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A la salud de Messi

El 10 y la goleada ante un débil Elche (5-0) apaciguan el contencioso en el Camp Nou por la situación que vive el Barça

Ramon Besa
Neymar y Messi, en el duelo ante el Elche.
Neymar y Messi, en el duelo ante el Elche.Vicens Giménez

El Barça se tomó muy en serio un partido de broma en el Camp Nou. Al Elche, colista de la Liga, no le interesa la Copa, de manera que jugó con los suplentes, una ristra de defensas desplegados delante de Tyton. Tampoco mostró mucho interés la hinchada azulgrana, espantada por un frío glacial y agotada por la crisis abierta el domingo después de la derrota de Anoeta: 27.000 espectadores. La noche era tan disuasoria que en la nómina de personalidades en el palco anunciada por escrito solo figuraban el presidente del Elche, el director general del Panathinaikos, rival hoy del equipo de baloncesto en el Palau, y los tres asesores de la junta de Bartomeu: Rexach, Fusté y Migueli.

La voz de Manuel Vic resonaba más que nunca en el estadio cada vez que tomaba el micrófono y la pelota parecía hueca, de manera que por momentos se disputó un encuentro casi clandestino en Barcelona. La gent blaugrana guarda fuerzas para el domingo para recibir al Atlético en la Liga. La cita de ayer no tenía mayor misterio al fin y al cabo que el de saber sobre la salud de Messi. Al parecer ya no le duele la barriga y su vínculo con el Barça quedó certificado cuando apareció con el brazalete de capitán y sus diez compañeros se pusieron a su servicio para que se hartara de rematar a Tyton. Hasta Ter Stegen jugaba para Messi. No parecía haber más futbolista que el 10.

A la que Messi se puso a jugar para el equipo y no el equipo para Messi llegaron los tantos de Neymar, Luis Suárez y también del propio Messi

Y a Messi le costó destacar en un partido inicialmente sin ritmo, espantosamente atacado por el Barça, reiterativo en las pérdidas de balón, fácil de defender para el Elche porque solo tenía que atender a Messi. Luis Enrique había montado una alineación de figuras, sin ningún futbolista del filial, con la única concesión de Sergi Roberto. Así que formaban los tres delanteros clásicos: Neymar, Messi y Luis Suárez. Y los tres acabaron por marcar después de que se acabara el monólogo dedicado al 10. A la que Messi se puso a jugar para el equipo y no el equipo para Messi, pasada ya la media hora larga de partido, llegaron los tantos de Neymar, Luis Suárez y también del propio Messi.

El del argentino fue de penalti y lo celebró con delicadeza y un beso dedicado a la grada del gol sur, la misma desde la que también habían salido cánticos de apoyo a Luis Enrique, respondidos con silbidos desde distintas zonas del Camp Nou. El contencioso y la jornada se acabó para muchos espectadores con el gol del 10. El partido volvió a caer después del descanso, ya con 3-0, sin juego en la cancha ni ruido ni tensión en la grada. Apenas sirvió para calentar con vistas al domingo por más que las figuras azulgrana apenas descansaron contra los suplentes del Elche. Messi reapareció todavía con una asistencia monumental para que Alba pusiera el 4-0 y Neymar el 5-0.

Luis Enrique mantuvo a Messi hasta el final, consciente de que cualquier gesto intervencionista podía resultar contraproducente desde que se ha sabido de la difícil relación que mantienen

Los goles salvaron un encuentro ya muy visto en el Camp Nou. A falta de juego colectivo, el Barcelona se apoya en las acciones individuales y especialmente en los movimientos de sus atacantes, los tres agradecidos con los aficionados que acudieron al estadio: Neymar estuvo muy activo y resolutivo, Luis Suárez funcionó como delantero versátil y Messi sobresalió más como enganche y repartidor que como finalizador, consciente de que es el foco del Barça. Luis Enrique lo mantuvo en la cancha hasta el final, como ya es costumbre, consciente de que cualquier gesto intervencionista podía resultar contraproducente desde que se ha sabido de la difícil relación entre el entrenador y el 10.

No hubo noticias del Elche, sabedor de que el Barça es más peligroso a la contra, en sus transiciones y recuperaciones de la pelota, que en el ataque posicional, una asignatura pendiente en el manual de Luis Enrique. Los muchachos de Fran Escribá se quedaron quietos en su cancha, a muchas leguas de la portería de Ter Stegen, y se dedicaron a entorpecer los tiros de Neymar, Messi y Luis Suárez mientras los aficionados discutían cada vez que desde el gol sur se coreaba a Luis Enrique. El referéndum sobre el técnico se supone que será más serio contra el Atlético. Ayer se jugó y goleó a la salud de Messi.

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Sobre la firma

Ramon Besa
Redactor jefe de deportes en Barcelona. Licenciado en periodismo, doctor honoris causa por la Universitat de Vic y profesor de Blanquerna. Colaborador de la Cadena Ser y de Catalunya Ràdio. Anteriormente trabajó en El 9 Nou y el diari Avui. Medalla de bronce al mérito deportivo junto con José Sámano en 2013. Premio Vázquez Montalbán.

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