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Wawrinka, doctor Jekyll y mister Hyde

El suizo firma un gran partido pero los nervios le hacen sufrir para batir 6-3, 6-4 y 7-6 a Nishikori, que salva cinco puntos de partido

J. J. MATEO
Stan Wawrinka celebra la victoria ante Kei Nishikori
Stan Wawrinka celebra la victoria ante Kei NishikoriISSEI KATO (REUTERS)

De vuelta a la escena de su mayor éxito, Stan The Man Wawrinka ruge como un león y tiembla como un gatito. El suizo continúa la defensa de su título de 2014 alcanzando las semifinales al tumbar 6-3, 6-4 y 7-6 al japonés Kei Nishikori. Su actuación, que pretende ser toda una declaración de intenciones, retrata a la perfección quién es y cómo juega el número cuatro del mundo, un tenista arrollador, de golpeos tremendos, con una fuerza asombrosa… y, aún así, siempre pendiente de que la cabeza, los nervios y la tensión no le jueguen una mala pasada. Tras un encuentro espectacular, casi le ocurrió en el desempate de la tercera manga, en el que lideraba 5-1 para inmediatamente arriesgarse a ceder 5-6 (su contrario perdió la opción con una mala dejada). Tras el calentón final, el suizo jugará por la final contra Novak Djokovic, que ganó 7-6, 6-4 y 6-2 a Milos Raonic.

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“Sigo nervioso por el final del tie-break”, reconoció el ganador, que en 2014 completó su título australiano con el de Montecarlo y la Copa Davis. “No hay partido fácil”, insiste tras dejar su sello con 46 tiros ganadores, 20 aces y una panoplia de golpetazos impresionantes. “Estoy feliz de volver a las semifinales. Tengo que prepararme mentalmente. Cualquier cosa puede pasar”.

En el partido, Wawrinka recuerda que en la ronda anterior, contra Guillermo García López, fue capaz de remontar un 2-6 en el tie-break de la cuarta manga, y un total de cinco bolas de set. Esa hombrada, lejos de servirle como trampolín para vivir con tranquilidad los momentos de tensión, le presiona hasta el límite. Reflexiona, cuenta luego, que si él fue capaz de hacerlo también lo es Nishikori. Que dan igual las cinco bolas de partido de las que dispone, porque nada es seguro. Y le entran sudores fríos. Desaparece el tenista concreto y brutal que ha dominado de cabo a rabo las dos primeras horas de partido. Para desesperación de su banquillo, justo en el momento cumbre deja de disparar con precisión su primer saque, y Nishikori empieza a recuperar el terreno perdido. La grada, llena de japoneses en kimono, lo celebra de lo lindo.

Solo la falta de pericia del número cinco en una dejada que le daba punto de set evita mayores problemas para el campeón de 2014. Wawrinka triunfa. Deja, sin embargo, una duda: si en semifinales se verá al tenista espectacular que dominó como un Atila el encuentro, o al jugador tembloroso que tuvo mil y un problemas para ponerle su sello al partido.

Keys, semifinalista a los 19 años

J. J. M.

La estadounidense Madison Keys, de 19 años, superó 6-3, 4-6 y 6-4 a Venus Williams y a una lesión en un aductor para clasificarse por primera vez en su carrera para las semifinales de un torneo del Grand Slam. Allí le espera Serena Williams, que abrumó por doble 6-2 a Dominika Cibulkova. Al otro lado del cuadro se enfrentarán las rusas Maria Sharapova y Ekaterina Makarova.

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Sobre la firma

J. J. MATEO
Es redactor de la sección de Madrid y está especializado en información política. Trabaja en el EL PAÍS desde 2005. Es licenciado en Historia por la Universidad Complutense de Madrid y Máster en Periodismo por la Escuela UAM / EL PAÍS.

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