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De todo menos gol

Luis Suárez ha encajado en el vestuario y en el césped, pero chirría en cuanto a puntería

Luis Suárez, en la sesión de ayer.
Luis Suárez, en la sesión de ayer.ALBERT GEA (REUTERS)

Luis Suárez (Salto, Uruguay; 27 años) salió al entrenamiento de ayer en la ciudad deportiva del Barcelona con la sonrisa en la cara, discutiéndose en broma con Mascherano al tiempo que Messi soltaba carcajadas. Síntoma de cómo ha encajado en el grupo y también con el propio Leo, hasta el punto de que se ha cambiado de casa para trasladarse a la parte alta de Castelldefels al lado del argentino. Acogido también con los brazos abiertos por Iniesta —con quien compartía mantel esporádico en sus viajes a Barcelona antes de fichar gracias a que comparten agente, Pere Guardiola—, el 9 se ha ganado al grupo. “Se ha adaptado de maravilla al vestuario”, le reconoce Xavi. “Incluso al principio, cuando no jugaba por la sanción de la FIFA, ya participó como cualquiera en las cosas del equipo. Está muy metido y fomenta la unión”, añade Piqué. Es uno más del vestuario y uno más de la delantera universal junto a Neymar y Messi, por más que en la Liga se le resista el festejo del gol, su única cuenta pendiente como azulgrana.

Esa gazuza por el gol, ahora insatisfecha, es la que le define. “Me recuerda a Eto’o por su voracidad, por su instinto depredador en el área. Es uno de esos que siempre va a portería como hacía Samu”, explica Xavi. Pero no le resulta fácil, sobre todo porque el Barcelona ha perdido el pase en vertical, con centrocampistas que prefieren la conducción y el quiebro como Rakitic y Rafinha —“nos aporta desborde, algo difícil de encontrar en un medio”, le elogió ayer Luis Enrique—, también atascados Xavi e Iniesta porque no se da la profundidad de los extremos, sobre todo porque juegan a pierna cambiada y se aglutinan en los pasillos interiores. Por lo que Messi, que tiene libertad absoluta para hacer lo que le plazca, recula unos pasos para actuar de aspersor.

“Me recuerda a Eto’o por su voracidad e instinto depredador en el área”, dice Xavi

Estratagema que iba de maravilla cuando se juntaba únicamente con Neymar, que culminaba sus pases, pero que ahora se ha destartalado un tanto con la llegada de Luis Suárez, que actúa de nueve puro y trata de adaptarse como puede a jugar de espaldas a la portería para aguardar a las rupturas de la segunda línea, que apenas se dan como demuestran los pocos goles de la media (uno de Busquets, uno de Xavi y tres de Rakitic). “Es un jugador que siempre está ganándose espacios con su cuerpo y movimientos. Aporta mucho al equipo en ataque, pero en defensa también. Es que es muy competitivo y por eso se ha hecho tan grande”, argumenta Piqué. Le falta, en cualquier caso, el gol. Al menos en la Liga.

Aunque no expresa su enfado en público, desde su entorno advierten que está bien enrabietado por la falta de puntería. Si bien suma 11 disparos y dos tantos en Europa, en la Liga no emboca una; suma 14 chutes (cuatro a portería) y ningún gol. La común obsesión del delantero que Luis Suárez evidenció en el Amsterdam Arena, justo antes de medirse con el Ajax. “Si marco, aquí no lo festejaré”, explicó el uruguayo en señal de respeto a su exequipo; “pero el día que marque, querré gritarlo con toda mi alma”. Cosa que hizo en los encuentros europeos frente al Apoel y el PSG para explicar que en la Champions marca cada 85 minutos.

“Es muy competitivo y por eso se ha hecho tan grande”, argumenta Piqué

“Se debe dejar llevar por su instinto”, explicó el técnico Luis Enrique; “pero está aportando muchísimo y es una mera anécdota que no esté marcando”. Xavi recoge la palabra: “No se le ve preocupado, quizá inquieto porque sabe que antes a la mínima marcaba un gol y ahora no es así. Aunque todos sabemos, incluso él, que cuando meta uno será un no parar”. Y amplía Piqué: “En los entrenamientos es una máquina. Bola que pilla, bola que enchufa. Por lo que dentro de poco hará, como siempre ha hecho, lo mismo en cualquier competición. ¡Es que no falla una!”.

Pero su nula efectividad chirría si se compara con Neymar y Messi: el primero acumula 40 remates (19 a portería) con 11 redes, con un acierto del 34,38%; y el 10, más prolífico en el disparo (73 por 37 bien dirigidos a la portería), ha festejado 13 dianas con un 22,41% de éxito. Ocurre, sin embargo, que Luis Suárez se ha destapado como un asistente excepcional, con cinco pases de gol en la Liga y otra en la Champions. Aunque en algún caso —como el tanto de Piqué ante el Espanyol en la Supercopa catalana o el de Messi frente al PSG— ha sido sin querer. “Quise tirar”, reveló entonces. Y, en petit comité, añade: “Aunque me encanta dar asistencias, a mí me compraron para marcar goles, no para dar pases. Siempre he vivido de mi trabajo y eso es el gol”. Algo que definió en su día el mismo Eto’o: “Un delantero sin gol es como un portero que no para”. Tesis que en el Barça no aprueban —“Luis Suárez aporta muchos movimientos”, le elogió Luis Enrique—, pero que confían en que pronto cambie para bien del 9 y del equipo. “Segurísimo”, apunta Piqué. “No hay ninguna duda”, abunda Xavi.

Quizá hoy ante el Córdoba (16.00 horas. Canal+L y GolT), donde el uruguayo pretende romper la dinámica de siete duelos sin marcar y no repetir así su peor racha, cuando contabilizó ocho, entonces en el Ajax.

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