_
_
_
_
_

Los dos errores de Simeone

La alineación de Gámez por la izquierda potenció a Messi El repliegue del primer tiempo no tuvo sentido con Mandzukic

El técnico atlético Diego Pablo Simeone, el pasado domingo en el encuentro frente al FC Barcelona.
El técnico atlético Diego Pablo Simeone, el pasado domingo en el encuentro frente al FC Barcelona.Alex Caparros (Getty)

El primer tiempo del Atlético en el Camp Nou fue muy revelador en dos puntos, la titularidad de Gámez y los inconvenientes de jugar tan replegado con Mandzukic en el once. De entrada, la elección de Simeone de alinear a Jesús Gámez como lateral izquierdo potenció mucho a Messi. Pocas veces en los últimos años se ha visto al argentino caer tan descaradamente a la banda derecha. Orillado, desde allí el 10 del Barça aplicó una lógica aplastante que ayudó a desmontar el plan defensivo de Simeone. Encaró casi siempre a Gámez hacia afuera, hacia el lado débil de un diestro que juega cambiado de banda. Un simple cambio de ritmo le valía a Messi para superar a Gámez, con menos capacidad de reacción hacia su lado izquierdo. Con esa decisión padeció un calvario el lateral malagueño y Siqueira otro palo de su entrenador, que le observa con lo que considera demasiadas lagunas defensivas básicas en un defensa. Buscando más solidez, sin el brasileño, Simeone perdió un futbolista capaz de medirse en velocidad a Messi y de generar problemas a la espalda de este cuando el argentino no recuperara.

Si la titularidad de Gámez por la izquierda fue explotada por el Barça el repliegue tan descarado y retrasado del primer tiempo ahondó en la gran contradicción estilística que afronta el Atlético esta temporada. Simeone ordenó ese repliegue en 4-4-2 que tantos réditos le dio con Diego Costa como punta de lanza. Con Mandzukic no tiene sentido. Jugó el campeón con la simetría táctica del año pasado y la inoperancia que le resulta en este cuando el croata está en el campo bajo esa disposición táctica. La presión del Barça cuando el Atlético trataba de armar una contra fue muy buena, pero también facilitada porque el único futbolista a vigilar en los espacios libres era Griezmann. Recuperaron más balones los jugadores de Luis Enrique (58) que los de Simeone (49). Solo desde la intención de aguantar en el primer tiempo para tratar de crecer en el segundo se puede comprender ese empecinamiento de Simeone de querer jugar a lo que no se puede con Mandzukic en la hierba. Sin capacidad para estirarse, entregar tanto tiempo el balón a un equipo con Messi, Neymar y Luis Súarez es jugar a la ruleta. Si el Atlético dio sensación en algún momento de poder empatar el partido fue cuando decidió irse a presionar arriba al Barça en el segundo tiempo. Es el cambio más notorio al que ha obligado a Simeone el fichaje de Mandzukic y cuando lo aplicó con convencimiento hizo dudar mucho al Barça. Cuando el Atlético quiso jugar como si aún tuviera a Diego Costa ahondó aún más en la realidad de que Mandzukic no sirve para eso.

Más información
El mejor domador de La Pulga
El cóctel del gol del Barcelona
Godín, la cadena del cacique

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Ladislao J. Moñino
Cubre la información del Atlético de Madrid y de la selección española. En EL PAÍS desde 2012, antes trabajó en Dinamic Multimedia (PcFútbol), As y Público y para Canal+ como comentarista de fútbol internacional. Colaborador de RAC1 y diversas revistas internacionales. Licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Europea.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_