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Costa demuestra su salud con goles

El delantero, excluido por Del Bosque por problemas físicos, lanza al Chelsea ante el Liverpool Cesc juega lesionado

GORKA PÉREZ
Diego Costa celebra el segundo gol del Chelsea
Diego Costa celebra el segundo gol del ChelseaAlex Livesey (Getty )

En Anfield, donde más de 45.000 personas gritan cada quince días hasta que la garganta pierde la batalla con el frío, Diego Costa provocó que no hicieran falta las bajas temperaturas para quebrar esa voz. Seguramente, ese mismo grito pudo oirse a varios miles de kilómetros de distancia, en otro país, quién sabe. El internacional español del Chelsea, que no fue citado por Del Bosque para los dos próximos compromisos de La Roja tras llegar a la conclusión de que debido a sus problemas de pubis "era mejor que descansara", jugó 90 minutos con su club, y marcó el gol de la decisivo para los blues ante el Liverpool (1-2), que siguen al frente de la Premier League con ocho victorias y tres empates. "Creo que está listo para jugar de inicio pero no para ir con la selección nacional. Es una fantástica noticia para nosotros", declaró ayer Mourinho tras conocer la ausencia de su jugador en la lista de España. Y cumplió con la primera parte del enunciado. El jugador respondió con un partido en el que se le vio sin ningún problema físico, en el que luchó y se pegó de nuevo con Skrtel (su amistad se fraguó en el pasado España-Eslovaquia) y sumó su décimo gol en Inglaterra, donde sigue al frente de la tabla de goleadores.

LIVERPOOL, 1 - CHELSEA, 2

Liverpool: Mignolet; Glen Johnson, Skrtel, Lovren, Alberto Moreno; Henderson, Gerrard, Emre Can (Allen, m. 70); Sterling, Balotelli (Lambert, m. 79), Coutinho (Borini, m. 70). No utilizados: Brad Jones, Kolo Touré, Lallana, Lucas Leiva.

Chelsea: Courtois; Ivanovic, Cahill, Terry, Azpilicueta; Matic, Cesc; Ramires (Willian, m. 54), Oscar, Hazard (Filipe Luis, m. 95), Diego Costa (Drogba, m. 90). No utilizados: Cech, Zouma, Obi Mikel, Remy.

Goles: 1-0. M. 8. Emre Can. 1-1. M. 13. Cahill. 1-2. M. 66. Diego Costa.

Árbitro: Anthony Taylor. Amonestó a Sterling, Balotelli, Courtois, Ivanovic, Matic, Oscar, Diego Costa.

Unos 45.000 espectadores en Anfield.

Ganó el Chelsea gracias a su delantero, un partido que se le complicó de rebote, pero en el que supo recomponerse a base de esa capacidad que le permite sentirse protagonista en cualquier contexto, esté rodeado o no de seguidores, tenga en frente o no a un adversario igual o superior a sus características. No está siendo hasta el momento el conjunto de Brendan Rodgers un enemigo peligroso en la Premier (a 15 puntos de diferencia en la clasificación), aunque ofrezca en cada encuentro muestras de que tiene mimbres para construir un buen cesto, todavía lejos de encontrar la trenza perfecta. Los blues conforman una vasija con varias agarraderas (el dinero nunca fue un problema para encontrar el adorno perfecto) y mucho más sólida a la hora de cargar peso. Cesc y Matic son dos de ellas. Una de esas parejas bien avenidas que se ocupan de tareas distintas para llevar a cabo la misma misión. El español mueve la pelota y el serbio la recupera. De esa combinación se benefician jugadores como Hazard o Diego Costa, más adelantados sobre el tablero, expectantes por darle un final a esa construcción primaria.

Creo que está listo para jugar de inicio pero no para ir con la selección nacional. Es una fantástica noticia para nosotros", declaró ayer Mourinho

El Liverpool se apoya más en el talento individual de jugadores como Coutinho o Sterling. Ambos fueron una pesadilla para el equipo de Mourinho, por su capacidad para rectificarse a sí mismos de manera frenética, unido a una velocidad muy por encima de la de la media de la mayoría de las defensas, también la del Chelsea. El brasileño, bien secundado por Gerrard, aprovechó esa libertad para llevar a cabo unas cuantas arrancadas desde el centro del campo que desembocaron en disparos lejanos a los que respondió bien Courtois. El extremo inglés fue un incordio en la banda por su engrasado movimiento de cintura. Sin embargo, el más acertado fue Emre Can. El jugador alemán de origen turco, formado en las categorías inferiores del Bayern de Múnich, probó primero a Courtois con un remate lejano que desvió Terry y no cogió portería, y afinó después al disparar esta vez sobre el cuerpo de Cahill y conseguir que la nueva trayectoria despistase al portero belga.

Gerrard protesta al árbitro una mano de Cahill / PHIL NOBLE (REUTERS)
Gerrard protesta al árbitro una mano de Cahill / PHIL NOBLE (REUTERS)PHIL NOBLE (REUTERS)

No duró demasiado la alegría de los reds. En un saque de esquina botado por Cesc, Terry conectó con la pelota y aunque Mignolet repelió el cabezazo el balón llegó hasta Cahill que lo remató como pudo. El meta belga intentó quitárselo de encima pero no evitó con su cuerpo que traspasase la línea de gol. Aunque hubo un instante para la duda, el árbitro del partido señaló el tanto y las cámaras demostraron su validez. A partir de ahí el partido volvió a esa especie de calma tensa, con el Liverpool aguijoneando de vez en cuando, y el Chelsea demostrando la estabilidad de su defensa.

Sin noticias de Balotelli, un jugador al que la oscuridad está empezando a ensombrecer del todo, no había para los locales otra manera de intentar tomar ventaja que tratar de explotar el disparo lejano y los centros al área. Apostó por incrementar la velocidad Mourinho con la entrada de Willian y aunque seguía siendo Hazard el arma más afilada del Chelsea, un secundario en tareas ofensivas como Azpilicueta desbordó de repente por la banda izquierda y su centro llegó hasta Diego Costa, que armó deprisa un disparo cruzado que acabó en la red para regocijo de su entrenador.

De ahí hasta el final, el partido ganó en revoluciones. El Liverpool protestó dos rechaces de Cahill por entender que el inglés había utilizado la mano para desviar los disparos (el segundo de ellos de manera evidente) y el estadio se encargó de demostrar a Diego Costa que sus formas, además de alguna patada fuera de tiempo, no eran de su agrado. El hispanobrasileño abandonó el partido a tres minutos de su conclusión después de recibir un golpe de Skrtel, quién sino, con paso firme y pausado. Fue felicitado por Mourinho, que advirtió tras el encuentro que Cesc había terminado con unas molestias musculares que podrían hacer que se perdiera el próximo partido con España, y vitoreado por los aficionados del Chelsea. Se le vio sano y afinado. Se le vio en Inglaterra.

El United gana con gol de Mata

Manchester United, 1-Crystal Palace, 0
El United de Van Gaal no pasaba por sus mejores momentos en la Premier League, máxime cuando hace unos días el holandés declaró que la remodelación del United, un equipo que este verano se ha gastado 193 millones en fichajes, puede durar tres años. La victoria de los de Manchester frente al Crystal Palace de esta tarde por 1-0 con gol del español Juan Mata le da al holandés, por tanto, la tranquilidad que le ha esquivado las últimas semanas.

A pesar de la gran preocupación de Van Gaal, la defensa de su equipo, la última línea de los "diablos rojos" aguantó con solvencia los embates del Palace, que lucha por no quedar hundido en los puestos de descenso y que llegaba a Manchester más concentrado en defender su portería que en poner en aprietos al español David de Gea.

A veinte minutos del final, poco después de salir al campo desde el banquillo, Juan Mata selló la ventaja del United con un tanto desde fuera del área. Un tanto que permite a su equipo sumar tres puntos, da reposo a un Van Gaal criticado desde principio de curso, y aplaca a unos hinchas que, independientemente del juego mostrado por su equipo, solo buscaban una victoria. La lenta mejoría que viene mostrando el United desde comienzo de temporada da un pequeño paso hacia delante.

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Sobre la firma

GORKA PÉREZ
Es redactor de la sección de Economía y está especializado en temas laborales. Ha desarrollado la mayor parte de su carrera en EL PAÍS. Antes trabajó en Cadena Ser. Es licenciado en Periodismo por la Universidad del País Vasco y Máster en Información Económica de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo.

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