_
_
_
_
_

Catarsis solidaria en Vallecas

El barrio madrileño se vuelca en iniciativas benéficas en un partido con fuertes medidas de seguridad. El Sevilla gana aprovechando un regalo de la defensa del Rayo

Faustino Sáez
Krychowiak pelea el balón con Bueno
Krychowiak pelea el balón con Buenoalejandro Ruesga

Solidaridad en el barrio, espíritu bullanguero en las gradas y regalos sobre el césped. El Sevilla se impuso al Rayo en un partido de alta normalidad que se resolvió con una pifia del portero local que aprovechó Bacca para convertirlo en tres puntos.

Desde primera hora de la mañana, las dos aficiones compartieron, en paz y concordia, las cañas y el almuerzo en las tascas de los aledaños del estadio y, de cuando en cuando, varios cánticos contra el Atlético como enemigo común. No viajaron a Madrid Los Biris, la peña radical sevillista hermanada con Los Bukaneros, pero el conjunto de Emery estuvo apoyado en las gradas por cerca de un millar de aficionados: 634 en la expedición oficial organizada con entradas vendidas en la capital andaluza y el resto que se desplazó a título particular y compró su localidad en las taquillas.

RAYO, 0- SEVILLA, 1

Rayo Vallecano: Cristian; Quini, Amaya, Abdoulaye (Jozabed, m. 61), Insua; Baena (Manucho, m. 59), Trashorras; Aquino (Álex Moreno, m. 80), Bueno, Kakuta; Léo Baptistao. No utilizados: Álex; Nacho, Morcillo y Licá.

Sevilla: Beto; Coke, Pareja, Carriço, Figueiras; Krychowiak (Arribas, m. 72), M'Bia; Reyes (Aleix Vidal, m. 61), Banega, Vitolo; Bacca (Gameiro, m. 81).No utilizados: Sergio Rico; Fernando Navarro, Gameiro, Iago Aspas y Denis Suárez.

Gol: 0-1. M. 8. Bacca remata a puerta vacía tras aprovechar una indecisión de Cristian en la salida.

Árbitro: Álvarez Izquierdo. Expulsó a Carriço (m. 87). Amonestó a Trashorras, Krychowiak, Baena, Abdoulaye, Vitolo, Banega, Pareja, Manucho y Bacca.

Estadio de Vallecas: 11.604 espectadores.


Días antes de que el partido fuera declarado de “alto riesgo” por la Comisión Estatal contra la Violencia, el Racismo, la Xenobofia y la Intolerancia en el Deporte, el Rayo había organizado una mañana solidaria aprovechando la visita del Sevilla. En la Avenida de la Albufera se juntaron media docena de lecheras de antidisturbios y varias mesas de recogida de alimentos. El conjunto vallecano puso en marcha la campaña Objetivo 1.924 kilos, cifra que coincide con el año de fundación del club, y voluntarios de las peñas Bus Uno y Planeta Rayista organizaron la recogida entre las puertas cinco y siete del estadio y en el acceso al restaurante Cota. Todos los alimentos no perecederos recogidos serán entregados a la parroquia San Carlos Borromeo y a la asociación La Gaviota para hacer más llevadera las navidades a los vecinos del barrio más necesitados. Otra vecina, Carmen Martínez Ayuso, la mujer de 85 que fue desahuciada el pasado 21 de noviembre, también recibió el apoyo del Rayo. Cinco euros de cada una de las entradas que se vendieron (11.604, a precios populares, entre 15 y 30 euros) irán a parar a la fila cero habilitada para ayudar a la mujer, en la que ya estaba la aportación de los miembros de la plantilla y unos 20.000 euros de aportaciones particulares.

Sobre el césped se repitió el protocolo contra la violencia. Afición+Respeto: vive el fútbol, rezaba la pancarta de Aficiones Unidas (AFEPE) y la Liga de Fútbol Profesional que presidió la salida de los jugadores al césped. El mensaje fue reforzado además con un texto difundido por la megafonía. Y con el comienzo de partido, el Rayo se excedió, sin pretenderlo, en su cordial bienvenida al Sevilla. Un pelotazo en largo de Pareja cogió a contrapié a toda la defensa local. Amaya no calculó el bote y Cristian no midió la salida. Se aprovechó de todo Bacca que, con solvencia y picardía se llevó el balón con la cabeza y marcó a puerta vacía. A partir de ese instante, comenzó la pugna entre la especulación sevillista y el voluntarismo rayista. El conjunto de Jémez buscó la remontada con intrepidez, como marca su libro de estilo, y los de Emery gestionaron la renta con oficio, como dicta su genealogía.

Cinco euros de cada una de las 11. 604 entradas vendidas van a la fila cero para la anciana desahuciada

Siempre hubo más ocasiones que juego y cuando la necesidad obligó al Rayo a destaparse para evitar la derrota, el partido se convirtió en un vibrante correcalles. A los franjirrojos les sobró ansiedad y le faltó puntería. Ni Kakuta, ni Baptistao, ni Manucho hicieron diana. La emotiva carga final, con Cristian subiendo al remate en dos córners, calentó la mañana pero no tuvo premio para los locales.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Faustino Sáez
Es redactor de deportes del diario EL PAÍS, especializado en baloncesto. Además del seguimiento de ACB y Euroliga, ha cubierto in situ Copas, Final Four, Europeos y Mundiales con las selecciones masculina y femenina. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid y ha desarrollado toda su carrera en EL PAÍS.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_