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real madrid
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Odegaard y los peligros de la pasarela

José Sámano
Odegaard, en un entrenamiento con el Madrid
Odegaard, en un entrenamiento con el MadridHELIOS DE LA RUBIA (AS)

Apenas 23 partidos —ocho como suplente—, cinco goles, siete asistencias y una internacionalidad han bastado para que el Real Madrid fiche a un supuesto niño prodigio y el chico ya figure en todos los radares mediáticos. Presunto, claro, porque no hay más pistas que una edición de imágenes de vídeo en las que se ve la habilidad del chiquillo en la Liga noruega, que no es precisamente el gran maná del fútbol. Noruega no juega un Mundial desde 1998 y por la Eurocopa no desfila desde 2000. Suficiente para que chorreen los adjetivos, broten comparaciones (“conduce la pelota como Messi”, se ha llegado a decir) y Emilio Butragueño preste su imagen en la presentación. Hasta algunos rectores blancos llegaron a sugerir la presencia del presidente, Florentino Pérez. Tanto apunta la hipotética promesa que el Madrid incluso ha contratado a su padre, Hans Erik Odegaard, un exjugador noruego, para que expanda sus conocimientos adquiridos como director deportivo del Mjondalen. Un equipo que va sexto en la Liga, bastante mejor que el Stromsgodset, club de procedencia del chaval, que va el 13º en un torneo con solo 16 participantes. Es tal el futuro que debe tener Martin, que su apellido ha llegado a inundar las redes sociales y Sergio Ramos y Cristiano Ronaldo no tardaron en colgar fotos con el muchacho, al que ya se le ha visto apadrinado por Bale en algún entrenamiento. Con lo que está por llegar, lo de menos es que el nórdico haya costado unos cuatro millones y que vaya a cobrar unos dos. Una miseria si, como vaticinan sus mecenas, acaba por llenar su mansión de Balones de Oro. Por mucho que llegue a conseguirlo, no hay el más mínimo fundamento para tanto jolgorio. Y no digamos para que alguna editorial escandinava esté preparando lanzar su biografía, la de sus 16 años. A Odegaard y al Madrid mejor les iría la prudencia. A tenor de casos precedentes, tanto escaparate parece contraproducente.

A noruego y al Madrid mejor les iría la prudencia, tanto escaparate parece contraproducente

El Madrid hace bien en rastrear talentos, y ya sabe que por ser quién es le inflarán el precio. No importa, se lo puede permitir. Pero las pompas del fichaje no solo son excesivas y delirantes, sino que pueden perjudicar al jugador. Los focos deslumbran y antes de ordenar sus pies y pulir su físico, convendría que todo el entorno contribuya a amueblar la cabeza del muchacho. Resulta disparatado que ya se vaticine su puesta en escena con el primer equipo de forma casi inmediata. Mejor sería que antes Zidane le acune en el Castilla. En Martin Odegaard puede haber un potencial Pelé, pero no han sido pocos los chicos que se extraviaron porque les hicieron creer antes de tiempo que habían hecho cumbre. Aún queda en el recuerdo el estadounidense de origen ghanés Adu, que debutó en la liga profesional con 14 años el 21 de abril de 2003. El Benfica pagó 1,5 millones por él. Entre 2007 y 2011 pasó por el Mónaco, el Os Belenenses, el Aris, el Rizespor turco y en ninguno jugó más de 10 partidos. Volvió a Estados Unidos, se fue al Bahía brasileño y probó sin fortuna en el Blackpool. Actualmente busca equipo. Otro ejemplo más cercano, Bebe, por el que el Manchester United llegó a pagar nueve millones de euros cuando solo tenía 20 años, había despuntado en un campeonato para sin techo y jugado unos partidillos con el Estrela portugués y el Vitoria Guimareas. El club que entonces dirigía Alex Fergusson le largó un año después al Besiktas, de ahí fue al Río Ave y ahora pide paso en el Córdoba.

Por supuesto, hubo y habrá casos de chicos que llegaron al olimpo. Pero muchos más “Adus” y “Bebes”. Odegaard quizá tenga un gran futuro, desde luego condiciones se le intuyen y cabe confiar en el rastreo del Madrid, que por algo se habrá impuesto en la subasta internacional a la que fue sometido el noruego. Por ahora, solo eso. El resto son ventoleras de este fútbol que a veces pierde el norte con mucha facilidad. Ojalá no lo pierda Odegaard y se aleje de los peligros de la pasarela.

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Sobre la firma

José Sámano
Licenciado en Periodismo, se incorporó a EL PAÍS en 1990, diario en el que ha trabajado durante 25 años en la sección de Deportes, de la que fue Redactor Jefe entre 2006-2014 y 2018-2022. Ha cubierto seis Eurocopas, cuatro Mundiales y dos Juegos Olímpicos.

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