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Un equipo con un plan y dos estrellas y otro, sin espíritu

El talento de Rudy y Sergio Rodríguez optimizan la pizarra de Laso frente a un rival que no supo ser competitivo

Robert Álvarez
Pascual, en el partido Madrid-Barça.
Pascual, en el partido Madrid-Barça.Alberto Martín (EFE)

Como en Berlín, Bilbao, Santiago... como en ocho de las diez últimas ciudades que ha visitado. Así cayó el Barcelona, ofreciendo una penosa sensación de inferioridad e impotencia. Con la diferencia de que Madrid no es una más, sino el feudo de su eterno rival y la sede de una Final Four de la que cada vez se aleja más este Barcelona de andar por casa.

Xavi Pascual incidió en el talante de su equipo y Pablo Laso tiró por la vía del talento de los suyos, sin perjuicio de que ambos entrenadores ansíen ambas virtudes para sus equipos. Pero una cosa es la pizarra y otra el parqué. Y ocurrió que Rudy Fernández asumió la voz cantante y Sergio Rodríguez espoleó a su equipo.

Dio la sensación de que el Real Madrid se creyó con más fervor el plan de su técnico. Fueron pequeños detalles que ayudaron a acelerar de salida al equipo madridista. Carroll intentó creerse que podía defender a Marcelinho, de la misma forma que Felipe Reyes se aplicó en el marcaje a Tomic. Fueron ligeros ajustes frente a la ortodoxia de un Barça que, sin Navarro y Oleson y con Abrines debilucho tras un gripazo, apostó por Jackson y Thomas en las alas. El estadounidense cometió un error de libro en una defensa sobre Rudy y sufrió las consecuencias de la intransigencia de Xavi Pascual, que lo sentó cuando solo había transcurrido poco más de un minuto. El mensaje del entrenador era inequívoco. Pero no evitó la sucesión de errores. Sus jugadores estuvieron horribles en el tiro e imprecisos en sus acciones de ataque, con las consiguientes pérdidas de balón, 18 al final. Tuvo su mérito la defensa del Madrid, hiperactiva cuando se puso en escena su aguerrida segunda unidad, con Sergio Rodríguez, Rivers, Maciulis, Nocioni y Slaughter.

Tirado por Rudy y Sergio, el Madrid se afianzó en sus dinámicas: transiciones fulgurantes, ataques agresivos, tiros abiertos, exuberancia física y técnica. “Así no podemos jugar contra el Madrid. Ni hemos venido aquí. Necesitamos más carácter, decisión, motivación, nos hemos ido del partido”, declaró un desencantado Hezonja, uno de los pocos que dejó buena impresión en un Barça que no compitió.

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Sobre la firma

Robert Álvarez
Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona, se incorporó a EL PAÍS en 1988. Anteriormente trabajó en La Hoja del Lunes, El Noticiero Universal y el diari Avui.

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