Fernández avanza hacia su tercer título europeo

A una semana de su cita en los Europeos de patinaje, Javier Fernández (Madrid, 23 años) casi no podía ni andar. Una inflamación en una parte del empeine le dio un pequeño susto al patinador español, dos veces campeón de Europa, que este miércoles se ha colocado con su programa corto en el primer puesto provisional a la espera de lo que pase el viernes, en el libre. "Ya no me queda nada de eso. Si me hubiera salido mal tampoco hubiera culpado a la lesión, para nada", cuenta por teléfono desde Estocolmo, poco después de conseguir una puntuación de 89,24 sobre la pista. Pero no le salió nada mal, hasta el punto de que el madrileño, que se entrena en Toronto, tiene encarrilado su tercer Europeo consecutivo, tras los oros en Zagreb (2013) y Budapest (2014), una hazaña que no consigue nadie desde que lo hiciera Aleksandr Fadéyev, patinador de la Unión Soviética, en 1989.

Su puntuación no refleja su mejor nivel, pero ha sido suficiente para poner tierra de por medio respecto de sus rivales más cercanos, el subcampeón de Europa Sergei Voronov, segundo con 81,06, y el checo Michal Brezina, tercero con 80,86. "He tenido fallos en los dos primeros saltos, pero he sido inteligente. Al empezar así he pensado que tenía que conseguir puntos de cualquier lado, y es lo que he hecho". Nada que ver, asegura, con los fallos en el Grand Prix de Barcelona, cuando se fue al suelo a las primeras de cambio. "Estamos preparados para saber cuándo las cosas van mal", explica.

Entonces, en Barcelona, Javier recibió un calor inmenso de la grada. "Como me animaban tanto me vine muy arriba. Me vine un poco demasiado arriba", reconoce. Por esto, con esa experiencia, y al notar de nuevo el apoyo del público, intentó mantener la calma."Mi entrenador me ha dicho que me ha faltado un poco de fuelle, que estaba demasiado relajado. Creo que hay que encontrar ese punto intermedio".

De su entrenador, Brian Orser, expatinador canadiense ganador de dos platas olímpicas y campeón del mundo en 1987, es la camiseta negra con la que realiza el programa corto. La llevaba en una exhibición en los años 80, y pensó que le venía bien por la música que había escogido, Black Betty de Ram Jam, banda de rock de los setenta, parecida a la de aquella exhibición. "¡Llevar la camiseta de Brian! ¡No todo el mundo puede decir eso!".

Cuenta Javier que al principio decían que su estilo tenía aires del patinaje del canadiense, que había trabajado con su mismo coreógrafo. "Hay gente que está muy avispada y dice: 'Ese movimiento lo hizo Brian en los años...".

De carácter tranquilo, el madrileño se muestra confiado de cara al viernes. "Sé lo que tengo que hacer y cómo. Los primeros saltos marcan la diferencia. Creo que si hago lo tres primeros bien tengo la mitad del programa". Una seguridad que ha reforzado después de trabajar mucho mejor el ejercicio de esta temporada. No ha introducido apenas variaciones, solo un par de movimientos para imprimir un poco más de carácter. Un carácter que le puede hacer sumar con 23 años su tercera medalla de oro  consecutiva en un Europeo a un palmarés donde ya brillan la plata en el Grand Prix de Barcelona del año pasado, la de bronce de 2011y sus dos bronces campeonatos del mundo (2013, 2014).