peligro a la meta de Rico, que dio, una vez más, muestras de una gran seguridad. Al conjunto belga solo lo sostenía la incertidumbre del marcador. No llegó el rebote desafortunado y sí una nueva jugada de estrategia marca de la casa. Carriço peinó en el primer palo y Bacca remachó a gol. Un tanto que debe disparar las prestaciones del colombiano, algo alicaído en las últimas jornadas. Jugó Gameiro de titular y el francés también marcó mientras otro elemento de calidad como Aspas no disputó ni un solo minuto. Es la ventaja de disponer de una plantilla amplia y de muchas variantes.

Un grupo que Emery, hasta el momento, está manejando con exquisita solvencia. Sus números son incuestionables por más que algún sector le siga reclamando un fútbol excelso. Ese sector no se contentó con el segundo gol del equipo andaluz, un prodigio de técnica y definición.

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