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Bielsa y su huella blanquiazul

El entrenador argentino sólo estuvo cinco meses en el Espanyol, pero su carácter y sus decisiones no dejaron indiferente a nadie

Juan I. Irigoyen
Bielsa, en un entrenamiento en el Espanyol.
Bielsa, en un entrenamiento en el Espanyol.Diario AS

“Bielsa fue la persona que más me ha marcado en mis 25 años en el fútbol. Me hizo cuestionar todo, me abrió la cabeza”, cuenta José Pacheta, centrocampista del Espanyol en la temporada 1998-1999. El 8 de junio de 1998, el Espanyol anunció la llegada de Marcelo Bielsa. El entrenador rosarino estuvo sólo cinco meses en el banquillo blanquiazul. Un enlace efímero, aunque memorable. “Conocimos al personaje pero no a la persona. Nos queda ese sabor amargo de no haberlo disfrutado más. Siempre nos quedará esa espina”, se lamentan en el club.

Bielsa fue la persona que más me ha marcado en mis 25 años en el fútbol. Me hizo cuestionar todo, me abrió la cabeza” José Pacheta

El entonces presidente del Espanyol, Daniel Sánchez Llibre, y el director general, Fernando Molinos, viajaron a Rosario para convencer a Bielsa. Sabían que para tentar al técnico era importante explicarle en persona el proyecto. “Estuvimos en la casa de Marcelo cerca de dos horas antes de que nos atendiera. Todo lo que rodea el mundo de Bielsa es especial. Nos pidió tiempo para pensarlo y nos aseguró que antes de nuestro regreso a Barcelona tendríamos una respuesta”, explica Molinos. Así fue. “En esa época no había tanta información como ahora y fuimos a recogerlo al aeropuerto con una foto suya de la revista El Gráfico. Cuando lo vimos aparecer en el aeropuerto no lo podíamos creer. Todo despeinado, en chándal y con las zapatillas desabrochadas. Pensamos: ‘¿Este tío viene de Argentina o de la guerra?”, recuerda un empleado blanquiazul.

Bielsa nunca se llevó bien con los aeropuertos. Cada viaje en avión suponía un martirio para él. Camino a un amistoso en Brujas el médico del club le administró un tranquilizante. Sin embargo, un retraso de dos horas en el vuelo alteró los planes. “Ya se le había pasado el efecto del valium y volvió locas a las azafatas. Iba y volvía por el pasillo del avión. Y encima Iván Helguera, que siempre estaba de cachondeo, decía: ‘Pero estamos seguros porque escucho un ruido extraño. No había manera de calmar a Marcelo”, revela José María Calzón, delegado del Espanyol. Para Helguera el paso de Bielsa por el vestuario blanquiazul no fue intrascendente. El argentino, que al principio no contaba con él, lo reinventó como central. Un puente para su llegada a La Roja y su fichaje por el Real Madrid.

En la ciudad deportiva del Espanyol todavía guardan el legado de Bielsa. “Marcelo quería cintas para dividir el campo en zonas y aquí no las podíamos conseguir. Jorge Cysterpiller [representante de jugadores] las trajo desde Argentina”, asegura Calzón. “El campo de entreno parecía un tablero de ajedrez”, cuentan. “Marcelo trabaja mucho con la zona, por eso los delanteros teníamos que aprender a defender y los defensas, a atacar. Como yo llegué más tarde me sorprendió lo rápido que habían captado sus conceptos en España”, asegura Martín Posse, que coincidió con Bielsa en el Vélez de Argentina y en el Espanyol. “Convence al jugador. En cada vídeo, en cada entreno hay pasión”, tercia Pacheta. “Después de un partido fui a buscar a Marcelo para hacer la rueda de prensa y estaba mirando el encuentro que acabamos de jugar. No habían pasado cinco segundos y dice: ‘Para aquí, que Pacheta se movió mal, tendría que haber jugado para el otro lado’. Me quedé tan sorprendido que le pregunté a Vivas [segundo entrenador]: ‘¿Cuántas anotaciones hacen por partido? Entre 300 y 400, me respondió”, rememoran miembros del staff.

El Olympique, líder de la Liga francesa con el técnico rosarino, juega hoy en Sant Adrià

En la pretemporada todo era ideal. El Espanyol de Bielsa sorprendió al Juventus de Zidane, Del Piero y compañía en Turín (0-1). Poco antes del comienzo de la Liga, José Pekerman, entonces director de las selecciones nacionales de Argentina, se reunió con el rosarino para ofrecerle la albiceleste. “Es el sueño de mi vida”, le dijo Bielsa a Sánchez Llibre. La afición no quería saber nada de que el Loco se marchara del Espanyol. “Bielsa, quédate”, cantó la afición blanquiazul, en el primer partido de Liga frente al Tenerife (2-1). El Espanyol acabó cediendo a la petición del argentino. “Lo mejor para el club es que se quede hasta el 24 de diciembre. En la batalla con Bielsa siempre hubo cordialidad”, dijo el presidente. “Fueron unos días tensos. Para nosotros resultó difícil porque teníamos la sensación de estar creciendo mucho como jugadores”, explica Pacheta. Los malos resultados en la Liga adelantaron su adiós. “Dejó una marca tremenda”, concluye Posse. Bielsa vuelve hoy a Barcelona al frente del Olympique de Marsella, líder de la Liga francesa, para disputar un amistoso ante el Espanyol, en Sant Adrià (16.00, Esport3).

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Sobre la firma

Juan I. Irigoyen
Redactor especializado en el FC Barcelona y fútbol sudamericano. Ha desarrollado su carrera en EL PAÍS. Ha cubierto Mundial de fútbol, Copa América y Champions Femenina. Es licenciado en ADE, MBA en la Universidad Católica Argentina y Máster de Periodismo BCN-NY en la Universitat de Barcelona, en la que es profesor de Periodismo Deportivo.

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