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El fútbol premia a la Guinea de Obiang

El país, rico en petróleo y en la cola en libertades y corrupción, acogerá la Copa África 2015.

Javier Casqueiro
Katongo, de Zambia, celebra la Copa de África de 2012 ante Blatter y Obiang.
Katongo, de Zambia, celebra la Copa de África de 2012 ante Blatter y Obiang. FRANCK FIFE (AFP)

"Para organizar un evento como este en solo dos meses hay que admitir que tienes que ser un verdadero africano". El que dijo en la tarde de ayer estas palabras fue el presidente de la Confederación Africana de Fútbol (CAF), el camerunés Issa Hayatou, para referirse a la capacidad de liderazgo y empuje del vigente presidente de Guinea Ecuatorial,Teodoro Obiang Nguema Mbasogo. Lo hizo tras entrevistarse en Malabo con el dictador y aceptar éste en apenas 11 horas el reto de montar el torneo de la Copa África de Naciones de 2015, que debe acoger en su país 16 selecciones y entorno a un millón de espectadores pese a los riesgos del ébola y tras la renuncia y descalificación a última hora de Marruecos.

La Copa África de Naciones 2015 se celebrará por tanto en las fechas fijadas, entre el 17 de enero y el 8 de febrero próximos, en Guinea y en cuatro sedes. La principal será Malabo (la capital, que está en una isla), y luego se jugará también en Bata (que ya vio agrandado su estadio de 20.000 a 40.000 espectadores para la edición que el país coorganizó en 2012 con Gabón), Mongomo y Ebebiyin.

Guinea Ecuatorial, un país de apenas 28.000 kilómetros cuadrados y menos de un millón de habitantes, no tiene muchas más instalaciones en condiciones para celebrar un torneo de estas características. Pero esa limitación inicial ya se superó con motivo de la Copa de 2012, que el régimen usó para demostrar al mundo su empuje y nueva influencia petrolífera y para la que se construyó en la capital toda una ciudad deportiva y otros proyectos faraónicos.

Entonces ya se presentó la concesión a Guinea Ecuatorial de aquel evento como un premio, pese a sus enormes problemas con las libertades y la corrupción. Ahora la CAF ha acogido esta alternativa como su auténtica salvación.

Marruecos, que pujó por la competición contra otras naciones, decidió en octubre, ante la pandemia del ébola y por razones sanitarias, pedir a la CAF un aplazamiento. De unos cuantos meses, hasta junio, en pleno ramadán, o para el año que viene, cuando ya hubiera mejores y más contrastadas vacunas. Esgrimió a su favor informes de la Organización Mundial de la Salud (OMS) donde aún se registran riesgos de descontrol de la enfermedad en países africanos como Guinea, Liberia y Sierra Leona. Y recordó el dato de los casi 5.000 muertos.

La CAF recogió, de esos informes de la OMS, otra idea para descartar cualquier aplazamiento. La OMS no ha llegado a recomendar nunca oficialmente que se suspendan acontecimientos deportivos o de masas por el ébola. El jefe de la Unión Africana, Nkosazana Dlamini-Zuma, alabó ayer a Obiang por su coraje y añadió: "El brote del ébola no debe paralizar programas ni eventos continentales. Está siendo superado. Ya hemos luchado y derrotado tragedias mayores antes como el SIDA y el fútbol es una fuerza unificadora única".

El presidente de la CAF se reúne en Malabo con el dictador africano

El máximo dirigente del fútbol africano ha revelado en los últimos días, en diferentes entrevistas tras la descalificación de Marruecos, que conceder esa demora podría ser "mortal" para esa competición, que ha vivido hasta ahora 30 ediciones, pero muchos problemas para asentarse. El anterior torneo, en 2013, se había otorgado a Libia y luego lo tuvo que recoger Sudáfrica ante la inestabilidad del país del Magreb. Issa Hayatou no ha ocultado tampoco la rémora económica que supondría para el fútbol africano mover esa competición de una fecha ya muy tasada por la FIFA y que miran con recelo los clubes europeos, que pierden casi un mes a algunas de sus figuras en pleno invierno para las principales ligas.

Marruecos ha sido descalificado del torneo, sus selecciones podrían ser expulsadas de otras competiciones por dos años y el país será multado con sanciones superiores a los 50.000 dólares. La CAF tampoco entendía que las autoridades marroquíes tuvieran tantos recelos hacia la Copa 2015 y ninguno hacia el Mundialito de Clubes, que sí se desarrollará en este país norteafricano en apenas un mes y al que acudirá el Real Madrid, el San Lorenzo, otros campeones continentales y muchos aficionados.

Guinea Ecuatorial, que fue descalificada en julio de la clasificación para la Copa de África por alinear a un jugador no seleccionable, jugará ahora como anfitrión y montará la competición ya en solitario porque dispone de enormes recursos como consecuencia del descubrimiento de petróleo. La excolonia española, gobernada tras un golpe de estado en 1979 por Obiang, produjo 160 millones de barriles en 2009. Su PIB nacional aumentó un 37% en la última década, aunque por habitante está en 18.600 dólares año, el 43 mundial. Tampoco las libertades están muy repartidas. Transparencia Internacional y la ONU sitúan Guinea entre los países más corruptos del planeta (163 de 175).

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Sobre la firma

Javier Casqueiro
Es corresponsal político de EL PAÍS, donde lleva más de 30 años especializado en este tipo de información con distintas responsabilidades. Fue corresponsal diplomático, vivió en Washington y Rabat, se encargó del área Nacional en Cuatro y CNN+. Y en la prehistoria trabajó seis años en La Voz de Galicia. Colabora en tertulias de radio y televisión.

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