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Marc Coma: “Disfruto en la acción, en el desierto”

El piloto de Avià analiza su quinto triunfo en el Rally Dakar, el octavo para España, que le deja a tan sólo un título de los logrados por el francés Stephane Peterhansel

GORKA PÉREZ
Marc Coma, tras su triunfo.
Marc Coma, tras su triunfo. FELIPE TRUEBA (EFE)

Ver a Marc Coma (Avià, Barcelona, 38 años) sentado sobre algo que no sea su moto no deja de ser llamativo. Durante 13 días no se ha separado de ella, por lo que contemplarlo libre de su compañía parece más bien una anomalía. Tras ganar su quinto Dakar se acomoda en un sillón de la sala de espera del hotel que lo acoge en Buenos Aires antes de partir hacia Barcelona. Pero antes tiene tiempo de analizar, con un tono reposado que no entiende de kilómetros, todo lo que acaba de vivir. Porque para hablar de futuro todavía hay tiempo.

Pregunta. Para echar de menos África a Sudamérica le estará cogiendo cariño. Cuatro de los cinco títulos los ha conseguido aquí.

Respuesta. Estoy contento de haber sobrevivido al cambio, hemos tenido que ir reciclándonos. Si miramos a 2006, cuando conseguí mi primera victoria, era todo distinto. Otro continente, otro desierto, otra carrera y otros rivales. Haber sabido evolucionar es algo que me enorgullece.

He sabido reciclarme. Estoy contento de haber sobrevivido al paso de África a América

P. ¿Ha cambiado mucho?

R. Seguro. Ahora no tengo miedo a tomar mis decisiones. Cuando empiezas en un mundo que desconoces te sientes inseguro y en estos momentos si me equivoco quiero hacerlo yo. No permito que nadie se equivoque por mí.

P. ¿Cómo lo ha conseguido?

R. Intento aprender siempre, porque de las nuevas situaciones se puede sacar la experiencia para otras. Nunca se sabe lo suficiente. Esa actitud ha sido la clave.

P. Nunca pensó que lucharía por el quinto Dakar y ya lo tiene. ¿Qué es lo siguiente?

R. Espero que me pasen muchas cosas. Lo que me mueve no es conseguir títulos, lógicamente son bienvenidos y lucho por ellos, pero mi motivación no es querer igualar a Cyril [Despres] o llegar a Peterhansel. Lo que me mueve es el mejorarme a mí mismo, donde disfruto es en la acción y en el desierto, compitiendo.

P. ¿Se lo ha pasado bien?

R. Una vez hablé de esto con Gerard Farrés. Nos conocemos desde hace muchos años y un día me dijo: “Vengo al Dakar a disfrutar un poco”. Y contesté: “¡Pues te has equivocado de sitio, aquí no se disfruta, aquí se sufre!”

P. ¿Ha sido más duro de lo que esperaba?

R. Dakar fácil no conozco. El nivel de dureza ha sido alto siempre pero la verdad es que después del problema del segundo día tuvimos que meter un ritmo muy alto. Aquello nos cogió a contrapié, solucionar una desventaja de 12 minutos es muy difícil y más ante rivales como Joan [Barreda] y Paulo [Gonçalves]. Pero no nos quedaba otra, la táctica era correr o correr. Sabíamos que la gestión de las etapas maratón iba a ser muy importante y ahí con el trabajo bien hecho del equipo se consiguió. Nuestra moto igual no lleva la electrónica que llevan las otras, pero en la sal sobrevivió. Pudimos llegar a Iquique de vuelta y ahí cambió el panorama del rally.

Ahora no tengo miedo a tomar mis decisiones. Antes me sentía inseguro

P. ¿Qué pensó cuando vio que su rueda podía desintegrarse?

R. En aquel momento quedaban 60 kilómetros para la llegada y pensaba que no lo conseguiría. Que tendría que esperar a alguien que me diese una rueda. Después cuando vi que sólo había perdido 12 minutos pensé que no había sido tan malo. Esperaba perder al menos 30 o 40. Y por suerte ocurrió en la segunda etapa, y todavía quedaba toda la carrera por delante. Sabía que iban a pasar cosas. Cuanto más dura se pone la carrera mejor me desenvuelvo, aunque siempre te puede salir mal.

P. ¿Qué pasó exactamente en el salar de Uyuni?

R. Aquí hay distintas fases. Por una parte a mí me convenía correr, porque me interesaba que cuanto más difícil y más caótica fuese la etapa más probabilidades tenía de recuperar la diferencia. Pero el sentido común se impuso. Estuve hablando con Joan [Barreda] y lo que nos transmitían todos los pilotos era que lo mejor era no partir desde allí. Fuimos a decírselo a la organización. Las condiciones no eran las adecuadas, estaba todo muy mal, hacía mucho frío, llovía, había poca visibilidad…

P. Aún así salieron.

R. Creo también que ellos [la organización] disponen de más información que nosotros. Por suerte no hubo ninguna desgracia personal más allá de los problemas mecánicos.

P. Hubo un momento en el que se plantearon plantarse.

R. Llegar a este extremo es muy delicado, entras en un terreno muy pantanoso. Yo he vivido pactos raros en el pasado en el Dakar y mi experiencia me dice que mejor no llegar a este punto. Al final cada uno mira por sus intereses de manera egoísta.

P. Fue en las dos etapas de Bolivia donde consiguió superar a Barreda.

R. Llevábamos tres días forzando para buscar el error de Joan. El día antes en la llegada a Uyuni él tuvo una caída, perdió seis minutos, y conseguimos dar un pequeño zarpazo a toda la ventaja que tenía. Después fue víctima de la mecánica que es algo que no se lo deseo a nadie. Pero la intención nuestra era esa, forzar la carrera para buscar su fallo y llegó por la parte mecánica ese día. Tendrá su momento. Es un futuro ganador.

P. ¿Competirá en coche el próximo año?

R. No lo sé. Ahora no es el momento de pensar en esas cosas. Toca disfrutar, pensar, darle vueltas y ver cuál es el próximo proyecto que más me motiva.

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Sobre la firma

GORKA PÉREZ
Es redactor de la sección de Economía y está especializado en temas laborales. Ha desarrollado la mayor parte de su carrera en EL PAÍS. Antes trabajó en Cadena Ser. Es licenciado en Periodismo por la Universidad del País Vasco y Máster en Información Económica de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo.

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