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Espantoso Barça, redentor Luis Suárez

El uruguayo propicia la remontada blaugrana en Almería con goles de Neymar y Alba

Ramon Besa
Luis Suárez intenta un remate acrobático.
Luis Suárez intenta un remate acrobático. D. Doyle (Getty)

Luis Suárez arregló un partido espantoso del Barça. A falta de juego, se imponen los futbolistas. Al uruguayo se le fichó para solucionar los encuentros que no tenían remedio, ni siquiera para Messi, que desde que se puso a tiro del récord de Zarra no encuentra la portería en la Liga. Aunque todavía no se ha estrenado como goleador, la aportación del 9 fue decisiva para que los azulgrana cantaran victoria en Almería. Neymar y Jordi Alba protagonizaron el primer remonte barcelonista del curso después de dos jugadas de Luis Suárez. No quedó más rastro del Barça en los Juegos del Mediterráneo que en el marcador: 1-2.

Almería, 1-Barcelona, 2

Almería: Rubén; Ximo, Trujillo, Fran Vélez, Dubarbier; Verza, Azeez; Thomas (Wellington, m. 85), Soriano (Hemed, m. 68), Jonathan; y Thievy (Edgar, m. 77). No utilizados: Julián; Míchel, Dos Santos y Corona.

Barcelona: Bravo; Adriano, Bartra, Mascherano, Jordi Alba; Rakitic, Busquets (Xavi, m. 66), Rafinha; Munir (Luis Suárez, m. 46), Messi y Pedro (Neymar, m. 46). No utilizados: Ter Stegen, Montoya, Piqué y Alves.

Goles: 1-0. M. 37. Thievy completa un contragolpe. 1-1. M. 73. Neymar, a pase de Luis Suárez. 1-2. M. 82. Alba remata un centro de Luis Suárez.

Árbitro: Undiano Mallenco. Mostró la cartulina amarilla a Thomas, Soriano.

Estadio Juegos del Mediterránero. Unos 13.000 espectadores.

Jugó con fuego Luis Enrique y las figuras evitaron la catástrofe en un partido en que la victoria se da por descontada cuando se trata de equipos como el Barcelona. Ocurre que los blaugrana van perdiendo equipaje en cada compromiso y en cualquier parte del mundo, presos de una dinámica de la que nadie es ajeno, vulgarizado por los adversarios más convencionales. Los azulgrana empezaron por perder la pasión y ahora han perdido el fútbol. Ya nadie apela a los valores, a la identidad, la personalidad y el estilo, sino que todos se encomiendan al resultado y sobre todo a los goles de Luis Suárez, Neymar y Messi.

Ahora mismo provocan más debate las alineaciones de Luis Enrique que el juego del equipo en la cancha, tanto da que sea en Madrid como en Almería. Al entrenador le ha dado un ataque de imprevisibilidad que es imposible de descifrar, pues no parece responder a ninguna lógica futbolística, sobre todo porque resulta más sorprendente para sus propios jugadores que para el rival, ya sea en la Champions o en la Liga. No era fácil mirar al campo en el estadio de Los Juegos Mediterráneos ante la fila del banquillo azulgrana: Alves, Piqué, Xavi y Luis Suárez y Neymar.

Aunque la suplencia de Piqué ya no es noticia por reiterativa (tres partidos seguidos), ni tampoco se da importancia a que roten los medios (hasta siete tríos) y los defensas (11 distintas), no es muy normal que formara el zurdo Adriano en la banda derecha, cuando habían viajado hasta tres laterales diestros naturales (Alves, Douglas y Montoya), y sobre todo que entraran en la rueda Luis Suárez y Neymar, relegados a la vez, y regresara Munir. A nadie le extrañó que los azulgrana tardaran en ligar una jugada, desconcertados como estaban todos en el Barcelona.

Piqué, Suárez, Alves, Montoya, Xavi y Ter Stegen, en el banquillo del Barça.
Piqué, Suárez, Alves, Montoya, Xavi y Ter Stegen, en el banquillo del Barça.DIARIO AS (AS)

Jugaba tan mal el Barça que el Almería se fue a por el partido con la alegría que no tuvo en jornadas mucho más cómodas, días en que nunca pareció estar tan cerca de la victoria como ante los muchachos de Luis Enrique. Los córners y las faltas se sucedían ante Bravo. La montonera barcelonista daba grima y si la pelota tardó media hora en entrar fue por casualidad, porque no atinaron los llegadores del Almería. Nadie daba pie con bola en el Barça, lento e inanimado, entregado al sacrificio, a merced del dinámico e intenso equipo de Francisco.

Los azulgrana solo se estiraban a la contra, a la salida de los saques de esquina a favor, cuando podían correr, y en las esporádicas apariciones de Messi. El 10 cabeceó al larguero, después que Rubén rechazara un remate de Rakitic, parar después perder la pelota en el balcón del área ante la pierna fuerte de Soriano. El volante filtró un pase largo precioso para la carrera de Thievy, viejo martillo de los azulgrana en sus tiempos del Espanyol, certero también en Almería, inalcanzable a campo abierto para a pareja Bartra-Mascherano.

La velocidad del delantero contrastó con la parálisis y desorganización del Barça. No hubo repliegue ni mecanismos de manual para combatir la transición cantada de Soriano. La jugada retrató el caos azulgrana, partido el grupo por la mitad, falto de medios, embolicado y reiterativo en las pérdidas de balón, incapaz de jugar a un toque, nublado en un día de viento y sol en Almería. Deshecho colectivamente, a Luis Enrique no le quedó más remedio que agitar al equipo a partir de las individualidades: ya no se trataba de jugar a fútbol sino de ganar por medio de los goleadores: Neymar y Luis Suárez entraron por Pedro y Munir.

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Un chasco monumental

No es fácil que un delantero encuentre la portería si no media un centrocampista que le ponga la pelota, y menos cuando falla la puntería: hubo hasta cuatro remates a la madera contra el Celta y tres en Almería después de que Luis Suárez tirara de chilena al larguero de Rubén y Messi cabeceara dos veces al travesaño. El tercer cambio estaba cantado: y Xavi salió para intentar abastecer al trío de atacantes, que se enchufaron finalmente en una jugada atropellada de Messi, acompañada por un buen quiebro y centro de Luis Suárez y el tiro mordido de Neymar, avalado en su décimo gol por la pierna de Ximo Navarro.

Apareció de nuevo Luis Suárez su nuevo centro lo embocó Jordi Alba. Y ahí se acabó el partido y el suplicio del Barça y de Messi, peleado con el gol, incapaz de cabecear como Zarra, desconectado del que fue su equipo, aquel en el que se asociaba con los volantes y no con los delanteros como Luis Suárez y Neymar. El Barça parece hoy un conjunto más próximo al uruguayo y al brasileño que a Messi, confuso e irregular, asombrado por Luis Enrique, cuyo plan sigue siendo un misterio, entregado a sus delanteros, redimido por Luis Suárez. El uruguayo evitó la derrota en una tarde calamitosa del Barça.

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Sobre la firma

Ramon Besa
Redactor jefe de deportes en Barcelona. Licenciado en periodismo, doctor honoris causa por la Universitat de Vic y profesor de Blanquerna. Colaborador de la Cadena Ser y de Catalunya Ràdio. Anteriormente trabajó en El 9 Nou y el diari Avui. Medalla de bronce al mérito deportivo junto con José Sámano en 2013. Premio Vázquez Montalbán.

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