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La Real gana por los pelos

Un gol de Xabi Prieto al peinar un córner derrota al Eibar en un partido lleno de ocasiones

Moyes da instrucciones a Xabi Prieto durante el partido contra el Eibar.
Moyes da instrucciones a Xabi Prieto durante el partido contra el Eibar.Javier Etxezarreta (EFE)

Las circunstancias del fútbol son tan numerosas como caprichosas. Ocurre por ejemplo que los dos equipos que contienden pueden multiplicar ocasiones de todo tipo, elaboradas o directas, habilidosas o poderosas, y sin embargo resolver el partido con una jugada extrañísima y resuelta de espaldas a la portería. Un saque de esquina que peina Xabi Prieto para prolongar al segundo poste acaba en la red con el portero sorprendido y Abraham sin saber qué estaba pasando. Así tomado el duelo entre la Real y el Eibar, en función del gol que resolvió el litigio, parecería que el partido estuvo hueco y que solo lo alimentó la fortuna. Nada más lejos de la realidad. Y la realidad fue blanquiazul aunque tuvo algunos trazos azulgrana. La necesidad alimentó una presencia casi insultante del equipo de Moyes nada más ingresar al partido. El Eibar prefirió guarecerse junto a su portero en espera de que amainara el temporal. También le preocupaba que la pareja de centrales era casi improvisada. Con Albentosa traspasado al QPR inglés, Raúl Navas sancionado y Ekiza con molestias físicas, Garitano optó por el veterano Añibarro (su segundo partido en Primera) y el lateral Lillo habilitado para su nueva posición.

Sin embargo, la primera gran ocasión fue del Eibar en una contra fulgurante de Capa que no acertó con el tacto a la hora de ceder el balón a Saúl que venía lanzado. La segunda también fue suya en una triangulación entre Saúl, Arruabarrena y Capa o un tiro de Saúl que exigió la mejor versión de Rulli con un despeje a una mano al más puro estilo argentino.

Real Sociedad, 1-Eibar, 0

Real Sociedad: Rulli; Aritz Elustondo, Mikel González, Íñigo Martínez, Yuri; Granero (G. Elustondo, m. 79), Rubén Pardo; Xabi Prieto, Carlos Vela (Chory Castro, m. 86), Canales (Hervías, m. 90); y Agirretxe. No utilizados: Zubikarai, Finnbogason, Ansotegi y De la Bella.

Eibar: Irureta; Bóveda, Lillo, Añibarro, Abraham; Errasti (Javi Lara, m. 67), Dani García; Capa, Arruabarrena, Saúl Berjón; y Manu del Moral (Dani Nieto, m. 67). No utilizados: Irazusta, Ekiza, Didac Vila y Boateng.

Goles: 1-0. M. 56. Xabi Prieto.

Árbitro: González González. Amonestó a Granero, Dani García, A. Elustondo

22.368 espectadores en Anoeta.

La Real arrollaba al Eibar que prefería la opción de los francotiradores. Durante media hora, el monólogo futbolístico era blanquiazul. Granero y Rubén Pardo recuperaban lo que se perdía, pero el peligro tenía que ver con la presencia de Vela o Xabi Prieto junto al balón. Ausente Canales, bien tapado por Bóveda, a ellos dos les correspondía sacar de quicio al Eibar, tanto que Lillo se salvó de hacer penalti a Vela por un agarrón a escasos centímetros de la raya del área grande.

Pero la Real tiende a los mareos, a la flojera, aunque este sábado le llegó demasiado pronto. Mediada la segunda mitad el Eibar fue reconocible, comenzó a tejer, siempre con la impetuosidad de Saúl y la pausa de Arruabarrena que al borde del descanso se encaró con Rulli y su disparo lo repelió con la cabeza el guardameta. Curiosamente, el espíritu francotirador del Eibar había resultado más efectivo que la carga ligera de la Real. Y la reanudación trajo idénticos papeles, pero esta vez la Real tomó una pastilla contra el mareo y aguantó sin desmayos de principio a fin. Más aún tras el extraño gol de Xabi Prieto que le serenó el corazón y el fútbol asociativo sustituyó al corajudo. Incluso Canales resurgió de sus cenizas para acompañar a Prieto (ya en el centro) y a Vela (ahora en la derecha).

Pero tuvo el empate también el Eibar en una oportunidad de Capa y en un remate de Arruabarrena que desvío Íñigo Martínez. Y también antes de la peinada de Xabi Prieto, Granero exigió en un libre directo la mayor agilidad de Irureta, no menos espectacular que Rulli, en su despeje. Y si los derbis regionales son así, extraños y variopintos, el partido jugueteó con el gol como un niño con una cometa. El marcador pudo ser escandaloso y acabó rácano. Y la victoria pudo ser de cualquiera, aunque pusiera más empeño la Real. Y ganó, por los pelos, el más necesitado, aunque con el susto en el cuerpo hasta que pitó el árbitro.

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