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Epicentro Rutenka

Bielorrusia, primer rival de España, gira en torno al lateral del Barça, que optó por defender a su país pese a nacionalizarse en 2008

Alejandro Ciriza
Rutenka, en un partido con el Barça, en 2009.
Rutenka, en un partido con el Barça, en 2009.EFe

Aparece en el vestíbulo con su 1,98 y sus 92 kilos, imponente, con una sonrisa en la boca y una envergadura de brazos extraordinaria. “No, no me gusta que digan eso. Bielorrusia no soy sólo yo. Tenemos un colectivo fuerte e intentaremos ir a por todas”, dice. Pese a sus palabras y su disposición humilde, Siarhei Rutenka (Minsk, 33 años) sabe que las opciones de su equipo en este Mundial pasan por sus manos y sus lanzamientos, por sus fintas y por las penetraciones que se llevan por delante a las defensas.

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Él, epicentro del sistema del técnico Yuri Shevtsov, versátil como pocos, será la principal amenaza para España, que comienza este viernes (15.00, Teledeporte) la defensa de su título de campeona del mundo frente a una selección que pivota en torno al lateral izquierdo del Barcelona, cuya voz es ley en el vestuario. Lógico. “Es que es uno de los grandes”, advierte el seleccionador español, Manolo Cadenas; “será importante frenarle, pero si nos centramos sólo en un jugador podemos llevarnos un susto”.

Con Rutenka al frente, el cuadro bielorruso ha ganado poso y alzado el vuelo. Él, curtido en el Celje (2001-2005), Ciudad Real (2005-2009) y ahora en las filas del Barcelona, guía a una generación en plena fase de crecimiento que disputa su tercera cita mundialista, la segunda consecutiva después de la de España (2013), en la que cayó en los octavos. A su abrigo se está formando una camada interesante en la que también figura su hermano Dzianis, habilidoso extremo derecho, el central Pukhouski o el lateral derecho Shylovich.

El caso es que Rutenka tuvo en 2008 la oportunidad de ponerse la camiseta de España. Entonces obtuvo la nacionalidad (antes ya había conseguido la de Eslovenia, con la que se convirtió en el máximo goleador del Europeo 2006). Sin embargo, declinó. El embrollo burocrático que se formó después de que jurase la Constitución y de que el Consejo Superior de Deportes (CSD) redactase un informe positivo para su otorgarle la nacionalidad quedó en eso, en un lío en los despachos. La Federación le tenía en sus planes. Pero él, paciente, expresó un no, gracias y optó por su país de origen.

“Ha marcado una época, antes con Eslovenia y ahora con Bielorrusia”, recalca Cadenas ante un grupo de periodistas que se han acercado al lujoso hotel en el que se hospeda la selección. Cauto, pero ambicioso, confía en arrancar con buen pie ante los bielorrusos. “Llegamos en buen estado. La preparación ha sido buena y el objetivo es ser primeros de grupo. Estará muy igualado, por lo que creo que podemos ser primeros incluso con una derrota. El ser los campeones nos exige, así que el oro es el objetivo”, zanja.

Mientras, el afable Rutenka se despide. “Lo siento, tengo prisa”, se excusa. Y se entiende, porque él, dominante en la pista, es la referencia.

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Sobre la firma

Alejandro Ciriza
Cubre la información de tenis desde 2015. Melbourne, París, Londres y Nueva York, su ruta anual. Escala en los Juegos Olímpicos de Tokio. Se incorporó a EL PAÍS en 2007 y previamente trabajó en Localia (deportes), Telecinco (informativos) y As (fútbol). Licenciado en Comunicación Audiovisual por la Universidad de Navarra. Autor de ‘¡Vamos, Rafa!’.

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