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Los verdolagas y los millonarios empatan en la Sudamericana

Atlético Nacional igualó 1-1 en Medellín ante River, que llegará a la revancha en Buenos Aires con una mejor imagen

Alejandro Rebossio
Teo Gutiérrez disputa un balón con Oscar Murillo.
Teo Gutiérrez disputa un balón con Oscar Murillo. l.e.n. (EFE)

Se sabía que los dos equipos finalistas de la Copa Sudamericana venían jugando buen fútbol. En tiempos en que una Europa que cumple cinco años de malestar económico y los fichajes de jugadores extranjeros se acotan, Atlético Nacional, de Medellín, y River Plate, de Buenos Aires, venían deleitando en las ligas locales y en este trofeo continental, una suerte de ‘Europa League sudamericana’ que con el tiempo se ha ido consolidando como certamen de interés, aunque por debajo del prestigio de la Copa Libertadores de América. En el primer tiempo los verdolagas, ante un estadio Atanasio Girardot repleto y enfervorizado, dominaron a los millonarios argentinos y marcaron el 1-0 tras un preciso pase de su estrella Edwin Cardona para que Orlando Berrío cambiara sus vertiginosos centros para rematar al segundo palo de Marcelo Barovero. River parecía irreconocible, pero en la segunda etapa los dirigidos por Marcelo Gallardo recuperaron la memoria reciente y buscaron desde el primer minuto el empate. El 1-1 final llegó con un remate desde fuera del área de Leonardo Pisculichi, que a sus 30 años atraviesa el mejor momento de su carrera.

El Verde Paisa ha ganado las últimas tres ligas de Colombia, de la mano de su entrenador Juan Carlos Osorio. Ya suma tanto campeonatos locales como Millonarios, de Bogotá, y busca superarlo en el Torneo Finalización 2014. Primer equipo colombiano en ganar una Libertadores, en 1989, Nacional había dejado afuera de esta Sudamericana al Sâo Paulo y esta vez debía doblegar a otros millonarios, a los más campeones de ligas argentinas (36). River, después de la histórica bajada a Segunda en 2011, ganó el torneo local en la primera mitad de 2014 con la conducción técnica de Ramón Díaz, pero el comentario generalizado es que ahora, con Gallardo como entrenador, juega mejor, con lujo como les gusta a los hinchas millonarios. River venía de eliminar en semifinales a su archirrival Boca Juniors, aunque corre riesgos de perder la liga ante Racing, de Avellaneda. Es que ha apostado todo a la Sudamericana, pues soñaba con vencer a Boca y con volver a levantar una copa internacional tras 17 años. Ganador de la Libertadores en 1986 y 1996, el millonario había conquistado la Supercopa en1997.

Pese a que cada equipo fue dueño de un tiempo en esta primera final, River acabó con una mejor imagen

Claro que por lo hecho en el primer tiempo parecía que el equipo de Gallardo, pese a ese buen juego que ha elevado el nivel de la liga argentina, podía acabar perdiendo todo, el torneo local y la Sudamericana. Nacional salía jugando desde el fondo con la calidad de sus defensas, Daniel Bocanegra, Alexis Henríquez, Farid Díaz y Álex Bernal. Cardona creaba el juego, Berrío y Jonathan Copete desbordaban por las puntas para calibrar centros que solo se frustraban por una gran actuación de las manos de Barovero. River despejaba el peligro a fuerza de balonazos y perdía la pelota en el medio campo, lejos del área rival. La estrella colombiana de River, Teófilo Gutiérrez, estaba apagada y el portero argentino de Nacional, Franco Armani, miraba tranquilo el juego sus compañeros.

En las tribunas, los hinchas verdolagas recordaban que cada día quieren más a su club. No estaban allí tres jefes de la barra brava de River que fueron deportados de Colombia. En la mitad del segundo tiempo, los millonarios argentinos comenzaron a despertar, Leonel Vangioni aprovechó uno de los primeros descontroles de la zaga de Nacional, pero el balón se fue cerca del segundo palo de Armani. Apenas tres minutos después, a los 34, Berrío probó con algo distinto. Recibió una excelente asistencia de Cardona y, en lugar de insistir con los centros, fusiló a Barovero. River se derrumbó, pero no por mucho tiempo. A los 38, un error de Leonardo Ponzio cedió el baló a Berrío, pero el portero de River evitó el segundo gol.

Gallardo zarandeó en el vestuario a sus jugadores, que ingresaron al campo para el segundo tiempo entre silbidos, pero con valentía y decisión. Así fue que desde el primer minuto Teo Gutiérrez encendió su magia y solo Armani pudo evitar un gol del uruguayo Carlos Sánchez. A los 4, el portero argentino le atajó un tiro libre de Pisculichi, exatacante del Mallorca que ha jugado también en Qatar y China. A los 20, una genialidad de Teo quedó en los pies de Pisculichi, que remató desde fuera del área y marcó el 1-1. Desde entonces, los últimos 25 minutos fueron de River, más cerca de la victoria que los más silenciosos hinchas colombianos. Pese a que cada equipo fue dueño de un tiempo en esta primera final, River acabó con una mejor imagen. Habrá que ver si permanece así en la revancha el miércoles próximo en Buenos Aires.

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