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De sofoco en sofoco

Enmendada por Cañellas y Sierra, España vence a Brasil (27-29) en otro exigente pulso que descubre fisuras

Alejandro Ciriza
Santos lanza a puerta
Santos lanza a puertaMOHAMMED DABBOUS (REUTERS)

Otra tiritona. De nuevo, sudores hasta el final. De momento, es el guion para España en este Mundial. Si se sufrió frente a Bielorrusia en el estreno, la segunda jornada frente a Brasil (27-29) volvió a exprimirla hasta el último suspiro. Es la tónica. Nervios, tensión, taquicardias. Quien creyera que la cosa iba a ser fácil, el arranque en el torneo le ha devuelto a la realidad. Por fortuna, en el escenario de la incertidumbre siempre aparece Cañellas, genial. Y, esta vez, se le unió el meta Sierra, providencial.

Brasil, 27-España, 29

Brasil: Almeida; Chiuffa (3, 1p), Toledo (5), Borges (5), Thiagus Petrus (2), Henrique Teixeira (1) y Silva (3) -equipo inicial-; Nascimento (ps), Pacheco (1), Valadao (3), Candido (2), Hubner (-), Patrianova (-), Pozzer (-), Cardoso (-) y Vinicius Teixeira (2)

España: Sierra; Víctor Tomás (1), Maqueda (3), ChemaRodríguez (-), Cañellas (9, 5p), Rivera (7) y Aginagalde (4) -equipo inicial-; Pérez de Vargas (ps), Rocas (-), Raúl Entrerríos (1), Ugalde (-), Andreu (-), Morros (1), Antonio García (1), Gedeón Guardiola (2) y Dujshebaev (-)

Marcador cada cinco minutos: 2-2, 3-7, 5-11, 10-13, 12-14 y 14-15 (Descanso) 16-18, 21-21, 23-24, 24-27, 25-29 y 27-29 (Final)

Árbitros: Nachevski y Nikolov (MKD). Excluyeron por dos minutos a Borges, Thiagus Petrus, Vinicius Teixeira y Candido por Brasil; y a Gedeón Guardiola (2) por España.

Sports Hall de Doha: unos 500 espectadores.

Todo esto albergó el Duhail Sports Hall. Un pabellón soberbio, que no escatima en detalles, pero en el que los no más de 500 espectadores que asistieron al partido bien podían haberse convertido en estalagmitas por el chorro desproporcionado de aire acondicionado que caía desde las alturas. El frío pareció contagiar a los jugadores, erráticos y plomizos, muy poco precisos. Si acaso, el único que no entiende de tibiezas o cambios de temperatura es Viran Morros, un gladiador en permanente combustión, siempre encendido.

Pese calor que desprendía el juego del central, el resto del equipo no cogió temperatura hasta que Cañellas (nueve tantos al final) sacó la varita y comenzó a inventar. De su mano hubo un destello, un arreón que permitió a los de Manolo Cadenas estirar el electrónico al 3-8. Sierra había sellado la portería y Valero Rivera, extremo de mecha rápida, percutía una y otra vez desde el costado, para marcharse al descanso con cinco goles en su bolsillo particular. Todo un aval el 28.

Pero fue una simple ráfaga. Al igual que frente a Bielorrusia en el estreno, la retaguardia estuvo blanda y Brasil lo aprovechó. La selección de Jordi Ribera, alquimista de un proyecto que intenta dar alas al balonmano en el país del futbol, recorría la pista de un lado a otro, muy veloz. Sus jugadores, más menudos que los españoles, se filtraron como meteoritos en la muralla rival, otra vez con demasiadas fisuras, otra vez demasiado vulnerable.

El duelo se fue entonces al terreno visceral, ese que desagrada a Cadenas. “Tenemos que pensar más”, había solicitado a sus hombres un día antes. No lo hizo España, que vio cómo su renta menguaba hasta quedarse en una nimiedad (15-14). Y peor fue la cosa al regreso del vestuario. Toledo (5 goles), Ribeiro (5) o Gama (3) eran centellas sobre el 40x20. ¡Fium! Entraban por un lado y por otro, sin avisar. Adivinaron el desconcierto y desquiciaron a los Hispanos.

Cuando el marcador se volteó (22-21), la veintena de hinchas brasileños situados en un fondo, cinco de ellos con disfraces verdes que les hacían parecer una pandilla de teletubbies, rompió a animar. Se enmarañó el pulso y subió el tono, sobre todo cuando los aficionados tunecinos, cuyo equipo era el siguiente en saltar a la pista, tomaron la voz. No carburaba el 5-1 defensivo con Víctor Tomás en el vértice, pero Sierra repelió en dos ocasiones y apagó las llamas a tiempo. A Cañellas, además, le dejaron más libertad por el pasillo central. Craso error. El lateral del Kiel siempre está. Y lo agradece sobremanera España. De sofoco en sofoco en este Mundial.

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Sobre la firma

Alejandro Ciriza
Cubre la información de tenis desde 2015. Melbourne, París, Londres y Nueva York, su ruta anual. Escala en los Juegos Olímpicos de Tokio. Se incorporó a EL PAÍS en 2007 y previamente trabajó en Localia (deportes), Telecinco (informativos) y As (fútbol). Licenciado en Comunicación Audiovisual por la Universidad de Navarra. Autor de ‘¡Vamos, Rafa!’.

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