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Australia, tierra de supervivientes

En primera ronda, Feliciano remonta tres puntos de partido en contra y Ferrer, Bautista y Verdasco la pérdida del set inaugural

Juan José Mateo
El tenista español Feliciano López responde una bola ante el estadounidense Denis Kudla
El tenista español Feliciano López responde una bola ante el estadounidense Denis KudlaFilip Singer (EFE)

Melbourne no regala nada, hay que arrancarle las victorias de las manos. A los 33 años, Feliciano López llegó al Abierto de Australia como el número 14 mundial y el cabeza de serie número doce, un puesto de privilegio, la consecuencia de un destacable 2014, y acabó teniendo que superar tres puntos de partido en contra ante Kudla en primera ronda (pura agonía: 3-6, 6-2, 4-6, 6-2 y 10-8). A los 26, y en el torneo en el que se dio a conocer al gran público, porque el año pasado Roberto Bautista, el número 16, tumbó a Juan Martín del Potro, que debió remontar frente al prometedor Thiem (4-6, 6-2, 6-3 y 7-6), como Fernando Verdasco ante Ward (2-6, 6-0, 7-6 y 6-3). A los 32, lo mismo le ocurrió a David Ferrer frente a Thomaz Bellucci: 6-7, 6-2, 6-0 y 6-3 en la pista número tres, donde se agolparon los aficionados por si derrapaba el favorito.

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El número diez mundial juega en Australia como campeón en el torneo de Doha. Afronta la temporada como una reivindicación de su capacidad competitiva, tras un 2014 en el que bajó del número tres mundial al número diez. Cedió la primera manga en la muerte súbita y con una doble falta, sufriendo sobre el alambre, penando ahí donde Bellucci disfrutaba con la despreocupación de quien no es el favorito. La reacción del español fotografió lo que está siendo su carrera deportiva. Ferrer, un competidor para el que muy pocas veces ha habido excusas, que quiere, quiere y quiere, rompió desde 0-2 en la segunda manga y le propinó un doloroso 18-5 al zurdo brasileño.

Bellucci le intentó castigar de dejada en dejada. Ferrer, que cometió cinco dobles faltas y cedió un break, sacó la escuadra y el cartabón para reinterpretar la hoja de ruta del partido con maestría. Abrió sobre el drive del brasileño y remató en la orilla contraria, con el rival desplazado y corriendo con la lengua fuera. Desatascado el encuentro, el español volvió a dejar señales positivas. Su capacidad de desplazamiento, que le permite cubrir pista como si calzara las botas de las siete leguas, permanece intacta. Sus restos siguen abriendo en canal las defensas de sus contrarios. El drive hace daño. Sin embargo, tras dos semanas sin competir no está todavía en el punto dulce que le llevó a tumbar a Tomas Berdych en la final de su primer torneo del año.

Mientras Ferrer apretaba los dientes y Paco Fogués, su nuevo entrenador, el puño, el resto de favoritos despegaban. Novak Djokovic, que busca su quinto grande australiano, ganó 6-3, 6-2 y 6-3 a Bedene. Stan The Man Wawrinka, que, por primera vez en su carrera, se enfrenta a la presión de defender un título del Grand Slam, abrió su campaña eliminando 6-1, 6-4 y 6-2 a Ilham.

Entre los españoles, en primera ronda cedió Carreño (6-4, 7-6 y 7-6 para el luxemburgués Thiem) y pasó Garbiñe Muguruza. La jugadora de Alejo Mancisidor, en su primer torneo del Grand Slam desde que decidió competir por España (el país de su padre) y no por Venezuela (el de su madre), volvió a dejar las contundentes señales que anuncia desde hace tiempo: con 21 años, discute en presente y el futuro es suyo.

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Sobre la firma

Juan José Mateo
Es redactor de la sección de Madrid y está especializado en información política. Trabaja en el EL PAÍS desde 2005. Es licenciado en Historia por la Universidad Complutense de Madrid y Máster en Periodismo por la Escuela UAM / EL PAÍS.

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