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El ‘hijo’ de Carletto

Seguro del carácter insustituible de Benzema, Ancelotti se opuso al fichaje de Suárez

Diego Torres
Ancelotti felicita a Benzema tras ser sustituido.
Ancelotti felicita a Benzema tras ser sustituido.alejandro Ruesga

Los estrategas del Madrid son expertos en grandes listas. La secretaría técnica del club maneja nomenclaturas de hasta 20 jugadores por cada uno de los 11 puestos del equipo. A lo largo de la temporada, los funcionarios de Valdebebas primero, y el presidente Florentino Pérez en última instancia, van cribando estas listas hasta extraer al elegido. La última destilación del mercado. El fichaje del año. El hombre de los 80 millones de euros, si hace falta. En mayo de 2014, este jugador señalado para emprender la gran inversión fue Luis Suárez, entonces bota de oro del Liverpool. Ídolo de la Premier.

Todo en el Madrid estaba dispuesto para cerrar la contratación de Suárez cuando Florentino Pérez y el director general corporativo, José Ángel Sánchez, le expusieron el propósito al entrenador, Carlo Ancelotti. Fue a finales de mayo. El técnico desaprobó la operación sin dudarlo. Su argumento fue tajante: Suárez responde al mismo perfil de Bale, y Bale, a su vez, reproduce el modelo de Cristiano. Goleadores que se manejan bien en grandes espacios, oportunistas, definidores de la obra coral del equipo. Si el Madrid fichaba a Suárez por 80 millones necesariamente debería alinearse con Cristiano y Bale, porque de otro modo un futbolista de 100 millones debería sentarse en el banquillo y eso es algo que no cabe en ninguna estrategia imaginable. De modo que la alineación culminaría con Suárez, Cristiano y Bale, y el sacrificado sería Benzema, que terminaba contrato en junio de 2015.

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Carlo Ancelotti —Carletto para los amigos— explicó a los estrategas que dejar a Benzema fuera del equipo significaría quitarle a la cadena un eslabón insustituible. Porque el francés podía no ser el mejor nueve del mundo, ni el más goleador, pero era “el mejor nueve del mundo para el Madrid”. Argumentó que sin él, ni Bale ni Cristiano se valorizarían, ni harían tantos goles, ni conectarían con el resto del equipo, y esto sería la ruina para un club que ha hecho de Bale y Cristiano los dos pilares de su política deportiva. En suma: que el Madrid podía jugar bien sin Bale, o sin Cristiano, o sin Bale ni Cristiano. Pero no podía jugar bien sin Benzema.

Para el técnico, el francés es un eslabón insustituible en la cadena

A la luz de los resultados son muchas las decisiones de Florentino Pérez que se presentan como grandes aciertos. Vender a Di María y Özil, como fichar a James y Kroos, o incluso negarse a contratar a Falcao, han sido medidas tan presidenciales como ajenas a la voluntad del entrenador. Con Benzema es diferente. La renovación contractual del francés en agosto fue producto de la insistencia de Ancelotti.

El tiempo ha dado la razón al entrenador. Si hay algo regular en este Madrid es la consolidación de Benzema como auténtico diez, referencia en punta y en mediapunta, ayuda permanente a centrocampistas y atacantes en la búsqueda de un sentido de las jugadas. Por encima de los altibajos de Bale y Cristiano, el hombre que ha mantenido el pulso de este Madrid ha sido el francés. Sus números no revelan ni la mitad de lo que aporta al equipo, pero son notables. Roba 2,5 balones por partido (Bale y Cristiano roban 0,9 de media), y ha hecho 11 goles y 8 asistencias esta temporada. Solo Messi, Neymar y Cristiano exhiben mejores números.

Los dos golazos que hizo Benzema a la Real el sábado son un detalle. A sus 27 años, ha alcanzado la plenitud futbolística. Por fin cuenta con un entrenador que le aprecia de verdad.

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Sobre la firma

Diego Torres
Es licenciado en Derecho, máster en Periodismo por la UAM, especializado en información de Deportes desde que comenzó a trabajar para El País en el verano de 1997. Ha cubierto cinco Juegos Olímpicos, cinco Mundiales de Fútbol y seis Eurocopas.

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